EL GUIÑO HONRADO DE TORTOSA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 31.05.16
Cataluña no solo se arruina. Entra en una quiebra que Madrid
impide sin imponer un cambio de rumbo
LOS vecinos de Tortosa han decidido en referéndum no
destruir un monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro que, como nadie
discute al menos hasta hoy, ganaron las tropas de Franco. Con aquella victoria
quedó expedita la vía del avance hacia la muy fácil toma de Barcelona y la
caída de toda la resistencia republicana en el noreste. Es notable la decisión
de Tortosa. Pese a la masiva presión por eliminar todo vestigio del monumento
por parte de la izquierda separatista, que por supuesto acabó llamando
«franquistas» a los partidarios de preservarlo, casi un 70% de los votantes optó
por mantenerlo. Es más que una anécdota. Es una pequeña pero rara y preciosa
victoria del sentido común popular sobre la escuela del odio y su imponente
maquinaria política y mediática de intimidación. Es un gesto que cuestiona la
lógica implacable de la destrucción revanchista del recuerdo real para
suplantarlo por la memoria artificial y mentirosa. Supone por ello un nada
común gesto de libertad de criterio. Precisamente cuando se manifiestan con
especial crueldad los nefastos resultados de la falta de esa libertad que
impone en Cataluña el pensamiento único dictado por el fanatismo
anticonstitucional y antiespañol. Y se sufre la falta de libertad y de la
inexistencia de una narrativa diferente, opuesta, integradora, cívica,
española, nacional y constitucional. Cataluña ha entrado en una deriva de
deterioro general. Que se debe al masivo desprestigio que las leyes y su
defensa en una región en permanente estado de excepción con instituciones que
subsisten y se legitiman en la ilegalidad y la rebeldía. Sin que los poderes
del Estado, responsables últimos de la defensa de leyes y Constitución, hayan
cumplido con su deber de garantizar la vigencia e imposición de la ley en todo
su territorio. Los efectos del desprecio a las leyes están ahí. La deuda
catalana ya tiene una calificación de bono basura, comparable a la de
Bangladesh o Nigeria.
Pero Cataluña no solo se arruina. Y entra en una quiebra que
Madrid impide sin imponer un cambio de rumbo. No fuera a entenderse como un
giro hacia la defensa real de los intereses de todos los españoles. Menudo lío.
Está en quiebra y además en caos. Inaudito es que los poderes de un Estado del
Primer Mundo asistan impasibles e inactivos al colapso de todos los criterios
de racionalidad en el gobierno de parte de su territorio. Inaudito es que
asistan con la misma indolencia al secuestro de la capital de la región por
unas hordas de delincuentes. Hace muchos años ya que la necia equiparación
entre orden y ley y dictadura generó en toda España, pero en Cataluña de forma
extrema y particular, una subcultura de la transgresión. Se extendió gracias a
su prestigio en la izquierda y a la cobardía y los complejos de la derecha en
combatirla. En las regiones con fuerzas separatistas el frente contra la
legalidad ha gozado además del apoyo de las instituciones autonómicas. Hoy una
de las regiones más ricas y más mimadas de España no solo es la más corrupta,
la menos libre, la más insegura jurídicamente y la más violenta. Se van
cumpliendo todas las disfunciones que llevan al estado fallido. Todo proviene
de esa inmensa mentira sobre pasado y presente del mito antifranquista de la
izquierda y el separatismo.
En Cataluña ha tenido la más tóxica de sus combinaciones. Y
ya es religión oficial laica del régimen separatista. Frente a tan poderosa y
falaz miseria moral, histórica y política, el gesto del voto de Tortosa es como
un guiño de honradez, de veracidad, de ese sentido común que hubo y quizás
subsiste agazapado en la sabiduría del pueblo y algún día volverá.
CALMA EFÍMERA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 28.05.16
La tragedia de la inmigración siempre es anunciada, pero no
hay nunca disuasión eficaz. Libia es un buen ejemplo
Con el buen tiempo
aumentan los muertos. Es solo una aparente paradoja esta regla para la travesía
de las multitudes de potenciales inmigrantes ilegales que esperan en Libia a
cruzar el Mediterráneo hacia Italia. El mal tiempo disuade de lo que siempre es
una temeridad cuando no un suicidio. Se volverá a ahogar la gente en masa y todo
el mundo se escandalizará. Y aumentará la presión para acoger a todo el que
tenga la suerte de no ahogarse. A los que se ahoguen sin imágenes nadie les
echará de menos. Y nadie se hará responsable de que el negocio del tráfico
florezca y cuente con la colaboración directa y publicitaria de tanta ONG,
tanto insensato activista y tanta necedad de autoridades y medios occidentales.
La tragedia es
anunciada, pero nunca hay disuasión eficaz. En Libia mismo apenas se ha hecho
nada para evitar que sigan llegando clientes para los traficantes desde todo el
continente africano e incluso de Asia. Allí se agolpan ahora varios centenares
de miles de personas en situaciones de extremo peligro y abuso salvaje. Hace
diez días en la capital austriaca, se anunció la intención de armar al Gobierno
de Trípoli para que logre imponer su control. Pero está lejos de ello. Y en
Viena se descartó una intervención militar directa para acabar con la situación
caótica en que piratas diversos, entre ellos el Estado Islámico (Daesh), controlan
tramos de costa que son sus «puertos comerciales». Mientras, el acuerdo para
cortar la avalancha de inmigrantes desde Turquía hacia las costas de Grecia,
que ha sido eficaz, amenaza con romperse por la involución política en Turquía.
Que hace imposible cumplir el acuerdo para la exención de visados a los turcos.
Y en Grecia los jueces ayudan a ONGs a impedir deportaciones a Turquía. Con lo
que el efecto disuasorio del acuerdo puede morir antes de que Erdogan cumpla
sus amenazas de permitir un nuevo cruce masivo.
Quienes como la
canciller Angela Merkel creían que gracias al muy cuestionable acuerdo con
Erdogan habían logrado comprar la calma, pueden comprobar pronto que era
efímera.
EL INMENSO KINDERGARTEN
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 27.05.16
Se hace difícil creer que hayan logrado tal marca en tan
poco tiempo
HABÍA quienes
calculaban que les vendría bien a los españoles una breve experiencia de verse
gobernados por la política más insensata. Porque así verían que hay cosas
peores que los incumplimientos de programas y promesas, la traición a los
principios, la corrupción y el desprecio a las inquietudes de los propios
votantes o de los españoles en general. Por eso algunos pensaron que unas
municipales medio año antes de unas generales supondrían un buen aviso y
escarmiento. Y neutralizaría el peligro del Frente Popular para el gobierno.
Bueno, pues el Frente Popular ha sido municipalizado con toda normalidad, es
decir, con toda brutalidad, en la mayoría de las grandes ciudades españolas.
Pero el carácter disuasorio de los inmensos desaguisados nacionales que ya ha
causado son más que discutibles. Los daños que, por ejemplo, ha causado, no ya
a Madrid, a España entera, el gobierno municipal de Manuela Carmena con su
sórdido equipo son tan inmensos que se hace difícil creer que hayan logrado tal
marca en tan poco tiempo. La paralización y muerte de los grandes proyectos
urbanísticos de Chamartín, Campamento y Edificio de España es una catástrofe de
enormes y múltiples dimensiones, que acaba con las esperanzas de una
reactivación de la construcción y por ello del único empleo posible para una
población trabajadora de decenas de miles de madrileños en los últimos tres
lustros de edad laboral. A los responsables no les importa. Dicen que llega el
«urbanismo de la gente». Estos proyectos, que podrían haber supuesto cerca de
150.000 puestos de trabajo, no se van a hacer. Eso no lo entienden quienes
jamás han tenido una relación con el mundo laboral más allá de sus trampas,
irregularidades y fraudes en microcosmos de la Universidad, como no perciben
que la lumpenización general de la ciudad es un fenómeno que asusta a quienes
no frecuentaron el modelo de convivencia delincuencial del «Patio Maravillas».
La estampida del grupo Wanda es un desastre para toda
España. Porque Wang Jianlin, el dueño del grupo, no solo vende el edificio
España y suspende sus demás proyectos. Ha hecho saber por todos los cauces
posibles que se va ofendido. Esto va a tener serias consecuencias sobre la
actitud hacia España de todo el poder económico chino, para el que Wang Jianlin
es un ídolo. Todavía le insultarán, como hacen con el español que más riqueza
genera, Amancio Ortega. Pero eso ya da casi igual. El chino que más riqueza iba
a crear en España se va asqueado y asegura que le costará mucho volver por
aquí. España puede haber quedado estigmatizada definitivamente para las
inversiones de la segunda potencia mundial. No está mal para empezar, Carmena.
Podríamos hablar del «Kichi» y su preferencia por los delincuentes frente a su
propia Policía. O de Ada Colau, que logrará convertir esa gran joya española
del Mediterráneo que es Barcelona en una ciudad lumpen y cada vez más pobre y
violenta. Aunque ya le había preparado el camino el Ayuntamiento nacionalista.
O de los personajes de Zaragoza, o de los de las ciudades gallegas. Lo cierto
es que la municipalización del Frente Popular, como pasó en la II República, ha
puesto en marcha un movimiento de inercia de lo peor sin que haya una reacción
real de las fuerzas defensoras del Estado de Derecho, de la ley y, sobre todo,
del sentido común. Por eso nuestras ciudades y nuestras instituciones se han
convertido en inmensos kindergarten dirigidos por seres no adultos y tiranos
que, con desprecio al sentido común, las vidas, las haciendas y los intereses
de millones de españoles, se dedican a sus excesos y experimentos como si
fueran meras gamberradas. Como si la vida no fuera en serio, parafraseando a
Gil de Biedma.
EL REFUGIADO QUE VINO CON SUS PADRES HUYENDO DE STALIN
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Martes, 24.05.16
VAN DER BELLEN PRESIDENTE ELECTO DE AUSTRIA
Perfil
Decente Todos coinciden en que es una persona honrada,
decente, quizás lenta, pero nunca conflictiva
El nuevo presidente de la República de Austria es un
personaje muy peculiar por biografía, que también en esto no podía ser más
distinto a su rival en estas elecciones. Si Norbert Hofer es un perfil
absolutamente común en la Austria de provincias de la que procede y en la que vive
con su familia y sus cuatro hijos, Alexander van der Bellen es tan distinto que
hasta los 14 años ni siquiera fue austríaco.
Su padre, ruso de origen aristocrático flamenco y su madre
estonia, habían huido ante las tropas de Stalin hacia la Alemania hitleriana y
cuando la guerra tocaba a su fin en 1944 se mudaron a Viena donde nació
Alexander. Es por tanto Van der Bellen un hijo de fugitivos y refugiado él
mismo. Con lo que era contraste perfecto con un rival que ha pedido siempre que
se cierren las fronteras. Él nunca ha defendido una política de puertas
abiertas y siempre se ha mantenido en términos ambiguos sobre el imprescindible
trato humanitario a todos los que huyen de la violencia y las guerras.
Creció en una pequeña localidad del Tirol y estudió en
Innsbruck. Allí se doctoró en Economía y se fue a Viena donde comenzó a dar
clases en la Universidad en la que acabaría de decano. Producto cultural muy
propio del sesentaiochismo que le cogió en la universidad, pasó por la extrema
izquierda para militar después en el SPÖ. Lo dejó para participar en la
creación de los Verdes en Austria. Durante casi veinte años fue su cabeza
visible y su jefe parlamentario hasta que en 2012, ya cerca de los setenta, fue
relevado y pasó a la asamblea de la ciudad de Viena.
Como en la cuestión de los refugiados, Van der Bellen es, en
casi todo, un prototípico intelectual de izquierdas, tan contrario al acuerdo
TTIP como lo pueda ser el derechista y nacional Hofer. Niega ser masón. De
familia protestante, nunca fue el anticlerical más agresivo de su gente, el
mundillo académico artístico-cultural de Viena, de la izquierda sibarita. Y con
razón han acusado a su entorno de estar muy a favor de los refugiados, pero
jamás de tenerlos demasiado cerca.
El domingo se fue con sus gentes a celebrar con espumoso al
palacio Auersperg, mientras su rival el denostado derechista lo hacía en las
cervecerías populares del Prater, el parque que ha sido escenario de graves
incidentes de agresiones protagonizados por refugiados. Más allá de esa «schickería»
(pijerío de izquierdas) que siempre le rodeó desde la universidad, todos
coinciden en que Van der Bellen es una persona honrada, decente, quizás lenta
pero nunca conflictiva. Esto último se verá si, como es muy posible, pronto hay
elecciones generales y tiene que nombrar de canciller al líder del FPÖ, Hans
Christian Strache, un político derechista mucho más ducho, versado y duro que
el ahora derrotado Hofer.
EL VERDE VAN DER BELLEN SE IMPONE AL POPULISTA HOFER POR SOLO 31.000 VOTOS
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Martes, 24.05.16
Elecciones presidenciales en Austria
Alivio en Bruselas y Berlín por la victoria del candidato
europeísta al que siempre apoyaron
Alexander van der
Bellen, es el nuevo jefe del Estado austriaco. El candidato de los Verdes,
apoyado en la segunda vuelta por todo el espectro político frente a su rival,
Norbert Hofer del derechista Partido Liberal FPÖ, se impuso finalmente en el
recuento de los votos por correo. La jornada electoral del domingo había
concluido sin vencedor en un virtual empate en el 50% en la proyección. Aunque
Hofer llevaba unos 150.000 votos de ventaja, había que recontar cerca de
900.000 votos por correo entre los que ya se esperaba una mayoría a favor de
Van der Bellen. Así fue y al final el viejo profesor, de 72 años, y antiguo
decano de la Facultad de Económicas de Viena le ganó por solo 31.000 votos,
50,3% frente al 49,7% de su rival, el ingeniero de vuelo y vicepresidente tercero
del Parlamento Austriaco por el FPÖ. Ya a primera hora de la tarde y antes de
hacerse público los resultados, Norbert Hofer reconocía su derrota en las redes
sociales. Agradecía todo el apoyo recibido y señalaba que estas elecciones y el
resultado son una gran esperanza e inversión para el futuro de su partido y de
Austria.

Van der Bellen se dirige ayer a la prensa tras ganar las
elecciones
La noticia de que el
candidato «europeísta» finalmente se había impuesto fue recibido ayer con gran
alivio en las capitales europeas y especialmente en Berlín y Bruselas, donde no
se ha dejado de hacer campaña en favor de Van der Bellen desde que se supo que
era la única alternativa al derechista y antieuropeísta Hofer. Los dos pasaron
a la segunda vuelta después de que cayeran en la primera estrepitosamente
humillados los candidatos de los dos grandes partidos históricos austriacos, el
socialdemócrata SPÖ y el popular ÖVP, que no lograron juntos más que el 22%.
Hofer quedó en la
primera vuelta el primero con una gran diferencia con su 35% frente al 21% de
Van der Bellen. Y la campaña de un mes ha sido una masiva movilización por
parte de representantes de los partidos tradicionales, de las elites y
especialmente movimientos culturales e izquierdistas para hacer frente a lo que
se llegó a llamar «amenaza nazi» y en todo caso un presidente representante
del derechismo populista en auge en toda Europa. Aunque Hofer y su partido han
insistido en distanciarse del nazismo como una «banda de asesinos con la que
nada tenemos que ver», toda la información internacional sobre Austria ha
estado marcada por el señalamiento de Hofer como un peligro para Europa y para
la democracia.
Han sido al final tan
solo 31.000 votos de diferencia en un censo de seis millones y medio los que ha
logrado de ventaja el bando de «todos contra Hofer». Por eso, junto al alivio
de los partidos tradicionales en toda Europa se escucharon ayer las
advertencias que han hecho muchos en Austria y Europa en el sentido de que más
allá de la personalidad del presidente austriaco, cuya función es ante todo
simbólica y de cierto arbitraje, el hecho fundamental es el inmenso éxito de la
candidatura populista.
Todas las demás
fuerzas, con el apoyo masivo de la prensa exterior y de dirigentes políticos
extranjeros y de la Unión Europea, no han logrado más que un empate con las
fuerzas decididas a desafiarlos a todos y votar al derechista FPÖ.
Ni las amenazas a un
nuevo aislamiento de Austria como impuso en su día en el año 2.000 la UE por la
formación de la coalición entre ÖVP y FPÖ han servido. El resultado es una
clara señal del grado de hastío y un abierto rechazo a la política europea y
especialmente a la política de inmigración y actitud ante la crisis de los
refugiados. Como reconocían ayer políticos de todos los partidos
y ya había dicho el nuevo canciller Christian Kern, este resultado no cambia la
situación de que los partidos tradicionales tienen muy pocos meses para evitar
su catástrofe irreversible. Si no, habrá elecciones anticipadas. Y en ellas el
FPÖ arrollará a sus adversarios si estos no han reaccionado.
EL PELIGRO DE LA CORRECCIÓN FRENTE A LA VOLUNTAD POPULAR
¿Cuál ha sido el error de Hofer?
Su peor error fue decir que «ya se sorprenderán ustedes de
todo lo que se puede hacer desde la presidencia». Esa frase asustó a muchos.
Temieron que intentara forzar sus poderes. Y se montó un mediano escándalo que
la prensa forzó. Le costó votos.
¿Se ha comportado de forma diferente su rival?
Van der Bellen fue más cauto. Y se benefició de un trato
mucho más favorable de los medios. Pero también dijo algo grave. Aseguró que
como presidente no nombraría a ningún canciller del partido de Hofer, del
derechista FPÖ. Después dijo que vicecanciller, quizás.
¿Qué pasaría si Van der Bellen se niega a ratificar a un
canciller del FPO?
Si Van der Bellen intenta evitar un gobierno de mayoría
buscando fórmulas inestables de alianzas de perdedores, pondrá a prueba las
instituciones en un país hoy dividido por la mitad exactamente. Si el FPÖ ronda
o consiga la mayoría absoluta, los intentos de Van der Bellen de imponer la
corrección política a la voluntad popular pueden acabar en explosión.
EL LABORATORIO DE KARL KRAUS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 24.05.16
Ya son la mitad de los austriacos los que se han aburrido de
los consejos. Que piden verdad y honradez a unos partidos que no la practican
HE pasado una
interesantísima semana de viaje en coche por Austria antes de las elecciones
presidenciales del domingo que tanto han dado que hablar. Quería asistir a los
últimos fragores de la lucha política antes de la votación decisiva en lo que
han presentado en toda Europa como la lucha del bien contra el mal, de la luz
contra la oscuridad. Ni más ni menos. Decía Karl Kraus que Austria es «el mejor
laboratorio para el fin del mundo». Siempre son allí «los últimos días de la
humanidad». Ahora toca entender como tal a este sistema europeo que cruje por
todas partes, se tambalea por la impotencia de sus gobernantes, el miedo a la
verdad y la corrupción de sus traviesas, pero que, cuando es cuestionado, saca
la bocina de alerta nazi. Y para eso Austria es ideal. Es el paisaje de postal
para pasear al pequeño nazi que asuste a los niños. Parece que todos quieren
curarse en Austria y a costa de los austriacos. Se quieren curar allí sus
propios populismos, sus propios miedos, sus propios nazis de izquierdas y
derechas. ¡Qué claro lo tenía todo el mundo! Todos con opinión sobre lo que
debían hacer los austriacos en esta elección. Era obvio: ser obediente y
disciplinado europeo y votar al bien y no a lo que piden el instinto y el
cuerpo vicioso de austriaco nazi.
En la Comisión
Europea nadie se habrá quedado sin algún comentario admonitorio y recuerdo al
pasado austriaco. Por supuesto, aquel pasado en que, en marzo de 1938,
celebraban la llegada de Hitler con las tropas alemanas. Y aquel otro pasado en
que se les impusieron sanciones desde la UE en el año 2000, porque no gustaron
el resultado de las elecciones y las decisiones de alianzas tomadas. Dos
partidos legales decidieron hacer una coalición de ÖVP y FPÖ, y se montó la
mundial, como si el nazismo ya amenazara desde Austria con invadir a toda Europa
o más allá. Después ha habido en Europa gobiernos de comunistas griegos, de
ladrones, de Berlusconi, de etarras, de separatistas, de golpistas aliados con
terroristas y otros criminales con dinero negro en todo el mundo. Ha gobernado
en Europa casi todo. Pero nadie ha hablado jamás de imponer sanciones como
aquellas. Ridículas, prepotentes, injustificadas y necias. Y es que siempre hay
que recordarles a los austriacos que tienen que cumplir, como hermano teutón
pequeñito, con recibir los golpes que nadie se atreve a darle al teutón
grandote. Que también sacude al austriaco porque tranquiliza su conciencia y
además es gratis.
Me fui a ver qué
pensaban los austriacos fuera de la sociedad privilegiada vienesa en la que se
mueven los amigos del nuevo presidente. Y de quienes viven directamente del
actual estado de cosas. Y de que todo siga así. Resulta que ya son la mitad de
los austriacos los que se han aburrido de los consejos. Que piden verdad y
honradez a unos partidos que no la practican. Y que se niegan a callar porque
han perdido el miedo a ser llamados nazis. Son los pobres. El 86% de los
obreros austriacos han votado a Hofer. Cierto que sus líderes son brutos, nada
cosmopolitas ni leídos. Pero les dicen cosas que ellos comprueban. Mientras los
otros les mienten, como comprueban también. Con el rodillo antinazi a todo gas
han logrado imponer al viejo profesor por 30.000 votos. Pero habrá elecciones
generales. Y si no cambia mucho todo, entonces serán en Austria mucho más de la
mitad los que no tengan miedo a lo que les llamen. Y, parafraseando a Karl
Kraus, será el laboratorio de fin de Europa. Si no ha habido otro antes.
AUSTRIA SE PARTE EN DOS EN SUS ELECCIONES PRESIDENCIALES
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Lunes, 23.05.16
Empate técnico entre el candidato verde y el ultra
Aunque el nacionalista Norbert Hofer obtuvo ayer una ligera
ventaja, se espera que el voto por correo favorezca al ecologista Van der
Bellen
La extrema
polarización política generada en Austria en los pasados meses cristalizó ayer
en un empate técnico entre los dos candidatos a las elecciones presidenciales,
cuyo resultado definitivo será decidido por el voto por correo. Los primeros
resultados daban una ligera ventaja al derechista Hofer, con un 51,9% de los
votos frente al 48,1% del verde Van der Bellen. Pero la proyección que incluye
el voto por correo daba un empate a 50% cada uno, con un margen de error de
0,7%. Por lo que la diferencia en el resultado final no excederá nunca el 1,5%.
Hofer fue por delante de Van der Bellen, en las proyecciones iniciales pero
después el empate se estabilizó.
EFE


Que los partidos
tradicionales que comparten el centro estén ausentes en esta contienda dice
todo respecto al terremoto político que vive Austria y que continuará sea cual
sea mañana el resultado y el nuevo jefe del Estado. Este movimiento tectónico
que se anuncia desde hace lustros por el agotamiento de los partidos
tradicionales tuvo su detonante en la crisis de los refugiados que estalló el
pasado año y que ha tenido en Austria uno de sus escenarios principales. La
polarización se debe en gran parte a las posiciones irreconciliables en cómo
tratar la llegada masiva de refugiados y los problemas sociales y culturales
resultantes. Los dos candidatos comparecieron en televisión hora y media
después de cerrarse los colegios sin poder hacer otra cosa que declaraciones de
buenas intenciones ganen o pierdan tras el recuento de hoy. Y los dos
anunciaron que acudirían a sus fiestas electorales ya en marcha aunque no
hubiera nada concreto que celebrar. Curioso y quizás significativo es que la
izquierda con Van der Bellen celebrara su fiesta en el palacio de los Auersperg
con descorche de espumosos y rodeado de artistas e intelectuales, mientras el
derechista Hofer acudía a celebrar con los suyos a las cervecerías populares
del célebre Prater.
Ambos se mostraron
conciliadores y dispuestos, gane quien gane, a colaborar para cerrar unas
heridas que sin duda se han abierto en una campaña de inusual fiereza. Muy
significativo es el contraste del resultado de Viena con el resto del país. En
la capital, solo el 37% ha votado al derechista del FPÖ y un 63% al dirigente
verde, antiguo decano de económicas en la Universidad y persona muy integrada
en círculos artísticos y culturales de la ciudad, masivamente de izquierdas.
«Siembra de miedo»
El FPÖ lo ha
explicado cómo «el éxito de las presiones y siembra de miedo de la maquinaria
del partido estatal rojinegro» en referencia a la alianza de los dos partidos
de la gran coalición, socialistas de SPÖ y populares de ÖVP. Estos han apoyado
directa o indirectamente a Van der Bellen, después de que sus propios candidatos
fracasaran estrepitosamente en la primera vuelta y no cosecharan ambos más que
el 11%. Estas elecciones son las primeras en la historia de la República que no
se dirimen entre los candidatos de esos dos partidos que siempre se han
disputado –y repartido– responsabilidades, cargos y competencias en la
administración del Estado.
Lo cierto es que,
gane quien gane, el consenso nacional de la II República ha quedado gravemente
malparado con esta campaña. La política de los dos antiguos partidos principales
SPÖ y ÖVP de hacer una especie de alianza general del sistema con los medios de
prensa públicos y privados y los sectores izquierdistas de la cultura en una
lucha sin cuartel contra el derechista Hofer puede haber causado un daño
difícil de reparar.
Todos ellos juntos no
han logrado más que la mitad del electorado frente a lo que han llamado el
peligro ultraderechista, cuando no nazi. Todo ello pese al distanciamiento
claro y continuo de Hofer de los nazis a los que ha calificado en todo momento
de «bandas de asesinos con los que nada tenemos que ver». Si con esta campaña
de todos contra uno, Hofer pierde por décimas, tiene el FPÖ prácticamente hecha
la campaña electoral para las legislativas, en las que su jefe Hans Christian Strache, el
líder del partido tiene cada vez más papeletas para ser canciller. La victoria
de Van der Bellen favorecería en ese sentido paradójicamente las aspiraciones
del FPÖ de hacerse con el poder real que está en la cancillería.
Aunque nadie descarta
tampoco que una victoria de Hofer convenza al partido popular (ÖVP) de que la
gran coalición es ya una condena que amenaza su propia existencia y decida
acabar con la legislatura. De hecho el ÖVP, aunque también los socialistas,
tienen que estar impresionados de la cantidad de austriacos votantes suyos que
han despreciado sus recomendaciones y han votado a Hofer.
El voto por correo, la clave que decidirá quién será el ganador
El voto por correo o tarjeta electoral es esta vez más
importante que nunca por la igualdad en el resultado, pero también por la
cantidad del mismo. Los cerca de 900.000 emitidos decidirán quién es el jefe
del Estado. Han votado un 72% del censo, con lo que se ha vuelto a niveles
previos al bajón de 2010 (del 52%).
El empate incluye la proyección del voto por correo, en el que se prevé
un mayor apoyo a Van der Bellen. En votos ya contados tiene una ventaja Norbert
Hofer, que quedaría anulada si se cumple la proyección del voto
mayoritariamente favorable a su rival. El voto por correo es sobre todo urbano
y de personas que viajan o se desplazan, lo que se adjudica más al perfil del
voto contrario a Hofer. Hoy se verá si se cumple. Habrá que hacer otras
valoraciones. Para estudiar en qué medida ha ayudado a Van der Bellen la
irrupción de un nuevo canciller socialista. En qué medida la muy manifiesta
actitud de la radiotelevisión pública ORF en favor del candidato izquierdista le ha ayudado o ha acabado
perjudicándole al movilizar por indignación a sus adversarios, como ABC comprobó
en Carinthia y Estiria. También la actitud de medios extranjeros, tan
dispuestos a tachar de nazis a los austríacos con el menor pretexto y la
campaña de medios del país por presentar como tales al FPÖ, han crispado mucho.
La injerencia electoral de los dirigentes de la UE, incluido su presidente
Jean-Claude Juncker, en contra del FPÖ ha abierto heridas. Todos deberían saber
ya que, gane o no Hofer, este partido es con diferencia el partido mayoritario
en Austria y muy probablemente dirigirá el Gobierno.
UN ULTRA CONFÍA EN CONVERTIRSE EN PRESIDENTE DE AUSTRIA
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Domingo, 22.05.16
La crisis de la inmigración ha dejado en la cuneta a los dos
partidos tradicionales
No llegan a seis
millones y medio los austriacos con derecho a voto en las elecciones
presidenciales de hoy. Pero son ellos los que decidirán si Austria va a
acometer su más profundo cambio político desde la II Guerra Mundial. Y si
Europa da un paso más hacia la renacionalización y la liquidación definitiva
del consenso político del bipartidismo centrista europeísta. Esta noche debería
saberse si el presidente de la República se llama Norbert Hofer o Alexander van
der Bellen. ¿Habrá cambio de época o un balón de oxígeno para que el sistema
intente reformarse para salvarse? Ni la elección de Hofer, que siempre respetó
las reglas democráticas supone un abismo ni la victoria de Van der Bellen aleja
la derrota de los partidos tradicionales ante el FPÖ en las elecciones
generales que serán antes de lo previsto con seguridad.
¿Qué poder tendrá el ganador?
La Presidencia es en Austria un cargo en gran parte protocolario, pero con poderes efectivos como la disolución del Parlamento, la nominación de un nuevo canciller y el adelanto de elecciones
Reuters
Un hombre camina junto a propaganda electoral de Van der Bellen y Hofer
Jugarán un papel muy
importante en el resultado diversos factores, desde el agotamiento general que
siempre produce una gran coalición de la que sin duda se ha abusado, hasta el
repunte del paro, los precios de la leche, el miedo a la globalización y ante
el acuerdo de libre comercio TTIP o las guerras de Ucrania y Oriente Medio.
Pero sin duda el factor que debe considerarse catalizador del terremoto
político es la inmigración desde el tercer mundo y muy especialmente la crisis
de los refugiados. Austria es uno de los países más afectados. En el pasado dio
cobijo a grandes oleadas de refugiados. Y siempre ha tenido una política de
gran generosidad comparable solo a la de Suecia.
Musulmanes
Pero la crisis que
comenzó el pasado verano y que llega sobre una enorme presión de la inmigración
musulmana desde hace tiempo con inmensas dificultades de integración han hecho
estallar las costuras del aguante y la tolerancia de la población. La
inmigración es la clave de toda la crisis política europea porque nutre y
refleja a un tiempo una crisis de identidad, de miedo al futuro, de nula
confianza en los políticos y caída en la credibilidad de las instituciones. Es
Norbert Hofer el que reta al sistema y a la clase política y dice que hasta
aquí se ha llegado. Que hay que cerrar las puertas y cambiar radicalmente las
formas de actuar en Europa.
También ha sugerido
que recurrirá a atribuciones que cree poder usar desde el cargo de presidente.
Van der Bellen por su parte se presenta como un defensor del sistema mucho más
de lo que a él le habría gustado. Se verá si el miedo al ultraderechista, que
ha sido el principal argumento en contra de Hofer, aun tiene el efecto deseado
por la izquierda que lo utiliza. Hofer ha insistido siempre en distanciarse en
los más duros términos de «las bandas de asesinos de los nazis» con los que su
partido no tendría nada que ver. Pero sus adversarios no le creen, por
supuesto.
El viejo profesor Van
der Bellen es el candidato de todos los que temen el triunfo de Hofer, el joven
ingeniero derechista del Partido Liberal (FPÖ) que fue el candidato más votado
con muchísima diferencia en la primera vuelta. Si todos los votantes de la
primera ronda que no votaron a Hofer, los socialistas, populares y liberales de
izquierdas se unieran como han pedido muchos en la dirección de los partidos
tradicionales, el fantasma del presidente derechista en el Palacio de la
Hofburg estaría neutralizado. Pero todos saben que esto no será así y que
pesará más el hartazgo y el malestar hacia el sistema y los partidos
gobernantes. Para Van der Bellen, no facilita las cosas el ser de repente el
representante del sistema, él que no es de los dos partidos, el socialista SPÖ
y el popular ÖVP, que han dirigido siempre el país y que llevan tres legislaturas
gobernando juntos en una gran coalición que se identifica ya con todo el
deterioro general.
Repercusiones
Jamás había despertado una elección presidencial austriaca
un interés parecido. Desde 1945 en las primeras leyes aun dictadas sobre los
escombros de la guerra, la jefatura del estado se asumió como un cargo
eminentemente simbólico que sirviera como instancia representativa y moral para
la democracia. Sin embargo, en las actuales circunstancias con toda una oleada
de populismo que recorre Europa, derechista en el norte, comunista en el sur,
la decisión que tome el electorado austriaco tendrá una inmensa repercusión.
Porque romperá un tabú ante elecciones en otros países con partidos derechistas
al alza. Y porque marca el ocaso del poder de los partidos que han gobernado
Europa occidental desde 1945.
LOS ASPIRANTES
NORBERT HOFER
CANDIDATO NACIONALISTA
Azote de la corrección política
Hofer es ingeniero de vuelo y su pasión por la aviación
estuvo a punto de costarle la vida. Se estrelló y tiene un daño de paraplejía
incompleta que le obliga al bastón. Esa minusvalía que combina con una enorme
vitalidad y la juventud de 45 años frente a su rival le ha valido
indudablemente simpatías. Fiel escudero del jefe del partido, Hans Christian
Strache, un político mucho más duro. Ya veremos si se siguen llevando bien si
triunfara hoy. Frente a la heterodoxia de su rival, Hofer es «uno más del
pueblo». Tiene cuatro hijos, es católico, miembro de uno de los grupos
estudiantiles germánicos ultraconservadores, habla de la patria, de las
canciones y tradicionales populares. Comparte, alude y alimenta el profundo
hastío de gran parte de la población austriaca contra la corrección política y
el intelectualismo vienés que siempre ha despreciado «la provincia». Hofer ha
dicho mil veces que «nada tenemos que ver con esas bandas de asesinos de los
nazis». Pero el nazismo es el argumento que sus adversarios no dejan de usar.
A. VAN DER BELLEN
CANDIDATO DE LOS VERDES
El profesor con raíces en el 68
Van der Bellen es el hombre de todos los que quieren evitar
el triunfo de su rival, un heterodoxo, un profesor izquierdista, hijo de un
ruso protestante de origen holandés y de una estonia que huyeron de Stalin al
III Reich. Nació cuando llegaron a Viena los padres en plena guerra, en 1944.
Creció después como católico en el Tirol, como hijo de refugiados. Estudió en
Innsbruck Economía en los años del sesentaiochismo. Allí se doctoró y se fue a
la universidad de Viena para acabar de decano de Economía. Tras el radicalismo
de los sesenta, fue miembro del SPÖ y después pasó a los Verdes, a los que
lideró durante casi dos décadas. Niega ser masón. No es religioso y sus
excelentes amistades en los círculos intelectuales y faranduleros de Viena no
le ayudarán. A sus 72 años es un hombre profesoral, lento, nada original ni
combativo. Nunca ha dominado la agresividad de la campaña. Muchos solo le
votarán por miedo a su rival. Y sus mayores defensores son una izquierda más
radical que él. Lo que tampoco le favorece.
SOCIO IMPOSIBLE PARA ACUERDO INVIABLE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 21.05.16
Ayer la mayoría obediente del AKP vació de poder al
Parlamento, que ha dejado de ser una institución seria
Nunca ocultó Erdogan
que la democracia le ha parecido siempre un sistema muy imperfecto y engorroso
que él sabría enmendar de tener ocasión. Los turcos se la dieron y ya está
volcado en forjar un régimen de poder personal que nada tiene que ver con la
democracia. Ayer, la mayoría obediente de su partido, el AKP, vació de poder el
Parlamento, incluido a sí mismo. Con la ley aprobada, que levanta la inmunidad
de los diputados en cuanto instruye la Fiscalía contra ellos, el Parlamento
turco deja de existir como institución a tomar en serio. A través de la
Fiscalía es Erdogan quien decide su composición. El salto cualitativo es
aterrador y supera en gravedad los peores augurios. Nadie pensó que fuera a ir
tan lejos y tan pronto.
La ley supone la
criminalización de toda la oposición. Y convierte al régimen de Erdogan en socio
imposible para tratar cuestiones como derechos humanos, exención de visados y
control del flujo de refugiados. Por mucho que se esfuercen Bruselas y Berlín,
la UE –ayer sus ministros de Interior buscando fórmulas de contentar a Ankara
sin excesivo riesgo– no podrá dar la exención de visados a Turquía. Y se vuelve
a plantear la amenaza de Erdogan de inundar Grecia de refugiados. La operación
auspiciada por Merkel bajo el chantaje era muy cuestionable. Ahora ha de ser
inviable.
LA DIVISIÓN POLÍTICA EN AUSTRIA SALPICA A SU PODEROSA IGLESIA
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Viernes, 20.05.16
Polémica tras pedir el obispo de Salzburgo el voto para el
derechista Norbert Hofer
La respuesta El cardenal Schönborn recordó que la Iglesia no recomienda voto y que solo quiere lo mejor para Austria
Que Austria afronte el irremisible fin de época y de régimen
o reciba un balón de oxígeno para los partidos tradicionales dependerá del
resultado de las urnas de este domingo. De que gane uno u otro de los dos
candidatos que han pasado a la segunda ronda de las elecciones presidenciales,
el verde Alexander Van der Bellen y el derechista del Partido Liberal (FPÖ)
Norbert Hofer. Nadie se atreve a hacer pronósticos, pero es evidente que los
partidarios de Van der Bellen, que son todos los partidos tradicionales y las
fuerzas que los apoyan, tienen más miedo a un resultado adverso.
REUTERS
Manifestación contra el derechista Hofer ayer en Viena
Son ellos los que intensificaron ayer sus llamamientos a
votar al viejo profesor que era solo candidato de los Verdes, pero que se ha
convertido en el «candidato del sistema» por el hundimiento electoral de
quienes comparecían en nombre del partido socialista (SPÖ) y del partido
popular (ÖVP). La poderosa organización de Viena del SPÖ decidió no asumir la
postura de la dirección nacional que no quiso hacer recomendación de voto y
pidió ayer que se acuda a las urnas para evitar que gane el candidato Hofer. En
la carta a sus afiliados, el SPÖ de Viena ni cita al candidato Van der Bellen
para el que pide el voto solo para evitar la llegada de Hofer del que temen «un
giro autoritario para poner fin a la II República». El frente contra Hofer ha
aumentado su radicalidad con mayor relieve izquierdista, lo que podría ser
contraproducente.
Pero la prueba de la división que ha Manifestación contra el
derechista Hofer ayer en Viena El cardenal Christoph Schönborn ha tenido que
intervenir para recordar que la Iglesia no recomienda voto y que cada católico
debe votar de forma reflexionada lo que crea mejor «para el futuro de Austria y
sus gentes pero también para el futuro del continente europeo».
El garrote nazi
«Die Nazi Keule» (el garrote nazi) es un término ya
profundamente asentado y que responde a un estado de ánimo en Austria que
comenzó a darse cuando surgió el escándalo Waldheim y se fortaleció años
después cuando una coalición con el FPÖ provocó sanciones de la UE contra
Austria. Es la convicción de que las acusaciones de nazismo son permanente,
injusta y abusivamente utilizadas para callar bocas y voluntades en Austria que
nada tienen que ver con nazismo. El garrote nazi, dicen también muchos
intelectuales de izquierdas, ya no funciona. Muchos austriacos parecen
decididos a demostrarlo el domingo en lo que es una de las ideas movilizadoras
del voto a Hofer.
EL ANSCHLUSS DE LA CORRECCIÓN
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 20.05.16
La prepotencia que se permiten los medios alemanes en
ocasiones con Austria es motivo de escándalo
CON seguridad es un dicho alemán. Ese que cuenta que los
austriacos son una categoría muy especial de tramposos. Que solo ellos podían
ser capaces de convencer al mundo de que Beethoven era austriaco, y Hitler,
alemán. Cuando lo cierto es todo lo contrario. El compositor era un genio
alemán de Fráncfort que se pasó la vida como buen moroso cambiando de casa por
toda la geografía urbana de Viena. Por eso pueden ver un par de casas de
Beethoven en cada barrio. El otro era un pintor bohemio austriaco fracasado de
Braunau am Inn, no lejos de Linz, que después de la Primera Guerra Mundial,
despechado porque la Academia de Artes de Viena no le admitió por mal
dibujante, se fue a Alemania a buscarse la vida. Pero lo que no dice la gracia
esa es que Beethoven compuso, triunfó y conquistó la gloria en Austria.
Mientras que Hitler fue quien fue gracias a los alemanes. Mientras vivió en
Austria fue un desgarramantas, un miserable fracasado que vivía de pensión
cerca de la calle Mariahilfer, un paupérrimo don nadie que jamás habría llegado
a nada. Con ciertas actitudes, además, que a algunos chocarían mucho. Como su
apasionada defensa de Gustav Mahler como director de la Ópera de Viena frente a
sus detractores que no lo querían en el cargo. Por judío. Que en 1938 Hitler
fuera recibido con un colosal y terrorífico entusiasmo por sus paisanos es tan
cierto como que ya llegaba como el gran dictador del país grande de al lado.
Las relaciones entre los dos grandes países surgidos del
Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana siempre han sido muy complicadas
desde que Francisco II renunciara en 1806 a esa corona y fundara la austriaca.
El pulso entre la creciente Prusia y Austria estaba servido y en 1866 se
decidió, en la batalla de Sadova o Königgrätz, quién era el más fuerte:
Guillermo I con su canciller Bismarck. Al año siguiente el joven Francisco José
tuvo que aceptar el malhadado acuerdo con la aristocracia nacionalista húngara
para el «Ausgleich» de 1867, que daba un poder propio en el imperio a Hungría.
Sería la sentencia de muerte para el imperio medio siglo después. Al estallar
en pedazos el Imperio Austro-Húngaro en 1918, la parte alemana del mismo se
quedó en un rincón como un país diminuto con una capital propia de un imperio
ocho veces mayor. Con toda la industria perdida en lo que ya era Checoslovaquia
y toda la agricultura en Hungría y la renacida Polonia y los puertos de mar en
Italia y en el nuevo Reino de Serbios, Croatas y Eslovenios. Entonces muchos
austriacos pensaron que ese país era un absurdo inviable. Y cuando un austriaco
hizo carrera en el país grande del norte, la masa se entusiasmó con la anexión,
el Anschluss. Cuando llegó, los únicos patriotas austriacos eran monárquicos y
del movimiento católico. Hitler siempre significó como su peor enemigo a Otto
de Habsburgo. Viene todo ello al caso porque la prepotencia que se permiten los
medios alemanes en ocasiones con Austria es motivo de escándalo. Y cualquiera
que lea esos medios unificados en sus opiniones sometidas a la corrección
política como pocos en estados democráticos pensará que fue Austria la que
anexionó a la pobre Alemania que era un ente tolerante y liberal. En cuanto
alguien vota en Austria algo que no conviene a la izquierda austriaca, surge el
mandoble alemán llamando nazis a todos los austriacos que tienen opinión
propia. Y en esto la derecha y la izquierda en Alemania compiten. Ahora vuelven
todos los improperios contra una de las opciones presidenciales. Pues es
posible que esta vez los austriacos se rebelen contra el Anschluss de la
corrección política.
EL CANCILLER AUSTRIACO INTENTA EVITAR EL COLAPSO ECONÓMICO
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Jueves, 19.05.16
Muchos analistas creen que la ruptura de la gran coalición
podría acabar incluso con la II República
El nuevo canciller
austriaco, Christian Kern, presentó ayer a su nuevo gobierno y anunció un
programa de reactivación económica y su voluntad de tomar la iniciativa
política ante una situación dramática. Kern se declaró convencido de que «aún
no es demasiado tarde» para evitar el hundimiento definitivo de los partidos
tradicionales. E impedir así que naufrague, tal como auguran muchos, la propia
II República, instaurada después de la Segunda Guerra Mundial. Pero también
dejó claro que sabe que «tenemos pocos meses para recuperar cierta confianza de
la sociedad y no ser arrastrados a la irrelevancia por el rechazo y el hastío
del votante y el ciclón del populismo derechista».
Eso si acaso. Porque
el domingo puede saltar todo por los aires si como muchos consideran ya
altamente probable, el derechista Norbert Hofer logra imponerse al frente
formado en contra de su candidatura por los partidos tradicionales, el
«establishment» europeísta, las multinacionales y grandes empresas austriacas y
la mayor parte de la prensa, firmemente comprometido con la corrección
política y contra el FPÖ. Pero el ambiente en la población es otro.
Fuera de los
ambientes de la izquierda urbana e intelectual de Viena, en los pueblos y
pequeñas ciudades de los estados del Burgenland, Estiria o Carinthia hierven
las ganas de darle una lección a los «viejos partidos» en Viena. Y la
agresividad de la izquierda movilizada contra Hofer solo agudiza esa rabia y la
militancia nacional en contra del «europeísmo», de la corrección política, de
los refugiados y de los partidos tradicionales. La polarización de la población
ha alcanzado cotas desconocidas en este país. El debate en torno a los
refugiados ha hecho desaparecer el centro político.
Segunda vuelta
Así acude el
electorado a las urnas en la segunda vuelta de las presidenciales que se celebra
el domingo. Los sondeos en principio dan un empate. En un lado está el viejo
profesor del partido de los Verdes, Alexander Van der Bellen, de 72 años,
apoyado por todos los partidos tradicionales, que vieron cómo sus candidatos
perdían estrepitosamente. En el otro, el joven Hofer, del Partido Liberal, FPÖ,
contra el que se han movilizado todas las fuerzas políticas. Hofer juega las
cartas de los refugiados y del rechazo a un Gobierno cuya parálisis afecta ya
mucho a la economía. Pese al viento a favor de tantos factores económicos, en
los dos pasados años no ha dejado de aumentar el paro y en este pasado año son
muchos los refugiados que han entrado a engrosar las listas de las oficinas de
empleo.
Desde que los
socialistas lo convirtieron en sustituto de Werner Faymann, que dimitió por el
catastrófico resultado de la primera vuelta de las presidenciales, el nuevo
canciller Christian Kern no se ha dado un minuto de pausa. Un día después de
anunciar los nombres de sus cuatro cambios en el gobierno, juraban sus cargos
los tres nuevos ministros y una secretaria de Estado, Muna Duzda, muy
significativamente una austriaca musulmana de origen palestino. Kern ha
anunciado ya que votará a Van Der Bellen. Así lo han anunciado otros
socialistas y populares. Lo que nadie sabe es si ese anuncio le ayuda a él o a
su rival Hofer.
KERN ASUME EL GOBIERNO AUSTRIACO EN UN PAÍS CADA VEZ MÁS DIVIDIDO
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Miércoles, 18.05.16
El
gobierno de coalición pende de un hilo a la espera de las presidenciales
Vuelco político Faymann cedió el poder a Kern tras el último
varapalo electoral de los socialdemócratas
El nuevo canciller austriaco, el socialdemócrata Christian
Kern, hizo ayer una encendida defensa de la capacidad del gobierno de la gran
coalición de recuperar el pulso económico y político. Así como de hacer frente
al reto de la inmigración en el marco de la solidaridad europea. Kern juró ayer
su cargo en un primer acto oficial que también será uno de los últimos del
saliente presidente de la República, Heinz Fischer, también del Partido Socialista
(SPÖ).
REUTERS
El presidente Fischer toma juramento al nuevo «premier»,
Kern, en el centro de la imagen
Su sucesor será elegido el domingo en unas elecciones que
han dividido profundamente a la sociedad y que muchos consideran el fin de la
II República con su orden basado en el reparto directo del poder entre los dos
grandes partidos, el socialista SPÖ y el popular ÖVP.
Por primera vez desde la guerra no serán esos dos partidos
los que se disputen la jefatura del Estado sino un derechista del FPÖ, Norbert
Hofer, y un miembro del partido de los Verdes, Alexander Van der Bellen. La
polarización es máxima y los sondeos dan muy igualados al joven populista de
derechas y al viejo ecologista que es apoyado por las direcciones de los dos
partidos tradicionales.
En este escenario convulso en el que muchos ven un nuevo
paso hacia la destrucción del orden de la posguerra en Europa, la llegada del
nuevo canciller, un socialista que se mostró ayer especialmente fresco, ágil y
combativo y que anunció públicamente que votará a Van Der Bellen en contra del
candidato derechista Hofer, puede quizás tener efectos inesperados. Ayer, los
adversarios de Hofer se mostraban confiados en que Kern pudiera movilizar en
favor del candidato de los Verdes, que todos coinciden en que es muy flojo.
En una conferencia de prensa, Kern atacó ayer a su antecesor
y compañero de partido Werner Faymann, de una forma insólita. Este ha sido
canciller durante casi ocho años y dimitió como consecuencia del desastre
electoral de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En estas, el
candidato del SPÖ, al igual que el candidato de su socio de gobierno ÖVP, no
logró más que el 11% de los votos. Mientras, el candidato del FPÖ, Hofer,
alcanzaba el 35% y el Verde Van der Bellen pasaba a la siguiente vuelta con un
precario 21%.
El nuevo canciller sorprendió y animó a los suyos con un
lenguaje nuevo y duro. Especialmente para su predecesor. Según Kern, el
gobierno y el partido tienen que volver a regirse por valores y no por la
obsesión de poder y el «olvido del futuro». Con esto se refería a la falta de
iniciativa, de reformas e ideas de que ha sido acusada la gran coalición desde
hace años.
Posibles elecciones
Lo cierto es que el futuro de este gobierno de Kern depende
en primera instancia del resultado del próximo domingo. Una victoria de Hofer
llevaría de una forma u otra a unas elecciones generales, muchos dicen que ya
en septiembre. Y nadie duda de que el derechista FPÖ sería la fuerza más votada
y encargada de formar gobierno. Donde ahora hay un jefe de estado y un jefe de
gobierno del partido socialista habría dos miembros del FPÖ, el propio Hofer y
el líder incuestionable del partido, Hans Christian Strache, otro joven y
agresivo populista con mucho instinto político.
Claro está ya que la población austriaca está tan harta de
la parálisis de la gran coalición, de la corrección política y sobre todo de la
crisis de los refugiados que clama por un cambio. Las habituales advertencias
de la izquierda y los populares contra el desprestigio en Europa por votar a lo
que presentan como extrema derecha ya no funcionan.
Como decía ayer a ABC el que fuera último director del
legendario órgano del SPÖ Arbeiterzeitung, Georg Hofman-Ostenhof, «el fantasma
del nazismo ya no funciona como arma electoral. Definitivamente, queda
demasiado lejos».
EE.UU. PIDE EN VIENA ARMAR AL «GOBIERNO OFICIAL» LIBIO
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC Martes, 17.05.16
Lavrov y Kerry han descartado en Viena una intervención
directa en Libia
No habrá intervención exterior en Libia. Este parece ser el
primer resultado claro, rotundo y para algunos desesperante de lo acordado ayer
en la cumbre de Viena. Se anunció en la tarde de ayer que se había decidido el
envío de armas al Gobierno de Libia de Fayez al-Sarraj en Trípoli para que
pueda combatir con eficacia a Daesh y hacerse con el control territorial del
país. Por un lado supone un claro avance que elimina un embargo de armas
mantenido desde tiempos pasados y dará medios a este gobierno para imponerse a
quienes siguen negándole autoridad en Trípoli y en Tobruk. Pero también
significa que todos los planes y estudios para intervenir directamente en este
Estado fracasado y ayudar al Gobierno en esa lucha contra el denominado Estado
Islámico han sido abandonados. Partes del territorio libio con su larguísima
costa mediterránea sirven a los yihadistas para sus actividades de tráfico de
refugiados. Allí se estarían concentrando inmensas bolsas de refugiados y
emigrantes económicos de toda África y Asia para preparar el cruce del
Mediterráneo a la vecina Italia.
AFP
Kerry y Lavrov charlan ayer en Viena antes de sentarse a
negociar
Habían convocado a Viena el secretario de Estado
norteamericano John Kerry y el ministro de exteriores ruso Sergei Lavrov. Para
tratar ante todo de Libia y Siria, por este orden, los dos focos de conflicto
distintos, relacionados y con un inmenso potencial de escalada y consecuencias
inmensas para Oriente Medio y Europa. Y llegaron al centro de Viena convertido
en un fortín hasta 20 ministros de exteriores y decenas de miembros de este
mundo de unas enrevesadas negociaciones sobre estos dos conflictos que se
mueven de una ciudad europea a otra.
La cuestión siria
Hoy se reunirán las partes negociadoras del conflicto en
Siria. Y si hace todavía poco tiempo los medios diplomáticos se tenían que
esforzar en reducir las expectativas sobre un acuerdo general después del éxito
transitorio del alto el fuego, lo cierto es que vuelven a acumularse nubarrones
sobre la situación general del conflicto. A falta de nuevas declaraciones de Kerry
y Lavrov al respecto, claro está que la Administración de Obama se ha plegado a
los hechos consumados creados por el Kremlin. El problema por ello no es Rusia
ni su masiva presencia sino las nuevas dificultades que generan las
aspiraciones del presidente Bashar al Assad crecido por los éxitos que la
intervención rusa le ha otorgado, de recuperar todo el territorio sirio.
UN GRAN ÉXITO DE RAJOY
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 17.05.16
No es descartable que Pedro Sánchez se lleve por delante al
PSOE a su extinción
LAS encuestas ya son unánimes en ello y la tendencia es
manifiesta. La alianza neocomunista de Unidos Podemos supera ya hoy al PSOE en
intención de voto y, salvo un cambio de tendencia absolutamente improbable,
confirmará la hegemonía totalitaria en la izquierda española. En toda Europa
este alarmante hecho solo se ha producido antes en Grecia con el triunfo de
Syriza y el hundimiento del Pasok en la irrelevancia. Pero nadie dude de que el
proyecto totalitario en España tiene mayor vitalidad y agresividad que el
griego. De lograr el asalto al poder será pronto causa de alarma y espanto en
una sociedad española que no se acaba de enterar de lo que pronto puede decidir
la vida de un par de generaciones. Es hasta posible que la campaña de Sánchez
colapse directamente. Porque el voto socialista puede ser hasta absurdo. No
puede formar gobierno con nadie para sobrevivir. Salvo con el PP con el que se
ha negado él la supervivencia. No podrá con Ciudadanos. No tiene más vía que
una alianza con un partido neocomunista que nada más abrazarlo lo deglutiría.
Así las cosas, Sánchez es un muerto político.
No es descartable que Sánchez se lleve por delante al PSOE a
su extinción. O a su degeneración fragmentada en partidos regionales de zona
pobre. Otros partidos socialistas se han ido ya por el sumidero y hay media
docena en Europa en la cola. La culpa no sería de Sánchez. Sino de José Luis
Rodríguez Zapatero que liquidó toda opción socialdemócrata centrista y
desenterró la simbología guerracivilista. Con este salto atrás, el PSOE produjo
el discurso que ha llevado a la juventud de izquierdas a romper con la España
constitucional. Lo que han desatado la combinación del culto al resentimiento,
épica revolucionaria, odio a la reconciliación nacional y la crisis es todo un
movimiento tectónico del estado de opinión en España. Que no atiende a razones
ni a fríos cálculos de intereses sino a una inercia en la lógica de la
venganza, en la necesidad de zanjar cuentas por agravios reales o ficticios.
Así lo aprendieron los chicos de Podemos en Venezuela. Había que generalizar el
agravio, convencer a gran parte de la sociedad de que su situación no podía ser
peor y hacer con la legión de agraviados un pacto para la venganza. Esa fue la
mecánica sentimental de Hugo Chávez y es la aplicada con éxito en España. Pero
para llegar a esta situación dramática en España no hubiera bastado con Rodríguez
Zapatero de no haber estado Rajoy.
Ha sido su gobierno el que ha brindado a la izquierda
totalitaria toda la infraestructura para acabar superando al PSOE. Y el que con
su pasividad ha mostrado a los separatistas que las leyes nunca son un impedimento
si hay voluntad política de violarlas. Porque la impunidad está garantizada. Y
el golpe de Estado puede ser ensayado cuantas veces sea necesario. Rajoy y sus
bien pagados aprendices de brujo querían una izquierda fraccionada con una
fuerza muy salvaje que asustara al votante de derechas. Tanto como para que
volviera a votarle a él. Pese a todo. Sería un gran éxito de Rajoy. Pero puede
que pase lo contrario. Que la izquierda tenga un partido mayoritario
totalitario que succione a los restos del PSOE para un Frente Popular. O que
hasta en el mejor de los casos –que el PP pudiera formar gobierno con
Ciudadanos y restos del PSOE–, en cuanto tomara la primera medida necesaria,
tendría España ardiendo por los cuatro costados. El anticonstitucionalismo
tiene ya veto sobre la gobernabilidad. Y no será el PP de Rajoy el que enarbole
la ley y la fuerza para romperlo.
IMPECABLE INSTITUCIONALIDAD
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 14.05.16
Para algunos la salida de Rousseff avisa de que quizás
Iberoamérica entra en un nuevo tiempo
En Brasil ha ocurrido
algo muy impresionante. Que ha sorprendido a todos y molestado, cuando no
asustado, a muchos dentro y fuera de Brasil e Iberoamérica. En Brasil han
funcionado las instituciones. De forma impecable. Esperemos que siga siendo así
en el procedimiento que ahora se abre y que debería concluir con la renuncia
definitiva de Rousseff y elecciones en su día.
Tal como habían
previsto los legisladores para el caso nunca deseable de la recusación e
interrupción del mandato del jefe del Estado. Una amplísima mayoría de
senadores de 55 frente a 22 decidió que se cumplían todos los requisitos para
apartar del cargo a Dilma Rousseff. Eso ha sucedido en Brasil. Ni más ni menos.
Para algunos es un duro revés y para muchos es un aviso de que quizás
Iberoamérica haya entrado en tiempos distintos. Patalean Rousseff y su
antecesor Lula con que es un golpe de Estado. Lo que sí habría sido un golpe a
la legalidad constitucional es que se hubieran impuesto el búnker de la
presidencia y la agitación callejera del Partido de Trabajadores para impedir
el proceso legal.
El cumplimiento de la
ley nunca complica las cosas. Aunque cierta izquierda, sea en Brasil, en España
o en Tombuctú, siempre lo pretenda. Ahora se mesa los cabellos porque el
vicepresidente que asume la jefatura interina del Estado es un liberal
conservador del Partido Democrático do Movimento Brasileiro (PMDB), Michel
Temer, que tuvo problemas con la Justicia antes. No le habían inhabilitado para
ser vicepresidente en la coalición con Rousseff.
Problemas con la
Justicia ha tenido gran parte de la clase política brasileña. Es Rousseff quien
queda fuera en lo que ya parece el fin de la era del poder izquierdista en
Brasil. Aquí, como en Argentina con la derrota del kirchnerismo, han funcionado
las instituciones, lo que los distingue de la trágica agonía venezolana.
El socialismo del
siglo XXI y el brasileño Foro de Sao Paulo han hecho perder tres lustros a la
mayor parte del subcontinente. Es hora de recuperar el tiempo perdido.
TRUMP CRUZA EL POTOMAC
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 13.05.16
Será demonizado por sus enemigos, por supuesto
EN esta Europa
convulsa, un sistema democrático y un proyecto de unidad europea vigentes ya
mucho más de medio siglo han entrado en una fase catatónica y nadie sabe cómo
se van a renovar ni si van a sobrevivir. En esta España confundida y estafada,
la debilidad y el egoísmo de unos y la ignorancia, los adoctrinamientos y el
fanatismo de otros amenazan con destruir la Nación y lo que queda del Estado de
Derecho y dejar sus restos en manos de diversas tribus totalitarias. En Estados
Unidos ocurren mientras tanto cosas extraordinarias que revelan lo
infinitamente mejor que funcionan las instituciones y la propia sociedad en
aquel sistema ideado por europeos que huían de Europa. El candidato Donald
Trump, esa pesadilla de todo biempensante, va camino de convertirse en un
formidable adversario del candidato demócrata en la carrera para la presidencia
de los EE.UU. Ya nadie se ríe cuando se habla de la posibilidad de que gane a
una Hillary Clinton que es derrotada en primarias una y otra vez por un Bernie
Sanders que era un izquierdista marginal. Clinton, amenazada además por unos
procesos judiciales que podrían dejarla paralizada en plena campaña. Ya nadie
niega que Trump es un fenómeno histórico. Sus enemigos ven con horror el
peligro de un demente en la Casa Blanca. Sus partidarios sueñan con que emule a
Ronald Reagan, despreciado, insultado y calumniado hasta cotas inconcebibles y
después uno de los más grandes presidentes de la historia de EE.UU.
Trump tuvo ayer su
primer gran encuentro con la cúpula del Partido Republicano en Washington. Hace
dos meses habría sido impensable. Demasiado vitriolo habían intercambiado el
magnate rubio y unos jefes republicanos que no sabían cómo hundirle y
expulsarle de la carrera para la nominación. Las muchas barbaridades de Trump
habían tenido sonada y masiva respuesta en las malas artes de sus adversarios.
Todo valía contra el millonario «sexista», «racista», «chovinista», «loco»,
«fascista» y «nazi». Pero es rotundo el fracaso del frente del «Trump nunca
jamás». Él ha ganado la guerra de todos contra él. Los jefes del partido ya
reconocen que tienen un candidato inevitable al que no pueden destruir sin destruir
al partido y a sí mismos. Y ya llaman a hacer de necesidad virtud y aprovechar
el inmenso potencial luchador y de radical movilización que la brutal franqueza
de Trump cosecha. Muchos empiezan a creer que puede encauzarse para ganar unas
elecciones que todos creían perdidas hace seis meses.
Algunos que, como el
jefe en la Casa de Representantes, Paul Ryan, fueron furiosamente hostiles a
Trump hicieron una valoración muy positiva del encuentro. Eso todavía no es un
apoyo explícito, pero se va acercando. John McCain pide movilizarse por Trump
para ganar a Clinton. Dan Quayle dice que «Trump es un ganador» y puede ganar
las elecciones. John Boehner anuncia su apoyo a Trump. Pese a la masiva
hostilidad de los medios de comunicación, gana terreno la idea de que Trump es
lo suficientemente flexible y poco obstinado para ser un candidato
presidenciable. Él comienza a desactivar algunas de sus peores soflamas, como
su pretensión de cerrar la frontera a todos los musulmanes. No se duda de su
respeto a la Constitución y a la separación de poderes. Trump será demonizado
por sus enemigos, por supuesto. Pero la democracia americana está plenamente
capacitada para extraer de él lo mejor y desde luego evitar lo peor. Evitar lo
peor se ha logrado hasta con Barack Obama. Ojalá se pudiera decir lo mismo en
Europa y en esta España donde los partidos concurren unos para romper España en
taifas, otros para imponer un régimen totalitario y otros para asegurarse de
que el sistema sigue sirviendo a sus propias mezquindades.
EUROPA, ESPAÑA Y LA CATATONIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 10.05.16
La gran coalición alemana ha entrado en un estado catatónico
ERA el
Día de Europa ayer y nadie se atrevía a celebrarlo. No fuera a parecer un
sarcasmo. No fuera a pasar algo que revelara el actual estado de cosas en la
Unión Europea, la profunda y existencial crisis en que se encuentra, tras más
de medio siglo de existencia como el club de los privilegiados al que todos
querían pertenecer. Y pasó. La dimisión a media mañana del canciller austriaco
Werner Fayman no es una crisis cualquiera en un pequeño país alpino. Es otra
viga que se rompe en la estructura política europea bajo el embate de sus
propios fracasos y de fuerzas nuevas. El socialdemócrata Fayman, la corrección
política hecha percha de traje gris, llegaba a todo tarde. Atacó con saña al
húngaro Viktor Orban cuando este decidió construir una valla para defender su
soberanía y una inmigración controlada. Meses más tarde tuvo que hacer lo
mismo, pero tarde. En las elecciones presidenciales en abril su partido se
hundió, como su socio de gobierno. Nadie excluya pronto un gobierno encabezado
por el líder del FPÖ, Hans Christian Strache. La oleada de refugiados y las
inmensas repercusiones sociales han acabado ya con el orden político de la
posguerra en Austria y lo harán pronto en otros países. Solo falta saber qué lo
sustituye. Y nadie excluya que el escenario austriaco salte la frontera. La
gran coalición alemana ha entrado en un estado catatónico. El SPD se hunde como
el SPÖ. Angela Merkel intenta desesperadamente frenar a su derecha al populista
AfD. En el seno de la CDU hay indignación y pánico.
Así está la UE en el Día de Europa. La unión de estados de
mayor éxito de la historia aún goza del mayor bienestar y seguridad y paz
social. Pero los nubarrones se han cerrado hasta crear un panorama como nunca
amenazante y tenebroso. A poco más de un mes del referéndum sobre la salida del
Reino Unido. Cuando Turquía, que pedía ponerse en la cola para el ingreso,
exige condiciones contrarias a los principios europeos. Bajo la amenaza de
inundar el continente con inmigrantes llegados de todo el mundo. Grecia está ya
medio fuera pese a todos los esfuerzos. Toda la Unión cruje bajo la
inseguridad, la falta de confianza en sus líderes y el miedo. En Francia se
estudia utilizar el Brexit para una reorganización con un núcleo duro. Se verá
si en tal núcleo hay ya acople posible para Alemania y Francia, sociedades que
divergen cada vez más. En los estados orientales se niegan a acoger refugiados
y las multas que quiere imponer la Comisión por negarse son del todo
impagables. Habría una rebelión, apoyada por sus gobiernos. Brota en todo el
continente la hostilidad e indignación hacia la clase política tradicional, su
mantra socialdemócrata «buenista» y una burocracia de Bruselas que muchos ven
como la peor casta de todas, lejana de las sociedades europeas, derrochadora,
arrogante y soberbia, que desprecia sentimientos, tradiciones, miedos y
necesidades de las poblaciones. Los europeos creen cada vez menos en una
Bruselas como sumo guardián de una política fría y distante, implacable en sus
injerencias y de la corrección política que impone un discurso único en abierto
conflicto con la realidad. España, presa del avance de un primitivo discurso
izquierdista del resentimiento, participa en la liquidación del consenso
socialdemócrata de los grandes partidos europeos, pero con una tentación
totalitaria igualitarista y colectivista que lo alejaría definitivamente de los
estados desarrollados del continente. El orden europeo saltó por los aires hace
102 años. Si salta de nuevo y fracasa la UE, no convendría a España haberse
dotado de un régimen que lo acerque rápidamente no a Alemania, sino a África.
Cuidado, porque es en lo que estamos.