The Unending Gift

martes, octubre 31, 2017

FINIQUITUD EN EL LODAZAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 31.10.17

La confusión de valores lleva a una inversión malsana de prioridades

EN esta sociedad desarrollada, en la que se sale del mundo de los vivos por la puerta de atrás de asépticos tanatorios de extrarradio y discretos crematorios entre arbolado, la ausencia de la muerte de la vida cotidiana crea una falsa percepción de perennidad. Todos actuamos como si fuéramos a estar por aquí no ya una vida, sino varias o muchas seguidas. Hoy ya no nos sucede lo que a todos nuestros antepasados hasta hace muy poco, que veían cómo sufrían y morían las gentes de su entorno directo en su inmediata presencia. Por eso nos comportamos como si no pudiéramos morir en el mismo instante este en que se escribe o se lee esta frase. Como si nuestra existencia no fuera un soplo en el que con máxima concentración, vocación, estudio y amor apenas logramos entender un guiño del misterio de la existencia en esta mota de polvo del universo que es este planeta. Como si tuviéramos tiempo. Hace mucho que no hemos sufrido una guerra. Prioridades, jerarquías y valores están confundidos, trastornados u olvidados. Porque abolido Dios y desaparecido el duelo para la cotidianidad de una mayoría, se nos olvida que somos finitos. No sentimos ese hecho trascendental y ya no percibimos la infinita fragilidad del ser humano, la conciencia que da valor a la vida y al tiempo.
Solo así se entiende que las sociedades desarrolladas se obsesionen, enzarcen y agoten en dilemas y luchas absurdas y ridículas que son un insulto a la inteligencia de nuestra especie y a la trayectoria de nuestros mayores. Desde Atapuerca. Mucha tontería ha pensado y hecho el ser humano desde que tuvo la maña de empuñar una herramienta. Pero el espectáculo que damos desde hace un par de años en España, un rincón de un diminuto continente vetusto y anquilosado, es tan grotesco y tan ofensivo para el sentido común en un planeta aun con muy urgentes necesidades, que merecería la deportación de toda la sociedad implicada. A otros lares. En intercambio por una población maltratada por el pasado y el presente en algún lugar remoto y miserable del Tercer Mundo que no escasean. No solo la sociedad catalana debería recibir, en traumática ducha fría de realidades, un acicate durísimo para que tomara conciencia de la frivolidad criminal con la que ha permitido a sus gobernantes tomar una senda del sinsentido. Toda la sociedad española debería verse aunque solo fuera un momento en la situación a que puede llevarla una malsana inversión de las prioridades personales y colectivas.

La Nación se rebela ahora contra la indignidad de los agresores de una minoría separatista y la humillación de acontecimientos ignominiosos. Pero han sido muchos años de desidia, dejadez e indiferencia culpable de la sociedad española los que han permitido que la clase política se degradara a lo que es hoy. Y que la política fuera sustituida por la sinrazón ideológica, por la cobardía oportunista y por la más arrogante arbitrariedad. Sin más referencia que el lucro. No hemos pensado en la muerte ni en la vida ni el tiempo limitado que tenemos, cada uno y todos juntos. Y nos hemos embarcado en un disparatado juego tan infantil como cruel de ambiciones baratas, satisfacciones obscenas y pornográfica subcultura. En este autosatisfecho lodazal surgen unos cuantos que creen poder medrar más y mejor en su propio lodazal. No sería en sí ninguna tragedia si no fuera cierto que solo si estamos juntos hay esperanza de que el lodazal se drene y florezca. Y no se tiña de sangre.

domingo, octubre 29, 2017

ESTUPEFACCIÓN Y SOSPECHA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 29.10.17

La guinda a los peores temores la puso ayer el ministro portavoz

VUELVEN a salir ayer y hoy los españoles a la calle a defender a la Nación y su unidad frente al separatismo. Pero es muy posible que pronto salgan para defenderla a la Nación y su dignidad frente al Gobierno. Porque en 48 horas se han multiplicado los indicios alarmantes de que hay intenciones políticas ya cimentadas con acuerdos subterráneos que pueden herir tanto a los españoles como la intolerable escena del parlamento catalán del viernes, la mayor humillación sufrida en generaciones. Millones de españoles no olvidarán jamás la ofensa que tenía el deber de haber evitado el gobierno de Mariano Rajoy y su gran especialista en Cataluña, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Lo que parecía primero una digna y solida decisión de afrontar el crimen del golpe de Estado con el artículo 155, firmeza y consecuencia, se convirtió primero en una débil e incierta respuesta con unas elecciones dentro de siete semanas, sin tiempo de cambiar nada en el aparato separatista. Pronto ha quedado en la intensa sospecha de una componenda inconfesable. Que implica la voluntad de colaboración con los delincuentes que han sometido a España a esta insufrible e inolvidable agresión. Unos delincuentes que no renuncian a alcanzar sus fines en un próximo intento. Tendrán como fácil interlocutora en Cataluña a la vicepresidenta a la que han engañado siempre que han querido. La que ha fracasado con estrépito en todo lo que ha hecho allí. La guinda a los peores temores la puso ayer el ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, al decir que el gobierno «vería con agrado» que Carlos Puigdemont, el cabecilla del golpe de Estado, se presentara otra vez a las elecciones. La estupefacción ante esas palabras era ayer general. Medios políticos parecen dar por hecho que Oriol Junqueras, el segundo implicado en la trama criminal, también va a participar en las elecciones. Como si Tejero, Milans y Armada hubieran presentado lista electoral propia tras el 23-F. Y se hubieran puesto a su disposición unos cuantos canales de televisión. Quizás no hubieran salido mal parados.

Cada vez son más los españoles que creen que Rajoy no quiere derrotar a los golpistas, llevar a los responsables ante los tribunales y desmantelar el aparato de un régimen separatista antiespañol con vocación totalitaria. Cada vez hay más convencidos de que se busca un acuerdo para volver a la «normalidad» de la hegemonía separatista e imponer una reforma constitucional pactada con la izquierda que equivale en la práctica a la dinamitación de la España de ciudadanos libres e iguales y la ruptura de la soberanía nacional. Es esa lógica de la concesión a los separatistas de todos sus objetivos de forma aplazada pero con garantías e impunidad. Los españoles no pueden ni deben tolerar esto. Que supone ni más ni menos, por mucho que se disfrace, de la desaparición de la España unida y soberana que el Rey ha llamado a defender y de la que su Majestad y los Ejércitos son garantes últimos.

PAPELES VIEJOS Y CONSPIRACIONES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 28.10.17

Ningún enigma histórico va a ser resuelto con estos documentos sobre Kennedy

El gobierno de los EE.UU. hizo públicos el jueves más de 2.800 documentos hasta ahora secretos, relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy. Todo un tesoro para historiadores, periodistas y aficionados a las teorías de la conspiración que encontrarán muchas más preguntas que respuestas en este mar tan variopinto de documentos que van desde protocolos de vigilancia de diplomáticos soviéticos a especulaciones policiales o fotografías de sospechosos, valoraciones de denuncias y chivatazos, transcripción de escuchas o reuniones. Ningún enigma histórico va a ser resuelto con lo que ahora sale a la luz. Pero los más aplicados lograrán hilar hechos para elucubraciones sobre otra trama y desarrollar algunas nuevas teorías. Emociona muchas veces más el contexto y la procedencia de la documentación que los contenidos en sí de informaciones que quizás solo fueron valiosos un instante. Emociona aun más saber que con estos documentos iban a ser publicados otros 300 y la CIA y el FBI pidieron a la Casa Blanca que los mantuviera secretos. Según señala la Casa Blanca, las agencias consideran que aun podrían afectar a la seguridad del Estado.

Muy propia ha sido la reacción de diversos medios a este gesto de Trump. Nadie le da crédito por hacerlos públicos aunque podía haberse negado. Pero todos le culpan de que ese 10% haya sido retenido. Los documentos revelan actividades de la CIA en la Guerra Fría, movimientos del KGB y vigilancia de ciudadanos soviéticos, poco después de la crisis de los misiles de Cuba que tuvo al borde de la guerra nuclear a EE.UU. y la URSS. Lo cierto es que seguimos como estábamos. Nadie se cree que Lee Harvey Oswald, presunto asesino de Kennedy, actuara solo y por propia iniciativa. Y nadie se cree que el matón Jack Brady que asesinó a Oswald actuara solo y por su cuenta. Pero nadie ha sabido obtener en 54 años pruebas de tales certezas. Las teorías de conspiraciones que se hacen viejas esconden las conspiraciones más logradas. En Dallas como en Madrid.

viernes, octubre 27, 2017

AL RESCATE DE CATALUÑA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 27.1.17

Quienes no se vean capaces de la tarea, que se aparten

BUENA, sobria y contundente la exposición de la vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría ayer tarde en el Senado en Madrid cuando dijo que se acudía «al rescate de Cataluña» ante lo que ya es la certeza de la aplicación urgente del artículo 155 de la Constitución. Para intervenir en Cataluña y parar el hundimiento en el caos y el miedo de una parte de España. Le han faltado a la vicepresidenta unas palabras para reconocer que el precio que vamos a pagar va a ser mucho más alto de lo que habría sido de no haberse empeñado su Gobierno en negar lo obvio, ocultar la agresión separatista y simular normalidad donde no la había. Pretendía la propia vicepresidenta que todo estaba bajo control en la víspera de la providencial aparición del Rey, que, armado con la verdad, la firmeza y la dignidad, dio ese tan necesitado ánimo a una nación española angustiada y confundida por el abismo que separa el discurso oficial de este Gobierno y la realidad palmaria.
Ahora ha actuado el Gobierno como es su deber, por mucho que algunos sospechen que lo ha intentado evitar a toda costa. Y entrará en vigor el artículo 155 imprescindible y complementario con otros artículos de la Constitución y del Código Penal, que habrán de aplicarse para restablecer las leyes y el orden en una región española en la que se han olvidado. La jornada de ayer nos obsequió con un patético alarde de ineptitud y falta de talla humana. Como decía después en el Parlamento catalán Inés Arrimadas, el espectáculo dio muchísima vergüenza. Y eso visto desde fuera. De saber las interioridades, el bochorno sería insufrible. No hay que ser Arthur Koestler para saber que la selección negativa genera comunidades humanas de muy mala calidad humana. El régimen nacionalista en Cataluña, tras siete lustros de primacía de la mentira, obediencia, clientelismo, dependencia, falta de escrúpulos y hispanofobia, ha creado colectivos nauseabundos. Incapaces de salir del bucle enfermo y cínico del victimismo y el ventajismo.
La culpa no es de adolescentes fanatizados ni de esa tropa de maleantes que son las cúpulas de los partidos separatistas, apartados de toda ley como gesto desafiante contra España. La culpa recae en los políticos españoles que no tuvieron el coraje de defender una España unida bajo la ley por miedo a que los tacharan de franquistas. Y que sacaron réditos políticos y crematísticos de vender a plazos esa soberanía a unos nacionalismos con unos privilegios inauditos. El ridículo de ayer quita dignidad, pero no gravedad a la situación. Porque el Gobierno actual, que estaba avisado de los preparativos, organización y ejecución de este golpe de Estado a lo largo de cinco años, no ha hecho nada hasta estar, no junto al abismo, sino cayendo en él.

Ahora es imprescindible que estén a la altura quienes no lo han estado hasta ahora, vicepresidenta incluida. A quien flaqueen las piernas ante lo que viene, que será muy necesario, pero ni mucho menos bonito, debe apartarse y dejar paso a otros. Si hay algo de grandeza habrá pronto un Gobierno en Madrid muy distinto con personalidades de autoridad. Que por patriotismo debieran asumir responsabilidad en esta batalla que no es política, sino de reconquista nacional. Porque no vale con quitar a una ralea de mediocres como Puigdemont para que los sustituya otra. Hace falta una operación de inmensa enmienda a los errores que han generado el crimen al que asistimos. Empezando por esa educación de odio e hispanofobia que el ministro de Educación dice no ver. Y con la lección capital que deje para siempre claro para todos las fuerzas políticas que la ruptura de España no es ni legítima ni posible.

martes, octubre 24, 2017

LA SINIESTRA ALIANZA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 24.10.17

España reacciona contra una agresión de dentro y fuera

EL historiador Heinrich August Winkler nació en Königsberg en 1938, cuando aun estaban intactos todos los puentes sobre los dos brazos del río Pregel en torno a la isla del Kneiphof. Eran los siete puentes que daban pie al célebre problema matemático que entretenía a un grupo de sesudos matemáticos, entre ellos un tal Immanuel Kant o Johann Georg Hamann y que resolvió su joven colega Leonhard Euler. Aquellos puentes desaparecieron en 1945 cuando toda la ciudad quedó reducida a un desierto de escombros que pasó a llamarse Kaliningrado. Todo centroeuropa era una escombrera. Winkler, hoy célebre historiador y profesor de la Universidad Humboldt ha escrito mucho sobre la guerra que destruyó su infancia, sobre el nacionalsocialismo que llevó a aquella guerra y una «Historia de Occidente». Ahora publica «¿Se rompe Occidente?» con dudas sobre la evolución de Europa. No lo hace desde la perspectiva socialdemócrata que achaca todos los males a quienes protestan contra el consenso político dominante desde 1945.
Winkler denuncia los afanes de destrucción de los estados nacionales que percibe en fuerzas supuestamente «europeístas» y unos sectores intelectuales que desde el mundialismo o los regionalismos separatistas promueven esta ofensiva contra los estados nación históricos en una siniestra pinza. En un artículo en Der Spiegel, Winkler habla de Cataluña como un caso flagrante. Desmiente rotundamente que los fundadores de la Unión Europea incluso aquellos que pretendían un federalismo quisieran «superar» o liquidar los estados nacionales como pretenden algunos que quieren dar legitimidad europeísta a separatismos regionales como el catalán. En Europa una inmensa mayoría en las poblaciones de los diversos países se mantienen firmes en su lealtad nacional en los estados antiguos. Esto explica que los pueblos europeos hayan comenzado a defenderse contra los intentos de liquidación de los estados nacionales. Estos proceden de curiosas y siniestras alianzas como son los lazos del globalismo izquierdista antinacional de George Soros con las izquierdas locales y los movimientos separatistas. Hay situaciones inauditas. Organizaciones separatistas y fuerzas en favor de la inmigración ilegal, el tráfico humano y todo tipo de activismo de ONG que son financiadas al mismo tiempo por Soros y su íntimo enemigo Vladímir Putin. Es evidente que en España hay una alianza de fuerzas izquierdistas, globalistas y nacionalistas, para nada pacíficas ni democráticas ni civilizadas que quieren romper el estado nación. La supuesta sociedad civil catalana no es hoy más que un entramado subvencionado por fuerzas antiespañolas, tanto españolas como extranjeras. El profundo arraigo de los estados nacionales europeos se demuestra en la nueva vitalidad de los movimientos reactivos surgidos en toda Europa en los pasados años, que, pese a la masiva descalificación de la ideología socialdemócrata dominante, crecen sin cesar. Que todos esos movimientos sean tachados por sus adversarios como ultraderechistas no sorprende y es hasta lógico, pero cada vez es menos eficaz como arma electoral.

La derecha española es vaga e inculta. El gobierno actual es el ejemplo de esa fatalidad histórica. Porque estaba cargado desde un principio de razones que legitiman una intervención para poner fin al movimiento sedicioso que en absoluta impunidad ha organizado esta amenaza existencial para la nación española. Pero además es infinitamente ingenua. Los hay hasta extrañados de que los comunistas de Podemos apoyen el golpe de Estado separatista. La socialdemocracia del consenso español ha alimentado el nacionalismo antiespañol durante cuatro décadas. Por eso España es el mejor ejemplo de la incesante actividad de esa alianza de globalismo y separatismo contra los estados nación europeos. Pero también es España ya el mejor ejemplo de la reacción de la nación grande que se levanta contra la agresión combinada de enemigos de dentro y de fuera.

lunes, octubre 23, 2017

UN GRAN DÍA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 22.10.17

España demuestra por primera vez en décadas que se quiere y respeta

UN día para recordar el de ayer. Para todos. Pase lo que pase, pasará a la historia como el día en que España decidió defenderse. Defenderse de las consecuencias de sus propios errores. Por primera vez en cuarenta años un gobierno español no ignora ni contenta a los enemigos. Sino toma medidas concretas para hacerle frente. Es la primera reacción claramente contraria a la deriva que se impuso, por error, por inercia, por pereza, por cobardía, por oportunismo, por codicia, a la política nacional con la Transición. Entre las fuerzas golpistas del separatismo catalán cayó como una bomba la decisión de Mariano Rajoy de comenzar los procedimientos para la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. Y miren que venía avisando. Que había advertido que él no quería. Pero que si no le daban algún pretexto, tendría que aplicar la ley donde ha dejado de existir. O incurriría él en gravísimo delito. Pues parece que los líderes separatistas aun ayer se negaban a creer que Rajoy fuera a hacer algo más que esperar. De ahí el estupor genuino. El estupor, lo único genuino en todo aquel espectáculo. Porque todo lo dicho fue una única mentira. Quizás lo único cierto dicho en aquella cascada de disparates histéricos sobre la «destrucción de la democracia» y «el fin de Europa» era eso de que «ni Franco aplicó el 155». Tampoco eran ciertas las cifras, claro. Pese al enfado monumental eran ya menos. Pese a que todas las televisiones presentaban el 155 como poco menos que la invasión nazi de Polonia, la manifestación de Barcelona no se acercó a aquellas grandes concentraciones festivas de cuando todos creían que la independencia era gratis.

El momento es muy serio, por difícil que sea no tomarse a guasa la colosal impostura y tanta majadería como inmoralidad de los dirigentes del separatismo, plañideras ante la «medida inconstitucional» de Rajoy de aplicar un artículo de la Constitución. Cuando los golpistas se esconden bajo faldas constitucionales es que algo no va como quisieran. Estamos en una hora dramática de España. Algunos tenemos la certeza de que habrá de ponerse aun mucho peor antes de que mejore. Habrá que aguantar el pulso en momentos tristes y duros. Antes de que la ley quede restaurada en toda España para alivio, satisfacción y seguridad de la inmensa mayoría de los catalanes y resto de españoles. Pero lo cierto es que ayer fue un gran día. Porque por fin actúa el poder legítimo contra los enemigos de España, cuya impune agresión a la unidad y soberanía siempre fue una ofensa, pero que en los pasados años, meses y semanas se había hecho cada vez más lacerante, humillante, insoportable. Gracias al Rey y a la Nación, a la grandeza de las palabras del primero y a la movilización de la segunda que hace temblar a los partidos, España se defiende a sí misma y por primera vez en mucho tiempo demuestra que se quiere y se respeta.

VERDADES PARALELAS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 21.10.17

Todos pretenden ver críticas de Bush a Trump, al que no cita, pero nadie ve su elogio a José María Aznar, al que sí cita

Hace tiempo que en EE.UU. hay una verdad publicada y otra verdad que transcurre tímidamente escondida de lo que dicen las televisiones y los grandes gurús de opinión. Por eso el mundo quedó tan sorprendido por la victoria de Donald Trump. Porque todos se habían creído lo que querían creer la CNN y The New York Times. Resultó ser la fantasía progresista que naufragó estrepitosamente hace un año. Hillary Clinton no se ha recuperado cuando le llega el disgusto de que su amigo y donante, Harvey Weinstein ha sido expuesto como el violador y depredador sexual que todo el mundo sabía que era. Y todos ocultaban dados sus suculentas donaciones y su inmenso poder en Hollywood para atacar la supuesta misoginia de Trump. Verdades paralelas.

Ahora todas las encuestas dicen que Donald Trump está en mínima popularidad. Puede ser cierto. Pero cuando hay una elección como las primarias de Alabama hace semanas, gana un candidato, el juez Roy Moore, que es más «trumpista» que el propio Trump. Ya se verá la suerte de los republicanos que creen que su salvación está en atacar al presidente. Los demócratas recurren a Obama para las parciales del 9 de noviembre. Que este ataque a Trump no perjudica a nadie. Puede que Trump no esté a la altura de las expectativas de sus votantes. Pero no es responsable del racismo, división, sectarismo y la fobia a la cultura occidental que generó Obama en sus lamentables dos mandatos. También ha hablado George Bush. Y los medios dicen que con fiereza contra Trump. «La intimidación y los prejuicios en la vida pública generan un tono que abre vía a la crueldad y la intolerancia». Eso suena tanto a ataque a la rudeza de Trump como a la corrección política totalitaria que se va imponiendo en EE.UU. Por cierto, todos pretenden ver ataques a Trump, al que no cita. Pero nadie ha visto el gran elogio en ese discurso a José María Aznar al que sí cita y equipara con Vaclav Havel como campeón de la libertad. Ya ven. La verdad y lo publicado.

ESCRACHES CON AMOR

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 20.10.17

Los comunistas aprenden de su propia medicina

LA líder comunista y separatista valenciana Mónica Oltra ha sido objeto de un «escrache», es decir uno de esos acosos al adversario político, preferentemente ante su domicilio, que puso de moda la izquierda española en pasados años. A esta extrema izquierda la ha imitado en la noche del miércoles un grupo al parecer de extrema derecha que desplegó una bandera nacional y puso una grabación del himno y una canción de Manolo Escobar ante el domicilio familiar de Oltra, vicepresidenta comunista del gobierno de la Generalidad valenciana. Mal hecho. Es una indignidad utilizar la bandera y el himno nacionales para acosar a una mujer en su casa con su familia. Es un acto violento acudir al hogar de alguien a demostrarle que se sabe dónde vive y así amenazarla. Es condenable que grupos ultraderechas comiencen a adoptar prácticas habituales de la extrema izquierda. Lo es porque esas prácticas son en sí repugnantes. En Cataluña vemos cómo el separatismo ha resucitado todas las perversiones de intimidación y terror contra el discrepante, desde la amenaza en el buzón a la humillación a los niños en el colegios. Y el escrache permanente.
Los ultraderechistas deberían tener claro, si les anima a estas agresiones la impunidad de que goza la extrema izquierda, que para ellos rigen otras reglas. Si fueran las mismas, la concejal madrileña Rita Maestre estaría cumpliendo una pena de cuatro años de prisión en una cárcel de mujeres. O los presos por el escrache en la librería Blanquerna estarían en la calle. Pues ni lo uno ni lo otro. Porque según sentencias reiteradas, los escraches, muchas veces acosos con amenazas, siempre de la izquierda comunista, están amparados por la libertad de expresión. Salvo que quepa sospecha de ultraderechismo. Entonces surge por arte de birlibirloque ese delito de odio y el escracheador va al talego. Ser señalado por LaSexta como juez facha debe ser peor que tener una novia narco. Y además los escraches de izquierdas no son delitos de odio porque los mueve el amor.
Esos acosos comenzaron cuando la izquierda decidió con Zapatero que se había acabado la tregua de la Transición y había que reanudar la guerra contra el «fascismo». Que somos los demás. Su principal impulsor después fue Podemos. Hay muchos vídeos de Pablo Iglesias con loas al escrache como bálsamo del pueblo contra sus enemigos. Y escracheando a Rosa Díez o llamando al acoso a otros. El enaltecimiento de la intimidación, del miedo, del terror, es eje de la acción de esa guerra con otros medios que es la política para los comunistas podemitas. Porque estos escraches son la versión blanda, provisional, de aquellas visitas de los abuelos milicianos durante la guerra para recoger a domicilio a marqueses o fontaneros, bibliotecarios o notarios. Muy mal por tanto se han portado esos ultraderechistas que han hecho a Mónica Oltra lo que Mónica Oltra no lamentó ni condenó jamás cuando se les hizo a sus adversarios políticos en la misma ciudad en la que vive. Cuando hace la ultraderecha lo que es habitual en la utraizquierda se crea una situación peculiar. Ayer por la mañana, los comentaristas izquierdistas en radio y televisión condenaban por primera vez un escrache. Es cierto que la izquierda solo aprende cuando prueba su propia medicina. Con esa piel tan fina que tiene. Graciosa ha sido la reacción de uno de los Jordis golpistas en Soto del Real. Ha pedido le cambien de módulo porque un preso le grito desde lejos «Viva España». Terrible escrache ese para el que dio el mitin sobre el techo de un jeep de la Guardia Civil demolido mientras unos guardias tenían que temer por sus vidas asediados por las hordas fanáticas de la hispanofobia.

LOS CONSERVADORES GANAN Y ABREN LA PUERTA A UNA ALIANZA CON LA ULTRADERECHA

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC  Lunes, 16.10.17

Sebastian Kurz, de 31 años, líder del Partido Popular, se convierte en el jefe de Gobierno más joven de Europa tras conseguir el 31,6% de los votos

Extraña pareja El partido socialdemócrata también deja abierta una posible coalición con la extrema derecha, peros sus bases quieren mayoritariamente pasar a la oposición

Empate técnico Al cierre de esta edición, el SPÖ, socialista, y la extrema derecha, FPÖ, oscilaban entre el 26,9 y el 26,0% de los sufragios, con ligera ventaja socialista

El Partido Popular Austriaco (ÖVP) ganó ayer las elecciones con su brillante y joven candidato, el hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores, Sebastian Kurz. Con el 31,6 por ciento de los votos, según resultados provisionales, ha sacado cinco puntos a los otros dos grandes partidos, el Partido Socialdemócrata SPÖ y el derechista FPÖ, que estaban prácticamente empatados con un 26,5 por ciento y una leve ventaja para el primero. La participación fue del 70 por ciento, cuatro puntos más que en las elecciones de 2013. Con 800.000 votos por correo aún sin contabilizar pueden darse considerables modificaciones especialmente en el puesto segundo y tercero. También en los dos pequeños partidos que han logrado superar el 4% para entrar en el Parlamento que son NEOS y la Lista Pilz. Esta es una escisión de los Verdes que estos han pagado amargamente al perder casi 9 puntos y no lograr entrar en el parlamento (Nationalrat).
Sebastian Kurz, que a sus 31 años logró neutralizar a todos los poderosos barones del ÖVP y convirtió el partido en una especie de agencia de apoyo a la lista personal que se ha presentado a las elecciones como «Lista Kurz el Nuevo ÖVP». Como tal ha cosechado un resultado que nadie en su partido podía soñar hace tan solo unos meses. «Un resultado histórico», dijo ayer Kurz, que agradeció la confianza y no quiso adelantar planes. «Primero esperar a los datos definitivos. Se hablará con todo el mundo».
En un día radiante de un otoño poco común, los austriacos se movilizaron para unas elecciones con alicientes especiales y muy especialmente la irrupción del joven Sebastian Kurz como favorito. En todos los estados federados aumentó la participación y en todos se notó el inmenso tirón del vencedor, aunque en algunos no lograra vencer a la tradición y así, en Burgenland, ganaban como siempre los socialistas, y en Carintia los derechistas del FPÖ. Kurz tiene ahora manos libres y mucho margen. Y no debe temer condicionamientos de su propio partido. Cuando asumió las riendas del ÖVP hace menos de un año, este quedaba en las encuestas siempre tercero, tras la extrema derecha de FPÖ, que lideraba ampliamente, y los socialdemócratas.
La gran coalición entre ÖVP y SPÖ que estaba ya en su tercera legislatura cuando fue interrumpida para convocar estas elecciones había generado una creciente insatisfacción y parálisis en Austria. Y solo había beneficiado al derechista FPÖ que, sin embargo, difícilmente podía encabezar una alternativa acosado y acusado por la izquierda austriaca y europea de ultraderechismo. El líder del FPÖ, que se ha quejado irónicamente en campaña –no sin razón– de que el candidato Kurz le plagiaba los lemas y mensajes sobre inmigración y seguridad, ha dejado claro que está muy dispuesto a dejarse cortejar y a entrar por fin en el gobierno. Todos esperan que esto suceda sin polémicas y por supuesto sin amenazas de sanciones de la UE como las habidas cuando su partido entró en el Gobierno de Wolfgang Schüssel en el año 2000. El líder de los socialistas por su parte, el canciller saliente Christian Kern, ya ha dicho que su partido será una firme oposición al populismo de derechas y que hará frente al fuerte corrimiento hacia la derecha que se ha producido en el voto austriaco.
Las elecciones ya han tenido la virtud de dinamitar el anquilosamiento de las estructuras políticas. Con este resultado, Sebastian Kurz recibirá el encargo del presidente de la República, Alexander van der Bellen, y podrá negociar tanto con los derechistas del FPÖ como con los socialistas de la SPÖ. Ayer en la sede del Partido Popular quedó clara la preferencia de su militancia de hacer una alianza de derechas. Al escucharse el resultado del partido nacional-liberal FPÖ en ese momento por encima de los socialistas, los populares prorrumpieron en vítores y aplausos. Con este resultado con el que ÖVP y FPÖ sumarían el 57 o 58% tendrían una muy sólida mayoría para gobernar. Aunque lejos de los dos tercios que algunos soñaban para poder desmantelar la labor legislativa general de seis décadas de hegemonía de izquierdas en la República.

Difícil pero no imposible
Pero además se abren otras alternativas. El propio partido socialista SPÖ que hace poco más de un año lanzó una brutal campaña política de descrédito contra el FPÖ y su candidato a la presidencia, Norbert Hofer, ya ha dejado abierta la puerta para la posibilidad de un gobierno con el FPÖ en caso de que Kurz no fuera capaz de formarlo. Eso solo sería posible si el SPÖ queda, como parecía ayer, por delante del FPÖ. No obstante la mayoría de las bases socialistas, aliviadas porque el castigo no ha sido tan grave como algunos pensaban, no quieren oír hablar de alianzas con el derechismo pero tampoco con los conservadores y demandan un inmediato paso a la oposición para renovarse. Peter Kaiser, el presidente del SPÖ en Carintia, hablaba ayer de «la hora más amarga de la socialdemocracia». El partido socialista austriaco, uno de los más importantes de Europa desde la Primera República, tras la Primera Guerra Mundial, ha sido el partido que más tiempo ha gobernado en la Segunda República, desde 1945. El que ha tenido mayorías absolutas y ha marcado el cariz ideológico y la estructura institucional y legal como ningún otro.
Muchos observadores consideran que el fuerte desplazamiento a la derecha del voto en Austria es un fenómeno que deja adivinar otros procesos parecidos y podría suponer en más países europeos ese principio del fin de la hegemonía política y cultural de la socialdemocracia. El ÖVP, el Partido Popular siempre muy marcado por cuestiones sociales y cristianas, ha asumido gran parte de los postulados de la ultraderecha del FPÖ en asuntos como inmigración, en asuntos de seguridad interior, orden público y también economía y servicios sociales. Alejándose así de unos postulados socialdemócratas que ha compartido durante décadas con el SPÖ.
Habrá que ver, si se produce el gobierno de la alianza de derechas, en qué medida está dispuesto Sebastian Kurz a una aplicación consecuente de los postulados que ha defendido en campaña, calcados del FPÖ.

Falsos prejuicios en torno al FPÖ
La prensa austriaca y europea trata al partido derechista FPÖ como un apestado. La supremacía izquierdista en los medios está nerviosa porque ve que en la política esa hegemonía se desvanece. Así ayer en Austria. El FPÖ es un partido democrático que acata y defiende la Constitución, sus miembros la juran cuando asumen cargos y la cumplen. No como otros partidos en otros países. La UE, Merkel y hasta la prensa han de asumirlo. El FPÖ gobernará previsiblemente en Viena. Ya no vale tachar de fachas o nazis a todo partido de derecha democrática que no siente necesidad de disfrazarse de centrista y que se niega al discurso plano de la corrección política. El consenso socialdemócrata, con todo su poder y su propaganda no logrará erradicarlos ni con difamaciones ni censura. Porque la población europea los requiere, demanda y vota. La letanía izquierdista que difama a la derecha aburre. Ya no funciona.

Un estratega de 31 años que supo utilizar el «efecto Macron»

Sebastian Kurz está a punto de convertirse en el jefe de gobierno más joven de Europa tras su victoria de ayer. Este joven de 31 años, vienés de familia trabajadora, que entró en el partido a los 16 y abandonó la carrera de Derecho cuando fue nombrado secretario de Estado en Interior a los 23, es un extraordinario talento político que se mueve con auténtico virtuosismo en los diferentes planos de la política de partido e institucional.

                                                                           AFP

Vive con su novia, sin hijos de momento y no es nada blandito, pese a ese aspecto aniñado que lleva a algunos a infravalorarlo en lo que es un serio error. A los 27 era ministro de Exteriores y hasta sus enemigos reconocen que no ha cometido ni un error ni en situaciones extremas. Recondujo la política de refugiados de un anterior canciller, Werner Fayman, que estaba postrado ante Angela Merkel, para unirse al húngaro Viktor Orban y cerrar la ruta balcánica.
La coordinación de los países balcánicos para este cierre de fronteras que hizo Kurz, dejando al margen a Alemania y a Grecia, fue considerada por muchos como una jugada maestra de la diplomacia. Brillante ha sido su forma de obligar a su partido a ser agencia electoral para su persona. Y su forma de sacarse de su propia chistera inexistente toda una campaña inspirada en la operación de Emmanuel Macron. Campaña que con mucho personalismo y grandes dosis de populismo ha sabido llevar a cabo con un equipo improvisado en pocos meses. Mientras neutralizaba todas las quejas de unos barones acostumbrados a mandar más que el jefe del partido en el ÖVP y de repente desposeídos de voz y voto en la carrera electoral y en la presentación de contenidos.
Brillante y populista ha sido también el discurso de firmeza de Kurz en las cuestiones de inmigración y seguridad, mensaje que arrebató sin ningún pudor a Hans Christian Strache, su casi seguro socio en el gobierno de derechas que se perfila. Al que casi parecía hacer gracia semejante desparpajo.

Puede que llegado al cargo supremo fracase. De momento ha triunfado en todo lo que se ha propuesto.

EL CENTRODERECHA LIDERA LOS SONDEOS CON UNA LÍNEA DURA CONTRA LA INMIGRACIÓN

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC  Domingo, 15.10.17

La extrema derecha aspira a entrar en el gobierno y los socialistas caen al tercer puesto

Unos 6,3 millones de austriacos están convocados hoy a las urnas en unas elecciones en las que, por primera vez en la historia de Austria desde 1945, la pugna se dirime entre dos candidatos de la derecha. Por primera vez el legendario partido socialista (SPÖ) no parece poder aspirar a la victoria. Según los sondeos quedaría en un tercer puesto en lo que los observadores consideran el final de la larga e incuestionada hegemonía ideológica y cultural de la socialdemocracia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Se perfila un gobierno de alianza entre los dos partidos de derechas en litigio, el popular (ÖVP) y el nacional–liberal o derechista (FPÖ), que supondría un alejamiento aún mayor de la Alemania de Angela Merkel y un acercamiento a los países centroeuropeos del grupo de Visegrado. Estos países, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Chequia, son gobernados por partidos críticos con la Unión Europea, especialmente en cuestiones como la inmigración. La inmigración y todo lo derivado de la misma como son los servicios sociales, la seguridad y en la educación, han sido protagonistas en la campaña.
                                                                                      EFE
Un cartel del líder del Partido Popular, Sebastian Kurz, ayer en Viena, ante el cual pasa una mujer de origen musulmán

Parte como favorito el ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, de tan solo 31 años, que en una espectacular carrera se ha erigido en la gran esperanza de un Partido Popular que hace un año estaba tercero y postrado en las encuestas después de tres legislaturas de gran coalición con los socialistas. El ÖVP se ha recuperado de la mano de Kurz hasta ese primero lugar con el 33% a cambio de convertirse en poco más que una agencia electoral del candidato. El FPÖ quedaría entre 27 y 25% y el SPD entre 25 y 22%. Kurz ha neutralizado de un solo golpe a todos los barones del partido y asumido una dirección ideológica y política incontestada. Con la clara referencia de la campaña de Emmanuel Macron en Francia se postula en una candidatura extremadamente personalista, de reformas valientes, de nuevo aire y estilo y tono populista.

Programas calcados
Al mismo tiempo, Kurz ha «secuestrado» gran parte del mensaje político y electoral del partido derechista FPÖ que lideraba prácticamente todas las encuestas durante los últimos tres años. El líder de este partido, Hans Christian Strache, no ha podido competir con el joven ministro a la hora de defender la línea más dura en política de inmigración, seguridad, reformas en los servicios sociales y en la educación. Como ha bromeado Strache durante la campaña, Kurz le ha pirateado o plagiado los materiales de campaña. Se ha registrado en Austria un giro general a la derecha que también afecta al propio partido socialista SPÖ aunque este no vaya a beneficiarse de ello. Strache se ha esforzado desde el pasado año, en que su candidato Norbert Hofer perdió la elección presidencial ante el izquierdista Alexander van der Bellen, en marcar distancias de cualquier posición susceptible de ser tachada de ultraderechista, antisemita o neonazi dentro o fuera de Austria. Dicen algunos que se ha esforzado tanto que ha perdido perfil y no evitará que la izquierda europea vuelva a tachar a su partido de ultra. Pero nadie espera que puedan tener ningún efecto estos ataques sobre la formación de un gobierno con el FPÖ. Y se excluyen sanciones de la UE como las habidas en 2000 con el canciller Wolfgang Schüssel.
El candidato del SPÖ es el canciller saliente Christian Kern, un tecnócrata que sustituyó hace más de un año a Werner Faymann, que gobernó la gran coalición durante ocho años. En esos años la alianza de los dos grandes partidos, aunque inicialmente muy aplaudida, generó un atasco en sus reformas, un anquilosamiento y una falta de reflejos que fortaleció al derechista FPÖ y tuvo enormes efectos durante la crisis de los refugiados en el otoño del 2015. Faymann cayó también por su cercanía a Merkel en una política de puertas abiertas muy criticada. El encargado de revertir esta adhesión a la línea alemana y unirse a la política de firmeza del líder húngaro Viktor Orban, fue precisamente Kurz, hoy el favorito de ocupar la cancillería en el Ballhausplatz.

Kern ha intentado adaptar a su partido a este giro general a la derecha en Austria y presentarlo como un partido reformista y realista. Pero encima de su debilidad general, la campaña electoral ha supuesto un inmenso desastre para los socialistas al revelarse una sucia operación suya para desacreditar a Kurz con falsedades en las redes. El SPÖ pagó más de medio millón de euros a un «experto comunicador», el consultor israelí Tal Silberstein que acto seguido lanzó una campaña de difamación contra el candidato del ÖVP. El escándalo fue mayúsculo, en el SPÖ han rodado cabezas y el candidato agredido se ha beneficiado como víctima del atropello. Kern y su SPÖ pueden sufrir un castigo añadido por ello. Él pasará así con seguridad a tener el poco envidiable título de canciller más breve de la II República. Por mucho que insista en no haber sabido nada en ningún momento de las tropelías de Silberstein.


LA CATARSIS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 15.10.17

Urge enmendar el terrible error de Rajoy de no intervenir la autonomía

MANUEL Delgado Ruiz, doctor antropólogo y profesor del Instituto Catalán de Antropología, está preocupado como separatista que es ante la posibilidad de que finalmente el gobierno español, que durante años ha mirado hacia otro lado mientras la Generalidad preparaba hasta en sus detalles el golpe de Estado, tome alguna decisión para poner fin a la mayor agresión que sufre España desde la guerra. Ha dicho este Manuel Delgado Ruiz, que no es un sucio niñato de las CUP sino un miserable de edad avanzada, que «la única opción que tiene el estado español es gasear a la mitad de los catalanes». Sí, tienen razón quienes piensan que un disparate así no debiera utilizarse siquiera como pretexto para una columna. Y sin embargo, permítanme que utilice a este tiparraco para argumentar por qué el grado de victimismo a que ha llevado el paranoico relato nacionalista hace inevitable y urgente que se asuman los sacrificios inevitables para acabar con la pesadilla separatista. Hay que rescatar a los catalanes sanos que son la mayoría y poner bajo custodia a los que como Manuel Delgado Ruiz son un peligro inmediato para los demás y para sí mismos.
El gobierno debió acabar con esta deriva hace mucho. Antes de que Manuel Delgado Ruiz, un satisfecho miembro de una de las comunidades humanas más privilegiadas del mundo, sí, del mundo, que es Cataluña, creyera estar prisionero en un transporte hacia un campo de concentración para ser llevado a una cámara de gas. No hablemos de la inmensa ofensa para las víctimas del Holocausto. Ni del grado de necedad y vileza que revela la frase. Tampoco se asuma que todos los enfermos de ese victimismo hayan llegado a la cota de depravación moral de Manuel Delgado Ruiz. Y quede claro que el gobierno español tiene culpa de que este hombre y otros hayan caído tan bajo.

Dicho eso, ahora urge la enmienda. La catarsis que será dolorosa. España está ante su prueba más dura desde su Guerra Civil. Pero menos que si se posterga una vez más por falta de coraje u otros cálculos interesados que puedan estar haciendo quienes en ese gobierno con tan poco éxito se han dedicado hasta ahora a «solucionar» la cuestión catalana. Cierto que deberían haber dimitido por su espantoso fracaso, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la primera. Pero a estas alturas no se espera de este gobierno ejemplaridad de ningún tipo. Sino esa corrección de sus errores que tanto daño han hecho al no intervenir antes la autonomía catalana. Que cumpla de una vez por todas con su obligación de defender la unidad de España y proteger a la mayoría de los catalanes del peligro de gentes como Manuel Delgado Ruiz, Anna Gabriel, Oriol Junqueras y Carlos Puigdemont. Estos enemigos de España están enajenados. El Estado ha de imponer el orden antes de que ellos nos impongan su pesadilla y el caos.

SEBASTIAN KURZ, EL MACRON DE DERECHAS, FAVORITO EN LOS SONDEOS

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC  Sábado, 14.10.17

El Partido Popular, con un líder de 31 años, aventaja en ocho puntos a los socialistas y a la extrema derecha

Las elecciones generales que se celebran mañana en Austria traerán, si se cumplen las predicciones, cambios de gran calado para todo el continente con un contundente giro a la derecha. Para la propia Austria supondrán el definitivo adiós a la hegemonía socialdemócrata, tanto política como cultural, que se ha mantenido desde la Segunda Guerra Mundial.
Aunque todo dependerá al final de la correlación de fuerzas, se perfila una posible alianza de toda la derecha entre ÖVP (Partido Popular Austriaco, centroderecha) y FPÖ (Partido de la Libertad, extrema derecha) para una vía política nacional conservadora. Esa alianza ya se formó bajo Wolfgang Schüssel (ÖVP) en el año 2000 y generó una oleada de protestas airadas en Europa y hasta una serie de sanciones de la Unión Europea que después fueron levantadas. La ofensiva internacional contra el partido derechista FPÖ, acusado de ultraderechista y hasta, con manifiesta injusticia, de filonazi, se volvió a dar en las elecciones presidenciales que tuvieron que ser repetidas y que ganó al final el candidato verde, Alexander van der Bellen, que concurría en contra del candidato Norbert Hofer del FPÖ.
Austria es el primer país de la Europa desarrollada en el que la balanza en la batalla ideológica entre la socialdemocracia y partidos de derecha que cuestionan abiertamente su hegemonía cultural desde el final de la guerra se inclina hacia los segundos. De momento, este fenómeno solo se ha producido en países con un pasado comunista como Hungría, Polonia, Eslovaquia y Chequia, y en todos ellos, movilizados por cuestiones identitarias y de inmigración y seguridad.
Austria podría pasar mañana a formar parte de ese bloque en abierta oposición a la política de Merkel, de la Comisión Europea y del curso actual de la UE. En cuestiones como las cuotas de inmigración de hecho ya forma parte del mismo. Hasta el propio partido socialista ha asumido ya las posiciones de firmeza restrictiva en la inmigración que hace diez años solo defendía el derechista FPÖ. Hoy solo defiende a Merkel y las fronteras abiertas el izquierdista Partido de los Verdes, de Ulrike Lunacek.



El gran favorito en estas elecciones es el hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores y miembro del Partido Popular (ÖVP), Sebastian Kurz, que a sus 31 años dio en mayo una patada al tablero político austriaco. Rompió la gran coalición con el Partido Socialdemócrata (SPÖ) que lleva gobernando diez años ya, en tres legislaturas, y forzó al tradicional Partido Popular a convertirse poco menos que en su organización electoral como Nuevo Partido Popular–Lista Kurz. Lo cierto es que los tres candidatos de los grandes partidos son grandes personalidades. También el canciller saliente, el socialista Christian Kern, que irrumpió como sustituto del fracasado canciller Fayman, en principio un tecnócrata, se ha revelado un político con fuerza pese a la desoladora situación general de los socialdemócratas. Y Hans Christian Strache ha sabido mantener el tipo y a un FPÖ firme pese al vendaval de Kurz y la declarada intención de este de quedarse con todo el espectro de la derecha austriaca.
Inspirado por la operación Emmanuel Macron en Francia, el joven Kurz ha creado una opción personalista, muy acorde a los tiempos, que ha tenido enorme éxito y lidera hoy las encuestas con un 33%. Su partido se hundía al igual que el socialista, ambos bajo el peso del hastío e ineficacia de tan larga alianza de consenso y la pujanza del derechista FPÖ de Strache. Ahora mismo Kurz con su lista ÖVP les saca ocho puntos a FPÖ y SPÖ que aparecen igualados en las encuestas.

Ideas y programa
El candidato popular le ha arrebatado el mensaje derechista a Strache tanto en el campo de la inmigración como en el muy relacionado de la seguridad, de la política de renacionalización y de la educación. Hay quienes creen que esta conversión de Kurz a la política de ruptura cultural con la socialdemocracia es puramente oportunista. Pero lo cierto es que este brillante joven «aparatchik» que entró en el gobierno austriaco como secretario de Estado a los 25 y a los 27 era ministro de Exteriores, no ha cometido ningún error, ha sido muy eficaz en el ministerio y tampoco ha caído en las trampas de una campaña electoral que ha sido un perfecto lodazal.

Mañana se verá si el partido socialista paga en las urnas por sus operaciones sucias de descrédito al candidato Kurz. Por medio de asesores externos, el SPÖ lanzó una campaña en Facebook para difamar al candidato popular como racista.

Candidatos


SEBASTIÁN KURZ
MINISTRO DE EXTERIORES (CENTRO-DERECHA)
Con 31 años, es el ministro más joven de toda la UE. Es el candidato a la presidencia por el Partido Popular Austriaco. En 2009 fue elegido presidente de la sección juvenil del partido.

HEINZ-CHRISTIAN STRACHE
LÍDER DEL PARTIDO DE LA LIBERTAD (ULTRA)
De corte populista de extrema derecha, este técnico dental ha recibido críticas severas por tener un discurso abiertamente xenófobo. Es el actual jefe de su grupo en el Parlamento.

CHRISTIAN KERN
CANCILLER DE AUSTRIA. SOCIALDEMÓCRATA
Empresario y periodista, Kern, de 51 años, es el actual presidente del Partido Socialdemócrata austriaco, y candidato a la presidencia por este partido. Fue consejero delegado de la Compañía de Ferrocarriles.

La derecha y ultraderecha austriacas ya no temen las amenazas de Merkel

Los tiempos han cambiado y si Angela Merkel era aún hace un año la vecina todopoderosa hasta para amenazar directamente a los austriacos si votaban a Hofer, hoy la canciller alemana tiene sus propios problemas con la Alternativa para Alemania (AfD) que cuenta con 93 diputados en el nuevo parlamento. Hoy se puede descartar ya que los políticos austriacos se vayan a dejarse intimidar por las amenazas de sanciones por la supuesta osadía de una alianza entre partidos democráticos y respetuosos de la constitución. Meramente porque la izquierda europea los tacha de ultraderechistas. Las impuestas en 2000 fueron levantadas por la UE tras un informe de una troika presidida por el español Marcelino Oreja que las consideró improcedentes.

EXPLICAR FUERA LA BATALLA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 13.10.17

Fracaso del gobierno en explicar la crisis catalana al exterior

MUCHOS españoles han quedado estupefactos ante la forma de informar de la prensa extranjera sobre la crisis en Cataluña. Unos se han sentido injustamente tratados porque han visto mucha mala fe, que la ha habido. Y otros han quedado impresionados por la ignorancia demostrada. Partamos del hecho de que la información internacional de los medios occidentales es hoy mucho peor que hace 30 años. Entonces los principales medios de prensa, radio y televisión tenían unas redes muy completas de corresponsales en las principales capitales. Los corresponsales de los grandes y no tan grandes medios de comunicación eran profesionales con experiencia, bien pagados, con oficinas, secretarias, casas en las que recibir y presupuesto. De los que se esperaba información y criterio con conocimiento profundo del país. Hoy, varias crisis después y con el deterioro general de hábitos de lectura y la galopante frivolización de los contenidos e infantilización general de la audiencia, aquellos corresponsales son historia remota. Los medios se nutren de colaboradores ocasionales o asiduos, pocos con contratos permanentes, jóvenes que trabajan en precariedad sin infraestructura ni presupuesto. La mayoría son menos periodistas que activistas desde la superioridad moral izquierdista.
Los periodistas que venían a falsificar la información para la prensa europea durante la Guerra Civil, casi siempre en apoyo del Frente Popular –con mentiras imperecederas como la foto del miliciano de Capa– eran intelectuales. Hoy casi todos son personajes desasistidos, cargados de tópicos infantiles y maniqueísmos. Salidos de facultades de ciencias sociales que son laboratorios de falsificación de la historia, seminarios de los nuevos clérigos de la religión socialdemócrata y sus sectas.
A estos activistas del ideal y a los enviados especiales que son «paracaidistas» que no suelen saber nada del país al que van, hay que darles todo masticado. Necesitan la información básica. Adobada de sabores que despierten su simpatía. Si no, se la dan otros. Eso lo que entendió siempre la Generalidad de Cataluña que se gasta lo que falta en los hospitales y otros servicios públicos en un ejército de propagandistas preparados, bien pagados y políglotas con mil agencias y boletines digitales, que siembra el mundo de narrativa victimista del separatismo. Todas las redacciones importantes del mundo reciben desde hace años información de la versión separatista con todas sus mentiras históricas, con las más grotescas fabulaciones. Pero perfectamente presentadas.

La Generalidad vende como una gran empresa moderna el producto de «la torturada vida de su alma sensible bajo la cruel bota española». Mientras en Madrid hay un gobierno paleto que desprecia a la prensa exterior. Con un presidente que no habla ningún idioma, que tiene una secretaria de Estado de Comunicación que ni habla idiomas ni pierde un minuto con extranjeros, a un ministro de exteriores tan persuasivo él que, con sus balbuceos en televisiones extranjeras, nos puede convertir en separatistas a mí y a un general de la legión. Toda la labor mediática de este gobierno se ha centrado en sus mezquinos cálculos tertulianos de agendas políticas y personales internas. Los esfuerzos de personalidades que intentan compensar por el mundo esta insolvencia gubernamental no bastan. El futuro inmediato será duro y habrá noticias desagradables sin duda. Pero la Razón y el Derecho –que son de España– han de ser defendidos en el exterior. Para que la perversión de la verdad por la prensa extranjera no puedan convencer de absurdos a sus opiniones públicas y estas a su vez no fuercen a sus gobiernos a disparatar y favorecer a los enemigos en España. En perjuicio de toda Europa. La Nación Española pondrá tarde o temprano fin a la peor agresión que sufre desde la guerra civil. Hay que explicar fuera bien cómo y por qué.

CATARSIS Y PURA FELICIDAD

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 10.10.17

En Barcelona cayó el muro de las mentiras que tenían a España secuestrada

SE ha escrito ya mucho y se habrá de escribir mucho más sobre este domingo 8 de octubre que pasará a la historia como una de esas jornadas luminosas que tan escasamente aparecen en los libros que hablan de España. El domingo lo recordaremos todos los que tuvimos la inmensa fortuna de estar allí como el día en que la nación española cumplió con nuestros mejores sueños. Allí apareció aquella multitud revuelta y variopinta, sin instrucciones, órdenes ni consignas, sin prisas ni ansiedades, sin miedos ni rencores para desencadenar, en armonía, en fiesta y buen humor, lo que pronto fue una inmensa catarsis. Que todos sintieron y todos sabían que estaba pendiente. Lo necesitábamos. No ya los presentes sino toda España necesitaba esta experiencia de encontrarse y sentirse tras tantos sinsabores, humillaciones y silencios, siempre en parte impuestos siempre algo voluntarios y cobardes y culpables por tanto. De esa conciencia esa emoción. Yo lo había visto antes. Tantos adultos llorando juntos tanto, de emoción y pura felicidad. Allá por 1989. Desconocidos abrazados en el llanto, policías con lágrimas bajo las gafas, mujeres con la cara bañada, parejas de la mano con los ojos empapados, evocaban en Barcelona el año milagroso en que cayó hecho trizas el telón de acero de la cárcel de pueblos en Europa oriental. Cuando las multitudes celebraban en las calles de Varsovia, Praga, Berlín o Bucarest, aún incrédulas, en la emoción del cambio trascendente, su nueva libertad. Para Cataluña y para España entera ha caído un muro de mentiras impuestas por unos y asumidas por la mayoría durante siete lustros. Hubo que reunir a tantísimos para confirmar todos juntos que ellos no necesitan ni juegos florales o bailes de tarjetones de colores ni desfiles norcoreanos, ni lemas ni consignas ni órdenes, ni siquiera un poco de orden para reunirse. Para expresar y sentir una comunión profunda que no requiere movilizaciones oficiales ni arengas artificiales. No necesita enemigos porque no es una construcción chovinista de políticos para la política. Sino eso que muchos pretenden y los españoles muchas veces olvidan que tienen, una gran nación, con tanta naturalidad de siglos que a veces se duerme. O se desmaya. Pero también se despierta, como ahora. Sin histrionismo ni histerismos, sin rabia ni violencia pese a tanta humillación, tanta injusticia y tanto atropello. Alegre al verse a sí misma otra vez ahí, despierta y presente. Feliz en su reencuentro consigo misma.

Esta multitud, la nación española, no necesita la falsedad. Otros sí. Quienes sustentan su emoción y proyecto en mentiras que aumentan sin cesar para proteger las anteriores viven en la farsa, en la militancia subvencionada, en el fanatismo con sus mitos y quimeras. Si la falsaria construcción comienza por hacer del patriota español Casanova un nacionalista catalán es lógico que acabe jurando que las empresas no huirán de la independencia. Todo es mentira en el supremacismo nacionalista catalán. La catarsis en Cataluña y toda España llega impulsada por el otro gran momento luminoso de estos tormentosos días: el discurso del Rey Felipe VI. Que demostró que esta vez hay alguien a la altura del reto histórico. También por la proliferación de manifestaciones en defensa de la Nación que se han extendido por toda la geografía española como expresión de esa voluntad de unidad, libertad e igualdad de los españoles. Los españoles pide el fin de la impunidad del delito. De todos. Como en 1808 con la nación en peligro, demandan una enmienda general. Esta vez para restablecer la unidad, la dignidad y la probidad en nuestra democracia. La clase política, gobierno a la cabeza, intenta frenar estas energías. Esperemos que no pueda. Y que quienes no estén a la altura sean arrastrados al sumidero del mediocre pasado inmediato.

BARCELONA, CAPITAL DE ESPAÑA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 08.10.17

No puede haber diálogo entre legalidad y crimen

ESTE domingo tenemos todos los españoles, también los que no estén allí, una gran cita con la historia en Barcelona, hoy capital de España. Con una manifestación en defensa de la unidad de España, del Estado de Derecho y el pluralismo. Comienza al mediodía y debiera marcar el principio del fin del control de las calles catalanas por el miedo impuesto por el régimen nacionalista. Y también el regreso a Cataluña de la España institucional y de la propia idea de la nación española. Porque España ha estado ausente de Cataluña, los españoles han estado sometidos al terror blando de instituciones convertidas en órganos separatistas.
Esta manifestación que cuenta con masivos apoyos de la oposición catalana, fuerzas políticas españolas y apoyo del Gobierno de Madrid, llega después de una oleada de manifestaciones que tenían los mismos fines pero no la misma suerte. Fueron boicoteadas y difamados por los partidos, los medios y el Gobierno. Pero allí estuvieron muchos millares de españoles que en ciudades y pueblos salieron los primeros a defender a los catalanes de la sevicia nacionalista. Su movilización contra la humillación, contra la pasividad del Gobierno y en favor de acciones en defensa de la unidad y la Constitución, recibió el gran espaldarazo del histórico discurso del Rey. Esa ha sido la primera reacción, espontánea, profunda, de la nación, que hoy debiera tener su expresión colosal en Barcelona. Que no estropeen ese inmenso capital del pueblo español en marcha, los cálculos de partidos, intelectuales y negociantes.

La cita de hoy suma muchas adhesiones de muchos rincones geográficos e ideológicos. Hasta el PSC, uno de los grandes culpables de la tragedia separatista, deja ir a sus militantes. Se verá si ampliar el espectro no desdibuja los fines. Si no se debilitará la necesaria radicalidad contra el nacionalismo en beneficio de tibias fórmulas de acuerdos con unos separatistas en retirada ordenada. Muchos temen que a la cabeza de esa vía de «reconciliación entre la legalidad y el crimen» esté Mariano Rajoy que desde el discurso del Rey no deja de intentar debilitar el diagnóstico real. Los golpistas que han de pagar por sus actos. La impunidad de la cúpula sediciosa hundiría a España en el desgobierno y el caos. Esta búsqueda de «diálogo» para no cumplir la ley solo prolonga la deriva al desastre total. Cuando hay una oportunidad histórica para la general enmienda de las perversiones del sistema. La defensa de España implica la lucha contra el nacionalismo para derrotarlo, deslegitimarlo y neutralizarlo como factor decisivo en la política española. Son días estos que pasarán a la historia de España, nadie sabe si como punto de partida hacia una gran enmienda histórica que fortalezca a España, su democracia y su Estado de Derecho o hacia su definitiva quiebra, desarme y destrucción. Lo que nos jugamos es todo. Esperemos que hoy en una manifestación sin precedentes en Barcelona se reafirme la idea de una nación movilizada en defensa incondicional de su unidad y sus leyes cuya mejor expresión fue el discurso del Rey.

OTRO PREMIO A JOHN LENNON

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 07.10.17

Este año se vuelve a un premio a las buenas intenciones con objetivos inalcanzables

El Premio Nobel de la Paz es desde hace tiempo un indicador de las prioridades del zeitgeist, la moda humanitaria y los intereses del mundialismo socialdemócrata y su corrección política. Algunas veces escandalosos como en 2016 con el galardón al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, por imponer un plan cubano de empoderamiento del narcoterrorismo de las FARC contra la voluntad expresa de su pueblo. Este año se vuelve a la pureza absoluta con un premio a buenas intenciones con objetivos inalcanzables, por tanto especialmente nobles.
El Comité Noruego del Nobel ha premiado a la «Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares», (ICAN) una juvenil iniciativa de pacifistas liderados por una joven sueca, Beatrice Fihn, que dedica su tiempo y las subvenciones a buscar organizaciones cooperantes, ya son 450, para convencer al mundo de que hay que prohibir las armas nucleares.
Su gran éxito ha sido lograr que 50 países firmen esa prohibición. Son países que no tienen ese arma ni la tendrán. Los que la tienen se ríen de la iniciativa. Pero ellos, gracias al Nobel, tendrán además del dinero del premio más subvenciones para recabar más firmas y movilizar más sentimientos antinucleares. Que siempre servirán al menos para insultar a Donald Trump.
El pacifismo ha tenido buen cartel incluso cuando no era inocente. Este es solo como nuestras sociedades desarrolladas, infantil. El problema de las armas nucleares no es que las tengan los grandes. Solo se han usado una vez y fue para acortar una guerra y salvar vidas. El problema está en que desde que fueron inventadas ya no deja de ser posible que alguien las haga. Cualquier físico mediocre con la tecnología, el combustible y el dinero suficiente se apaña. Aunque todos destruyeran las suyas, y de repente sería el jefe, los demás correrían a hacer las suyas de nuevo.

El Nobel no se da a nadie que asegure la paz, sino a quien canta «Imagine» de John Lennon, canción, por cierto, de nefastas consecuencias culturales.

viernes, octubre 06, 2017

OFENSIVA CONTRA EL REY Y LA NACIÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 06.10.17

Las llamadas al diálogo con los golpistas buscan evitar la reacción nacional

LA «operación salida de Cataluña» consumada por el Banco de Sabadell y CaixaBank, y a seguir al parecer por numerosas empresas, es ante todo la confirmación de que la muy previsible realidad de que el separatismo genera miseria. El dinero huye del caos, de la falta de ley y la barbarie vista en las calles catalanas. Pero también es la constatación palmaria por parte del mundo empresarial, económico y financiero de que asume ya como muy cercana la posibilidad de que el golpe de Estado separatista triunfe. De que el Gobierno español fracase en sus medidas reactivas y posibles planes de restauración de la legalidad. De que el presidente Mariano Rajoy sea definitivamente incapaz de recuperar el control sobre el territorio español que ha perdido. Dicho de otro modo, los poderes más realistas, los económicos, no confían ya en que el Gobierno logre sus propósitos y sí temen que los golpistas alcancen los suyos. Mientras, el Gobierno anuncia un decreto para facilitar la huida de empresas de Cataluña. Se toman decisiones como si creyera posible y probable que España estalle en pedazos. Eso es así, guste o no a Rajoy y su gobierno, que pierden a chorros su credibilidad. Nada es como dijeron. Han fracasado en todo lo que han hecho para frenar a un separatismo que bajo su gobierno ha sido cada vez más organizado, procaz, peligroso y canalla.
El discurso del Rey Felipe VI expresó convicciones y anhelos de millones de españoles que se sienten humillados y maltratados. La mayoría respetuosa con las leyes constata siempre que quienes delinquen y violan las leyes gozan de impunidad. Los enemigos de la Constitución gozan de ventajas y los leales a España sufren discriminación y represalias. El agravio ha crecido a lo largo de décadas y hoy es hasta físicamente doloroso con las imágenes de los pogromos de las turbas separatistas contra policías y guardias civiles. España comienza a ser un clamor que exige, como su Rey Felipe VI, que se imponga la ley y la justicia tras años de pasividad de los gobernantes ante los preparativos públicos y obscenos del golpe de Estado. Nunca un Estado ha ayudado tanto a sus enemigos autoproclamados. Algún día se sabrá algo más de esos misterios que rodean a siniestros personajes en el eje de poderes de Madrid y Barcelona, agazapados en grandes empresas y grupos de comunicación, hiperactivos en el movimiento sedicioso mientras gozan de protección del Gobierno de Madrid.

El hartazgo y la rabia de los españoles se desbordan por la agresión brutal, la hispanofobia lacerante, las mentiras grotescas, la humillación por el maltrato a las fuerzas del orden y la incomprensible pasividad del Gobierno. La reacción comienza a adquirir un carácter nacional y transversal que ha hecho saltar las alarmas en la izquierda española. Siempre celosa de mantener el desarme moral y el relativismo impuesto por su mensaje hegemónico. Se han lanzado, socialistas y comunistas de Podemos, con su artillería en todas las televisiones a una «campaña por el diálogo» que en realidad es una ofensiva contra el Rey, la única defensa clara que hoy tiene la Nación acosada. Quieren «diálogo» con los golpistas para evitar a toda costa el restablecimiento de la ley en Cataluña, que supondría la victoria de España como nación. No la tienen todas consigo. Mientras el dinero huye, la conciencia nacional vuelve. Y a los partidos, todos ellos fóbicos a la idea nacional, les asusta. Puede que la agresión separatista y la conspiración para dinamitar a España haya desencadenado la única reacción capaz de salvarla que es la movilización de la nación española, identificada en este momento de dramatismo histórico con su Jefe de Estado.

jueves, octubre 05, 2017

«ESPAÑA, EN MOVIMIENTO»

¿Qué debe hacer el Gobierno para frenar a los independentistas? Los columnistas de ABC responden

Los opinadores del diario dan su visión sobre el problema catalán y sobre las posibles soluciones: ¿diálogo? ¿aplicar el 155?

«ESPAÑA, EN MOVIMIENTO»
Por HERMANN TERTSCH
ABC  Jueves, 05.10.17

El anuncio de la “operación salida” de Cataluña de diversas empresas y los planes anunciados por los dos grandes bancos, La Caixa y Sabadell, son la confirmación de que la muy previsible realidad de que el separatismo genera miseria. Pero también la constatación palmaria por parte del mundo empresarial, económico y financiero de que asume ya como muy cercana la posibilidad de que el golpe de Estado separatista triunfe. De que el gobierno español fracase en sus medidas reactivas y posibles planes de restauración de la legalidad. De que ese gobierno bajo Rajoy sea definitivamente incapaz de recuperar el pleno control sobre el territorio español que claramente ha perdido. Dicho de otro modo, los poderes más realistas, los económicos, no confían en que el gobierno logre sus propósitos y sí temen que los golpistas alcancen los suyos. Es decir, creen posible a corto plazo que la cuarta potencia económica de la Unión Europea, estalle en pedazos. Eso es así, les guste o no a Rajoy y Sáenz de Santamaría que pierden credibilidad a chorros día a día.
El discurso del Rey Felipe VI expresó convicciones y anhelos de millones de españoles que se sienten humillados y maltratados. Por los separatistas, por la opinión exterior y por sus gobernantes. Hace ya muchos años que en España la inmensa mayoría respetuosa con las leyes constata que quienes delinquen, violan y abusan de las leyes gozan de sistemática impunidad y consiguen imponer sus discursos con prepotencia. En Cataluña especialmente ha quedado claro que los enemigos de la Constitución han gozado de infinitas ventajas y los leales a la misma y a España han sido víctimas sistemáticas de represalias. Ante la pasividad absoluta de los gobernantes de Madrid. El agravio ha crecido a lo largo de los lustros. Hoy se hace dramáticamente insoportable.
Ahora España es un clamor que exige se restablezca la ley y la justicia que han sido minadas durante décadas. Y desmanteladas finalmente con desvergüenza y desprecio a España en los últimos años. Especialmente durante los abiertos preparativos del golpe de Estado que se prolongan ya más de tres. A plena luz del día. Con los gastos pagados por el erario español. Nunca un Estado como el español ha tenido tanta generosidad con sus enemigos hasta para cooperar en las intrigas y financiar la conspiración para destruirlo. Algún día se sabrá algo más de todos esos misterios que rodean a siniestros personajes en el eje entre los poderes de Madrid y Barcelona, agazapados en grandes grupos de comunicación, hiperactivos en el movimiento sedicioso mientras gozan de protección especial del Gobierno de la Nación y de otros poderes que tanto han hecho por destruir las defensas culturales, identitarias e históricas de España.

Nadie sabe lo que va a pasar en los próximos días, semanas y meses. La situación es prerrevolucionaria en Cataluña. Todo, incluido lo peor, es posible. En Cataluña hasta ahora el protagonismo ha sido todo de las masas separatistas organizadas durante años por la Generalidad con cuadros de mando y estructuras generados con dinero público. Pero ahora se ven claros indicios ya de que tanto dentro como fuera de aquella región se ha puesto en marcha España, tanto tiempo desaparecida y por muchos declarada difunta. Ya es muy evidente que el inmenso hartazgo y la rabia que se desbordan han transformado la percepción del conflicto. La agresión brutal, el desprecio general de la dirección separatistas, la humillación ante el maltrato a las fuerzas del orden españolas y la pasividad del gobierno, han generado en toda España, más allá de una reacción patriótica emocional, la convicción de que se impone un cambio. Y que para que se imponga el cambio debe antes que nada imponerse la ley y hacerse justicia en Cataluña. Con el fin del golpe y la detención de sus cabecillas. Se extiende la convicción de que sin esta solución justa toda España está en peligro de hundirse en el caos y la violencia. Lejos de lo que proponen los partidos izquierdistas de buscar el diálogo y las concesiones hacia los responsables del crimen político que llevaría al reconocimiento de independencias diversas, se exige el cumplimiento de la ley. A pesar del terrible desarme moral y del relativismo propagado e impuesto por el mensaje cultural hegemónico en estas décadas, la reacción, que es transversal, entra en unos cauces de reactivación de la defensa de la unidad de la Nación. Esto alarma ya a los centros de poder del sistema. Las manifestaciones en defensa de la unidad de España celebrados en toda su geografía no han tenido, salvo la del lunes próximo en Barcelona, el apoyo de ninguno de los partidos. No obstante y pese a la incansable propaganda pro secesionista y pro golpista en todas las televisiones privadas y publicas España se ha puesto en movimiento. Puede así que la conspiración para vender a la Nación e imponerle desde Barcelona como desde Madrid, nuevas estructuras que supondrían su desaparición de hecho, haya desencadenado otra vez la única reacción capaz de salvarla.