TURQUÍA Y QATAR PLANTEAN UNA TREGUA QUE BRINDE LA VICTORIA A HAMÁS
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Jerusalén
ABC Miércoles, 30.07.14
Su propuesta dejaría intacta la infraestructura bélica de la
milicia islamista y desprestigiaría la actitud pacifista de Mahmud Abas
El plan egipcio Es más aceptable para Israel, ya que
condiciona la apertura de la frontera al desarme de Hamás
El drama está en marcha y su fin no es previsible por mucho
que se multipliquen, como en la tarde de ayer, los rumores de un «alto el
fuego» o de «acuerdos de principio». Las bombas caían ayer por la tarde y la
cifra de muertos aumentaba. Hasta cuándo, nadie lo sabe. Hubo una fase inicial
de esta crisis, cuando Israel solo había respondido desde fuera de la Franja a
los cohetes de Hamás, en que pudo ponerse fin a todo. Si hubieran callado las
lanzaderas de los terroristas. No lo hicieron. Y fue lo que provocó el paso ya
irreversible y de inmenso coste que el Gobierno israelí intentaba ahorrarse: la
operación militar terrestre. El primer ministro Benjamin «Bibi» Netanyahu la
quiso impedir a toda costa. La principal razón como siempre era la resistencia
a entrar en una ratonera como son los laberintos del paisaje urbano de Gaza,
llenos de bombas trampa, repletas de sorpresas mortales y francotiradores.
Porque las bajas de soldados israelíes se dispararían y la exigencia de
resultados que permitieran a la sociedad israelí asumir esas muertes,
necesariamente generaría más tragedias también en el otro lado. Todos son
conscientes de que son imposibles de evitar las muertes civiles en una
operación semejante, especialmente si el adversario no hace nada por evitarlas
sino todo lo contrario. Para una parte los muertos son una tragedia y un duro
revés político. Para la otra, un sacrificio justo que solo le beneficia y
fortalece.

Una nube de humo se levanta sobre los edificios del barrio
de Tuffah, en el este de Gaza, tras un bombardeo israelí
La otra razón estaba en que claramente se seguía el plan de
Hamás con aquella operación terrestre. La organización islamista se encontraba
en una situación desesperada. Su gobierno está en quiebra. Sus 43.000
funcionarios no cobran el salario. Los dineros no fluyen porque la alianza con
Irán, Hizbolá y el maltrecho régimen de Siria no tiene la fuerza de antaño. Los
suníes de Hamás sufren con la pérdida de apoyos allí con los chiíes, la
división sectaria en el islam que estalla brutalmente en todo Oriente Medio. Y
Qatar, su principal fuente de financiación y apoyo político, tampoco paga sin
contraprestación.
Pérdida del apoyo egipcio
Además, fue inmenso el revés que supuso para su comercio, su
tráfico de armas y llegada de fondos el golpe militar del general Al Sisi en
Egipto. De un día para otro desapareció el apoyo de los Hermanos Musulmanes que
pasaron del gobierno a la clandestinidad. La frontera de Gaza con Egipto quedó
aun menos permeable que la de Gaza con Israel por la que pasan artículos de
primera necesidad. Así las cosas, Hamás necesitaba un enfrentamiento. Ahora ya
ha expuesto sus fines. Dice que no habrá paz hasta que se levante lo que llama
«bloqueo». Y exigen pasos fronterizos abiertos, un puerto de mar y un
aeropuerto. Las estrictas restricciones en los puestos fronterizos de Israel y
Gaza se remontan a 2007, cuando Hamás toma el poder allí en enfrentamiento
armado con Al Fatah. Gaza pasa a controlar toda la Franja, mata a centenares de
miembros de Fatah e impone un régimen de terror. Desde ese momento toda
actividad en Gaza –muy en contraste con Cisjordania, gobernada por la ANP– pasa
a supeditarse a la acción terrorista. Así Gaza, abandonada por los israelíes en
una acción asumida como modelo de retirada de territorios ocupados, con
desmantelamiento de asentamientos, se convierte en una inmensa base militar
terrorista en la que, voluntaria o forzosamente todos se doblegan a los
intereses de Hamás.
Tras la exigencia de un levantamiento del «bloqueo», me
comenta un destacado miembro del equipo de Netanyahu en un restaurante en
Jerusalén, está «la estrategia de Qatar y Turquía». Que consiste en lograr un
alto el fuego con medidas de apertura en la frontera. Con lo que sería un éxito
que Hamás atribuiría a su lucha con los cohetes contra Israel. Desprestigiaría
la actitud pacífica de Abu Abas y la ANP en Ramala. Y dejaría intactas la
infraestructuras que hayan sobrevivido a esta ofensiva. Frente a esta propuesta
está la de Egipto, que mi interlocutor calificó sin ambages como la propia. Que
condiciona toda relajación en la frontera al desarme de Hamás. Y que ha puesto
en circulación de nuevo el concepto de la desmilitarización de Gaza. A nadie se
le oculta que tras ella está la intención de Egipto e Israel de ofrecer a la
maltratada población de Gaza un futuro sin Hamás. Pero claro está que para ello
hay que quebrar a esta definitivamente. Sin que los efectos lleven a que se
beneficie alguien más radical aun como los yihadistas del Isis, ya presentes en
Gaza. Entre estas opciones hay otra intermedias quizás más realistas para
acabar con la guerra. Pero Israel está decidido, porque lo exige la sociedad, a
que Gaza deje de ser fuente de permanente agresión. La precariedad mantenida
hasta ahora ya no es sostenible. El Gobierno que no sea eficaz en ello será
devorado electoralmente por otro.
LA DEFENSA DE ISRAEL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 29.07.14
El Estado de Israel tiene un sentido supremo que es el de
proteger a su pueblo, el judío, después de todo lo sucedido en el siglo XX
«YO siempre he creído en el diálogo. Y siempre he ido a
hablar con los palestinos. También cuando aquí no gustaba», comenta. «Pero
ahora mismo yo me negaría a que mi primer ministro ponga fin a la operación sin
concluirla». El primer ministro Netanyahu ha sido literalmente arrastrado a
entrar en Gaza por la campaña de cohetes de Hamás. En el sur del país no hay
calma nunca, pero las últimas tres semanas han puesto a todos los israelíes en
estado de guerra. Y en ese estado se hallan. Y con los intentos de infiltración
se han convertido en obsesión los túneles, no de aprovisionamiento sino de
agresión. «Netanyahu no tenía esta vez alternativa. No quería entrar en Gaza y
quería parar. Parar aquí con la opinión pública israelí es muy difícil. Porque
si te atacan después, te responsabilizan de no haber cumplido con tu deber».
Quien así hablaba ayer en una sala del Knesset, el Parlamento israelí en
Jerusalén, era Nachman Shai, periodista de larga experiencia y diputado
laborista en la oposición. «Siempre he creído en el diálogo. Pero nunca
permitiría que mi jefe de gobierno dejara sin respuesta un ataque. Las
agresiones jamás pueden quedar impunes. En esta región es suicida».
Porque si el dilema moral estuviera entre sus propias vidas
y las de los inocentes que invariablemente el terrorismo de Hamás convierte en
escudos y en carne de cañón, quizás la elección fuera más difícil. Pero lo que
está en juego frente a las víctimas inocentes que la operación militar produce
en Gaza es la vida de todos y cada uno de los niños israelíes. Y sus padres,
madres y abuelos. Hasta el más hipócrita propagandista del terrorismo
islamista, figura tan frecuente en la izquierda española, sabe que todo niño,
todo civil inocente muerto en Gaza es una losa más para Israel y una victoria para
sus enemigos. Que a Hamás le sirven niños muertos a ambos lados. Mientras
Israel intenta evitarlos a toda costa a ambos lados. Las fotos de los niños
palestinos se difunden sin cesar, incluso cuando resultan falsas y proceden de
otras matanzas, con muchos más niños muertos, por cuya suerte nunca se ha protestado, como las de decenas de miles de niños árabes muertos en Siria. Para
evitar más niños muertos ha metido Israel a sus reclutas jóvenes y ha perdido
en dos semanas a 47 de ellos. Y ha limitado sus operaciones a las zonas
fronterizas. Ha encontrado mucha resistencia y un Hamás crecido y bien
organizado. Con auténticas ciudades subterráneas. Pero la opinión pública está
masivamente de acuerdo con la operación. «Nos fuimos de Gaza, destruimos los
asentamientos, las sinagogas, los cementerios. Dejamos Gaza para ellos. Mire lo
que han hecho. Todo el dinero lo invierten en infraestructuras y equipos para
el terrorismo. Imaginen que hubiéramos hecho eso con Cisjordania. En Jerusalén
este». El Estado de Israel tiene un sentido supremo que es el de proteger a su
pueblo, el judío, después de todo lo sucedido en el siglo XX. Un estado judío
que no protege a sus ciudadanos no tiene sentido. Por eso, nadie diga que es
desproporcionada la respuesta. Israel utiliza sus medios para poner fin a las
agresiones a sus ciudadanos, Israel no quiere matar a palestinos aunque tiene
los medios para ello. Mientras Hamás sólo vive para tener los medios para matar
judíos. Israel tiene que proteger con todas sus fuerzas a todos sus ciudadanos.
Si no lo hace, perdería sentido. Y los judíos se desperdigarían por el mundo. Y
la civilización perdería a la única sociedad abierta que tiene aún voluntad de
defenderse, que vive en tolerancia con la firmeza de principios para luchar por
sobrevivir.
ALTÍSIMO PRECIO, AÚN PROVISIONAL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 26.07.14
El Gobierno israelí considera que aún no es momento para el
alto el fuego, tras haber pagado un fuerte coste político
El alto
el fuego en Gaza, el que propuesto por Egipto se negó a firmar Hamás antes de
que comenzara la operación terrestre israelí, puede estar más cerca. Pero no
llega este fin de semana como algunos esperaban. El Gobierno israelí rechazó
ayer por unanimidad la propuesta de alto el fuego presentada por el secretario
de Estado norteamericano, John Kerry. El alto el fuego propuesto para siete
días entraba en vigor de forma inmediata. El Gobierno israelí considera que no
se dan aún las condiciones para el alto el fuego una vez que la operación
militar está en marcha y pagado ya el inmenso coste político y propagandístico
que supone para Israel.
El conflicto se
extendió a Cisjordania, donde hubo fuertes tumultos en la convocatoria de la
jornada de la ira del viernes. Con el resultado de seis palestinos muertos con
lo que se superan ampliamente los 870. Hamás tiene cumplidos sus objetivos
propagandísticos. Y con ello políticos y recaudatorios. Y habría tenido un
éxito adicional con el plan de Kerry si lograba incluir condiciones políticas
como el levantamiento de su cierre de fronteras.
Israel, una vez
asumida la catástrofe en relaciones públicas que toda operación de este tipo
supone, parece decidido a completar sus objetivos militares. Los túneles y
lanzaderas, depósitos de armamento y cohetes, han sido destruidos pero sus
autoridades militares parecen haber solicitado tiempo. El Gobierno Netanyahu no
puede dar hoy por concluida como un éxito esta operación. El daño para Israel
es grande más allá de las muertes de soldados, que ya duplican la cifra total
de la anterior operación terrestre.
La suspensión de vuelos durante dos días fue una victoria
para Hamás que, de forma precipitada y generosa, otorgaron a los terroristas
las compañías de Europa y EE.UU.. Aunque atribuible a la conmoción por el
derribo del avión malasio sobre Ucrania, en Israel generó inmenso malestar. Y
la hostilidad hacia Israel se ha disparado con un antisemitismo alarmante en
muchas ocasiones. De forma especialmente nauseabunda en España, por cierto y
por desgracia.
LENGUA Y APARIENCIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 25.07.14
¿Por qué hay tanta gente en Cataluña en estos momentos que
te habla ex profeso para que no le entiendas?
ME sucede continuamente en las redes sociales que se dirigen
a mí en catalán. Lamento no hablarla porque toda lengua suma riqueza. Vengo de
un entorno y una tradición políglota, especialmente por mi parte centroeuropea,
en la que dominar cinco o seis lenguas y defenderse en otras tres o cuatro no
era algo extraordinario. Lo dicho, al no ser catalán una de las lenguas que
hablo se lo hago saber al interlocutor. Y no se lo hago saber en alemán o
inglés, ni en esperanto, serbocroata o yiddish. Sino en la lengua común que
hablamos los dos. Que es el castellano o español, que debemos dominar por ley
todos los españoles y hablan otros 450 millones de seres humanos. En la mayoría
de los casos en que obtengo respuesta, me llega, créanselo, otra vez en
catalán. Ahí suelo cortar el diálogo. Pero no siempre. Con algunos he intentado
prolongar mi argumentación en favor de la lengua común. Y ellos han respondido
en catalán. Llegado aquí, querrán algunos que exprese ese sinsentido de que «no
tengo nada contra el catalán». ¿Qué puedo tener yo contra una lengua? Contra
una lengua muy cercana al castellano y que, escrita o hablada en según qué
partes de Cataluña, entiendo razonablemente bien. No hay desafecto posible ni
por lejana ni por remota. No lo hay contra ninguna otra. Ni contra el chino ni
el swahili ni ninguna de las ochenta lenguas y sus mil dialectos que supongo
habrá en el estado indio de Uttar Pradesh. ¡Qué menuda autonomía, con sus 200
millones, y no quieren independencia! Por la misma razón que no tengo nada contra
ningún país ni contra ninguna raza o paisanaje. Es una ofensa atribuir a
alguien tales fobias primitivas. Por mucho que las tribus las cultiven.
En ningún rincón del mundo salvo trastornos muy puntuales
de conducta se encuentran personas que, pudiendo entablar comunicación y
entenderse en una lengua común con un extraño, recurran para hablar con éste a
otra en la que no hay entendimiento posible. Más allá del odio que siembra a
diario el nacionalismo,
más allá de las cansinas y grotescas letanías del victimismo
¿por qué hay tanta gente en Cataluña en estos momentos que te habla ex profeso
para que no le entiendas? Cabe sospechar que no quieren salirse de su muy
frágil guión. Que muchos de ellos pretenden muy firme y radical sobre muy
frágiles fundamentos. Toda una metáfora de la negación de la realidad que el
nacionalismo promulga. Y que impone a todo el que quiera seguir haciendo una
vida razonablemente normal. Han logrado, con toda la colaboración de la desidia
y ceguera del poder central de 35 años, crear en estos años últimos un estado
permanente de emergencia identitaria, en el que la adhesión individual al
proceso sedicioso es requisito imprescindible para recibir el trato de
ciudadano de pleno derecho.
El activismo contra las leyes y la Constitución se prima,
promueve, aplaude, financia y recompensa desde las instituciones públicas.
Mientras la lealtad a las leyes y al marco constitucional en cuanto se
manifiesta, se persigue, ridiculizado, vilipendiado y sometido a represalias y
al desprestigio social hasta la muerte civil. Si la catástrofe no se consuma y
el espíritu de la ciudadanía, de la libertad y la igualdad, del respeto a las
leyes se impone, se verá que han sido muy pocos los ultras del separatismo que
han marcado tono, cadencia y volumen. Los que reaccionan con ira ante un
manifiesto como el de Libres e Iguales, que apela tan solo a la serenidad, a la
verdad y a la ley. Se verá, como tras tanto régimen finiquitado, casi nadie era
de verdad lo que pretendía. Que querían hablar las dos lenguas. Y, por fin una
verdad, que les habían prohibido entenderse. Es la necesidad de la apariencia.
Es el poder de la mentira.
EN LA DUDA, CONTRA OCCIDENTE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 22.07.14
En España, desde el ministro de Exteriores a la última
becaria radiofónica, todos tienen el corazoncito prendado de Rusia
DOS conflictos tienen al mundo en vilo en estos momentos. Se
disputan ambos con fiereza en todos los sentidos, el tiempo y la prioridad en
los medios de comunicación del mundo. El derribo del avión de MH17 y el
secuestro de los restos, todo indica que por milicianos separatistas de Ucrania
controlados por Rusia, y la operación militar israelí en Gaza, con su creciente
número de víctimas, compiten en crueldad, en gravedad y dramatismo. Y una vez
más, la opinión hegemónica en los medios en España revela nuestra permanente
anomalía. Mientras en todos los países europeos se producen todo tipo de
opiniones, muchas vehementes, vuelve a ser evidente que en los medios españoles
siempre tienen supremacía la postura objetivamente hostil a los intereses y
criterios de una sociedad libre y abierta. Igual que en el debate nacional
parece proliferar en amplios sectores el lema «en la duda contra España», en la
política internacional es «en la duda contra Occidente». Resulta terrorífico
comprobar además cómo al izquierdismo mediático se suma una infantilización del
discurso y los conceptos que hace imposible una aproximación racional e
informada a las tragedias de que hablamos. Nadie discute ya que Vladímir Putin
rompió con todo intento de democratizar Rusia, que ha construido un régimen
autocrático en el que disentir se paga con la ruina y marginación, cuando no la
muerte. Nadie discute que ocupó y se anexionó una parte de un país vecino.
Nadie discute que quería a Ucrania en Eurasia para convertirla en otra
dictadura disfrazada. En Ucrania ha habido elecciones en mayo, celebradas con
pulcritud y gran participación y con un presidente con mayoría absoluta salido
en primera ronda. Pese a tanta intoxicación y diatriba sobre supuestos poderes
neonazis en Ucrania, el voto a la extrema derecha no llegó al tres por ciento.
Ahora se da el derribo del avión malasio por esos grupos de mafiosos locales y
mercenarios, pero también oficiales regulares llegados de Rusia. Ha quedado
demostrado que armas y soldados se suministran, organizan y dirigen desde
Moscú. Ucrania se esfuerza por deshacerse de los vicios totalitarios y
homologarse con Europa. Mientras Rusia bajo Putin vuelve a sus peores fueros
imperialistas y totalitarios. Pues en España, desde el ministro de Exteriores a
la última becaria radiofónica, todos parecen tener el corazoncito prendado de
Rusia.
Sobre Gaza casi no hay palabras para describir la mugre
judeófoba y antisemita que ha surgido en los medios. Quienes no se inmutaron
con colegios enteros de niños árabes masacrados por Assad, a quienes importaban
un carajo los niños asesinados por Milosevic, llaman genocidio a una operación
que ningún ejército del mundo podría hacer con menos bajas. Una operación que
Israel intentó desesperadamente evitar. Hamás, después de matar a los tres
chicos judíos, no dejó un día de lanzar cohetes. Israel abandonó Gaza hace
muchos años. Ahora es una inmensa base terrorista cubierta por escudos humanos.
Mientras los jefes de Hamás viven en el Golfo. Israel aceptó el alto el fuego
propuesto por Egipto. Para no entrar en Gaza. Hamás lo rechazó. Hace seis días
solo. Pues nadie se acuerda en España. Hay infamia suficiente para hablar de
genocidio y comparar las bajas de esta operación, que hacen jóvenes soldados
que se juegan y pierden la vida para evitar más bajas civiles, con los millones
llevados a las cámaras de gas. Y después hablan de proporcionalidad. Israel es
ya hoy la única nación occidental con voluntad, además de costumbre, de
defenderse. Por eso existe esa democracia. Cuando nuestra democracia tenga
enemigos como los suyos, los tiene ya casi, seguro que nosotros somos tan
estupendos que lo solucionamos con una oportuna rendición ante el totalitarismo
y la barbarie.
(II) ENTREVISTA A R. SIKORSKI «SIN BASES DE LA ALIANZA ATLÁNTICA NO HAY SEGURIDAD»
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Varsovia
ABC Domingo, 20.07.14
ENTREVISTA A RADOSLAW SIKORSKI, Ministro de Exteriores de Polonia
(II)
—¿Es la OTAN para
ustedes garantía de seguridad?
Europa tiene que
ponerse seria con su seguridad. Porque no puede depender siempre de la
protección de EE.UU. Por eso Polonia intenta dar ejemplo. Tenemos uno de los
presupuestos de defensa más altos en relación al PNB dentro de la UE. También y
especialmente en cuestión de compras. Tenemos unos 40.000 millones para nuevo
equipamiento. Este esfuerzo debería ser común. La OTAN debe tener siempre la
primera opción para actuar. Pero habrá crisis a las que tengamos que hacer
frente nosotros, porque EE.UU. esté implicado en otro punto. En cuanto a la
actual situación, esperamos solidaridad. Europa occidental haría muy mal si
creyera que, porque nos tiene a nosotros en el flanco oriental, puede seguir
consumiendo el dividendo de la paz sin cambiar de conducta. Primero, porque el
flanco oriental tiene que ser reforzado. Ustedes tienen bases militares de la
OTAN en el flanco sur, hay bases militares de la OTAN en todas las partes que
están seguras. Nosotros en Polonia no estamos ni podemos ya sentirnos
seguros. Porque un vecino nuestro ha sido víctima de una agresión. Por eso en
la cumbre de la OTAN en Gales esperamos se apruebe un paquete sustancial de
garantías para nuestra seguridad. Por consideración de los aliados ante la
nueva situación. Por lo demás, cuanta más solidaridad percibamos de nuestros
aliados, más estaremos dispuestos a compartir misiones en el exterior en
interés de todo el continente. En las que tenemos una ya larga trayectoria de
intensa presencia.
(I) ENTREVISTA A R. SIKORSKI «HAY QUE PERSUADIR A PUTIN DE SU ERROR»
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Varsovia
ABC Domingo, 20.07.14
ENTREVISTA A RADOSLAW SIKORSKI, Ministro de Exteriores de Polonia
(I)
De clara vocación atlántica, aboga por sanciones eficaces
contra Rusia: «La reacción de Occidente ha sido insuficiente para modificar su
actitud»
Derribo del avión «Lo que sucede en Ucrania oriental es una
guerra de baja intensidad pero en escalada. Amenaza a toda Europa»
Ucrania inestable «Moscú quiere mantener crónicamente inestable a Ucrania, para
impedir así que tenga éxito en su integración en el libre mercado y la
democracia»
Crimea «Es un hecho que ninguno va a reconocer esa anexión. Y eso tiene importantísimas
repercusiones legales, comerciales y prácticas»
Radoslaw Sikorski es ministro de Exteriores de Polonia. Y
muchas más cosas. Es de los pocos políticos europeos que hoy pueden ser
calificados como intelectuales. Pero también es un hombre de acción política
por quien propios y extraños sienten admiración, temor o ambas cosas. Fue
jovencísimo líder activista anticomunista en Solidaridad. Al declararse la Ley
Marcial en Polonia, se quedó en el Reino Unido, adonde había ido a aprender
inglés a los 18 años. Estudió en Oxford filosofía, política y economía. Se
nacionalizó británico. Fue periodista en guerras y conflictos del «Sunday
Telegraph» y del «Spectator», y ganó el World Press Photo desde Afganistán.
Renunció a la ciudadanía británica al convertirse en ministro de Defensa de
Polonia en 2006. Ya había sido viceministro de Defensa y Exteriores para
entonces. Compañero de tertulias en Oxford del ahora primer ministro, David
Cameron, y del hoy alcalde de Londres, Boris Johnson. Allí coincidió con su
mujer, Anne Applebaum, brillante periodista y escritora norteamericana de
origen judío polaco. Él ha formado parte de gobiernos con cuatro primeros
ministros diferentes de partidos diferentes. Y es hoy candidato a muchas cosas.
Su jefe de Gobierno, Donald Tusk, le propuso como jefe de la política exterior
europea en lugar de Lady Ashton. Pero muchos le temen por su firmeza frente al
presidente ruso, Vladímir Putin.
«Mi jefe de Gobierno ha tenido la generosidad de
proponerme». También se habla de él como comisario. El ministro Radoslaw
(Radek) Sikorski es ya, pese a su relativa juventud con 52 años, símbolo de la
proverbial vocación atlántica de Polonia. Y de su firmeza frente a toda
tentación totalitaria que vuelve a surgir en su gran vecino oriental. Pero también
contra toda tentación de apaciguamiento desde otros países europeos que puedan
pretender compromisos que cuestionen o condicionen la soberanía democrática y
su defensa. Por su trágica historia en pasados siglos, Polonia juega un papel
determinante en la concienciación de una Europa siempre muy flaca de memoria.
Este ministro ha asumido un protagonismo para ello en la generación política
europea actualmente en el poder.
En el día del derribo
Sikorski recibió a ABC en el ministerio en Varsovia, prácticamente
a la misma hora en que se producía la tragedia del vuelo de Malaysian Airlines,
derribado por un misil sobre Ucrania oriental. Horas después, en plena
conmoción por la matanza, Sikorski nos hizo llegar su reacción. En ella
expresaba el pésame por las víctimas y añadía: «Es una tragedia inimaginable.
Quiero recordar que este martes, tras mi última visita a Kiev, había avisado de
que uno de los hechos más inquietantes en Ucrania era que los separatistas
dispusieran de sistemas avanzados de misiles tierra-aire». Sikorski advierte:
«Lo que sucede en Ucrania oriental es una guerra en principio de baja
intensidad pero en escalada. Nadie puede ignorarla porque afecta y amenaza a
toda Europa, no solo al bastión oriental que somos nosotros». El ministro polaco
no ha cejado en la defensa de la integridad territorial y soberanía de Ucrania,
y es firme adalid del fortalecimiento de la presencia de la OTAN en todo el
flanco oriental de la alianza. Es además un infatigable luchador en contra de
una propaganda rusa que se reveló muy eficaz en la crisis ucraniana, en
especial en países más alejados de Rusia, como España.
—Polonia vuelve a
estar en el centro del huracán en este año de efemérides. En el flanco oriental
del continente, donde se libra una guerra. Pero a cien años del comienzo de la
I Guerra Mundial, a 75 de la II Guerra Mundial, a 25 de la caída del Muro y de
las primeras elecciones libres, a diez años del ingreso en la UE, reconocerá
que, para lo que han pasado los polacos en un siglo, están en el mejor momento…
—Quiero recordar que
también se cumplen quince años del ingreso en la OTAN. Cierto que en estas dos
décadas nos acercamos en infraestructura y bienestar al resto de Europa. Antes
nos alejábamos. Es muy interesante la comparación con España. A finales de los
cuarenta, el nivel de vida de Polonia y España eran comparables. Tras cuatro
décadas de comunismo aquí, ustedes eran cuatro veces más ricos que nosotros.
Aunque no tuvieran democracia, sí tenían economía de mercado. Ahora avanzamos y
en una década esperamos ser contribuyentes netos.
—Hablemos de sus dos
grandes vecinos. Alemania despierta dudas. La crisis de los espías, pero
también otros gestos, ha generado preocupación ante un creciente
antiamericanismo. A partir de ahí siempre surge ese fantasma de su posible
neutralismo o de su alejamiento del anclaje occidental, de la OTAN…
—En referencia al
caso de los espías debo decir que los aliados no se deben espiar entre ellos.
Esa es mi opinión personal. En cuanto a lo otro, en todos nuestros países hay
diferentes estados de opinión. Pero el Gobierno alemán, el presidente alemán,
son gentes que lucharon por la libertad. Son personas que saben muy bien que
los lazos atlánticos son la piedra angular de toda la Europa unida y en
libertad. No tenemos ninguna preocupación respecto a la genuina vocación
atlantista de la dirección política alemana.
—Su otro gran vecino
histórico, Rusia. Una vez más visto desde Polonia como amenaza. Por primera vez
después de 70 años hemos visto muy cerca cómo se vuelven a cambiar fronteras
internacionales por la fuerza. Cómo Rusia invadió, ocupó y anexionó un
territorio de un país vecino, Ucrania. Todo el mundo parece dar por zanjada ya
la suerte de Crimea.
—No, en absoluto.
Porque es un hecho que ninguno de nosotros va a reconocer esa anexión de
Crimea. Y eso tiene importantísimas repercusiones legales, comerciales y
prácticas en todos los campos, y para todos los implicados. Y, en especial,
para el país que controla Crimea. Me alegra que al plantearme la pregunta revele
que no cayó usted como tantos en la argumentación de la propaganda. Que aludía
al maltrato y discriminación de los rusos en Crimea. Lo cual es absolutamente
falso. No había ninguna discriminación del ruso. Al contrario. Lo que hemos
visto y no puede pasar es que un país cambie las fronteras de otros más
pequeños por falsos pretextos, por la fuerza y en violación de todas las leyes
y tratados internacionales. Eso es inaceptable. Y estoy muy satisfecho de que,
lentamente, pero de forma creciente, las sanciones van aumentando. Los
americanos ya lo hacen con fuerza. Para nosotros es más difícil porque hay que
coordinar a 28 y no dar una simple orden ejecutiva como puede hacer Obama. Pero
lo más importante es que seamos conscientes de nuestros errores anteriores. Que
seamos conscientes de que desde que comenzó esta crisis en Ucrania en octubre
pasado, nuestra reacción desde Occidente siempre ha sido insuficiente para
afectar a la conducta de Rusia. Eso tiene que cambiar. Nuestras acciones tienen
que ser capaces de modificar la conducta de Rusia. Es cierto que Moscú quiere
mantener crónicamente inestable a Ucrania. Para impedir así que tenga éxito en
su integración en el libre mercado y democracia. Es lógico que Putin tema el
éxito de Ucrania. Porque sería una grave amenaza ideológica para su poder. Los
dos pueblos, el ruso y el ucraniano, son muy cercanos. Si Ucrania logra
prosperidad en democracia, los rusos comenzarían a tener ideas parecidas. Y
esta posibilidad alarma a Putin.
—En todo caso, Putin se verá tentado a buscar
siempre en el exterior la solución a crisis u oposición interna.
—Eso me temo. Si los
apoyos populares los consigues no con éxitos económicos sino con aventuras
exteriores, es fácil la tentación de recurrir una y otra vez a las mismas. Por
eso es tan importante que reaccionemos bien esta vez. Que las sanciones sean
eficaces. Y que logren persuadir a Putin de que hay otros caminos. Que le hagan
ver que la senda que ha tomado no es rentable, que es además contraproducente.
Las sanciones y las medidas a tomar deben ser argumentos sólidos para que Rusia
vea que le compensa cambiar de conducta. No estamos interesados en castigar ni
arrinconar a Rusia. Al contrario, Polonia está más expuesta que nadie y
afectada por tanto. Tenemos con Rusia proporcionalmente el doble de comercio
que Alemania. Y muchas veces el de España. Somos los primeros que queremos una
Rusia democrática y próspera. Pero somos los primeros también que no podemos
permitir aquí un callejón sin salida en la historia.
PUTIN ES QUIEN MUEVE LOS HILOS. CATÁSTROFE AÉREA EN UCRANIA. LAS CLAVES DEL CONFLICTO.
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 19.07.14
La tragedia del avión revela la imposibilidad de centrar el
conflicto en una zona, la guerra afecta ya a todo el continente
No hay aún pruebas
concluyentes. Pero, por los datos de que disponen los servicios secretos
occidentales y también por el tenor de las reacciones rusas de ayer, se
fortalecen los indicios de que el misil que derribó el Boeing 777 de Malasian
Airlines fue disparado por separatistas rusos en Ucrania oriental. Y todo
indica que Moscú considera que existen tantas evidencias que resulta inútil
negarlo. De lo que hay abrumadores indicios ya ahora es de que esta tragedia
con sus 298 pasajeros muertos en el Boeing 777 de Malaisian Airlines abatido
supone un hito de enormes consecuencias, aún imprevisibles, para la crisis en
Ucrania, para toda Europa, para las relaciones internacionales y muy
especialmente para Rusia y Vladímir Putin.
REUTERS Un
periodista fotografía los restos del avión malasio derribado
El papel de Europa
Ya no se puede
minimizar el conflicto. Como dijo ayer Obama, esta tragedia revela la
imposibilidad de circunscribir a una pequeña región este conflicto que se
produce por la voluntad de Rusia de imponer su voluntad a su vecino. Obama se
unió a quienes advierten de que la Europa que intenta minimizar todo conflicto
con el presidente ruso, Vladímir Putin, por intereses comerciales y económicos
debe tomar conciencia de que esta guerra en un rincón oriental, aparentemente
remoto, afecta a todo el continente. Y puede escapar al control de los
responsables en cualquier momento.
La responsabilidad de
Rusia
El sueño euroasiático
de Putin. El principal responsable de este conflicto, el hombre que quiso
reintegrar a Ucrania en un proyecto eurasiático que frustrara los sueños y la
vocación europeísta de Kiev, es Putin. Todo indica que precisamente él, que ha
estado moviendo los hilos y las fronteras, ha perdido por un instante el
control sobre los hombres a los que manda, paga y arma. Y sus peones han
causado una terrible carnicería. Que deja en evidencia toda la estrategia y los
medios, pero también todos los engaños del Kremlin en esta aventura. Las
pretensiones de Moscú de no tener nada que ver con los separatistas han
demostrado ser tan falsas como sus promesas de retiradas militares de su
frontera con Ucrania.
Las excusas del
Kremlin
Y sus versiones
contradictorias. Moscú debió entrar en pánico cuando comenzó a llegarle
información sobre lo realmente sucedido. Porque las contradicciones entre
diversas versiones difundidas por medios oficiosos son llamativas. Ayer ya
centraba el Kremlin sus acusaciones contra Ucrania en el hecho de que Kiev
permitiera el sobrevuelo de la región de conflicto. Dice el Kremlin que de no
haber lanzado Kiev su operación para retomar por la fuerza el control de sus
regiones orientales autoproclamadas repúblicas independientes rusas, nada de
esto habría sucedido. Es una débil defensa ante la monstruosidad del hecho. Que
parece ya cristalizar en el peor escenario imaginable para un Vladímir Putin,
cuyo permanente apoyo y suministro de armas a los rebeldes rusos es un hecho
incontrovertible.
Es muy significativo
que mientras el jueves aún Rusia lanzó versiones alternativas sobre la autoría
ucraniana del lanzamiento del misil –llegó a hablar de cazas ucranianos–, ayer
se limitó a acusar a Kiev del deterioro de la situación en la región. El propio
embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, aludió en el Consejo de Seguridad a
muchas supuestas atrocidades de Kiev. Hasta al incendio de Odessa que, según
Moscú, fue una matanza orquestada por el gobierno ucraniano. Pero en absoluto
acusó ya a Ucrania de derribar el avión.
Una frontera
permeable
Armas y personal
enviado desde Rusia El presidente Obama dijo que el incidente tiene que ser
aclarado totalmente, pero que hay evidencias de que fue un misil tierra aire y
que partió del territorio ocupado por las milicias rusas. Éstas cuentan con los
misiles capaces de alcanzar al avión en su vuelo a 10.000 metros. Con esas
armas han derribado varios aviones militares ucranianos. Al parecer es lo que
creían hacer ayer, según unas grabaciones que posteriormente borraron pero ya
en poder de ucranianos y norteamericanos. Son un armamento sofisticado que
requiere entrenamiento y asistencia de personal especializado. Este personal
cruza la frontera desde Rusia desde que comenzó la crisis. Al igual que muchos
de los oficiales y cuadros en las autoproclamadas repúblicas. La permeabilidad
de la frontera ha sido y es permanente. En Moscú y en Rostov, hay oficinas de
reclutamiento para acudir a Ucrania oriental, al territorio del estado vecino a
combatir. El transporte de cadáveres rusos para ser enterrados en su tierra es
también constante. Pero ante todo lo es el flujo de armamento. En la última
ofensiva con reconquista de varias localidades, las fuerza ucranianas
capturaron mucho material ruso y abundante documentación que prueban que las
dos autoproclamadas repúblicas independientes son un artificio de Moscú que sin
Moscú no habrían existido.
El fracaso de Putin
Su estrategia
naufraga. En caso de probarse la autoría que a día de hoy parece probable, Putin
se halla ante los escombros de una estrategia. En la que inicialmente siempre
llevó la iniciativa y le cosechó grandes éxitos de popularidad en Rusia. El
momento estelar de todo ello fue por supuesto la proclamación de la anexión de
Crimea a la Federación rusa en el gran salón de Santa Catalina. Allí Putin se
hizo festejar como el nuevo zar que devuelve a Rusia sus tierras, su dignidad y
su grandeza tras décadas de oprobio y humillación. Allí habló del sacrificio y
la vocación de grandeza y espiritualidad del alma rusa frente a la mezquindad,
la vileza y la decadencia occidental, frente a la hipocresía de Europa
occidental y EEUU. Putin gozaba esos días del fervoroso apoyo de más del 80% de
la población rusa. Ahora, un día después de que EEUU incrementara sus sanciones
contra Rusia, la tragedia del derribo del MH17 se convierte en el peor desastre
propagandístico de Putin en una década. Con sus mentiras todas expuestas
chorreando sangre de civiles europeos.
EL APACIGUADOR CULPABLE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 18.07.14
Los soldados holandeses condenaron a muerte a los musulmanes
QUE un tribunal holandés fallara el miércoles que el Estado
holandés es responsable de la muerte de 300 musulmanes bosnios asesinados por
las tropas serbias de Ratko Mladic es una noticia que a muchos llena de
satisfacción. Porque aunque condene específicamente al Estado holandés, en
realidad condena a todos los Estados que durante cuatro años no fueron capaces
de proteger a la población civil en los Balcanes ante la evidencia de las
matanzas. Y que solo se dejó llevar a una respuesta al agresor en Bosnia cuando
el presidente norteamericano Bill Clinton, en reacción precisamente a
Srebrenica, dijo «basta ya». Es una satisfacción para los familiares de las 300
víctimas sobre todo, para todas las víctimas de aquella guerra en general, para
la sociedad bosnia y para todos quienes seguimos con los recuerdos muy marcados
por la experiencia de aquella bárbara contienda. Aquella guerra la recordamos
tanto por la infinita brutalidad y crueldad, como por la indolencia y la eterna
equiparación y equidistancia entre víctimas y verdugos de que hicieron gala los
países desarrollados tanto tiempo. Que hicieron posible que se alcanzaran esas
cotas de ignominiosa fiereza. Que culminaron con aquella bárbara operación de
exterminio de las tropas nacionalistas serbias dirigidas por Mladic y su jefe
político Radovan Karadzic, pero organizadas y promovidas por el presidente
Slobodan Milosevic desde Belgrado. Tras la caída en manos serbias de aquella
ciudad el 13 de julio de 1995, que estaba bajo protección de unos 400 Cascos
Azules holandeses, fueron ejecutados a sangre fría y enterrados en fosas
comunes más de ocho mil varones musulmanes bosnios, entre los doce y los cien
años.
Aquello no sucedía en estepas desérticas remotas. Sino en
una guerra que cosechaba desde hacía cuatro años todo el interés mediático del
mundo. Y cuando desde 1991 se venían produciendo los más bárbaros crímenes de
guerra contra civiles, especialmente por las tropas del general Mladic. Hacía
ya tres años de las primeras grandes operaciones de limpieza étnica en Foca y
otras ciudades de Bosnia oriental que habían llenado los ríos de cadáveres
flotantes. Pero en esos cuatro terribles años hubo mucho empeño por no
identificar culpables. Hubo mucho esfuerzo por no ofender a quienes habían
provocado la guerra y que, como la tenían preparada y contaban con gran
superioridad de fuerzas, la iban ganando. Muchas cabezas cínicas en muchos
despachos poderosos apostaron por una rápida victoria de los peores. Para que
así volviera a haber calma. La ley del mínimo esfuerzo y sacrificio. Había que
estar allí por la opinión pública. Pero hacer frente al agresor poderoso era
otra cosa. Era la cristalización de esta Europa otra vez incapaz de estar a la
altura de las circunstancias, ayuna de decisión y valor, sobrada de excusas,
que se doblegaba una y otra vez ante la procacidad, la brutalidad y la falta de
escrúpulos de Milosevic. La Europa cobarde escondida detrás de la ONU inútil
daba tiempo, espacio y ocasión a las fuerzas serbias a sus conquistas a sangre
y fuego. Esta condena a esas tropas tan europeas como las holandesas es una
condena a la obsequiosidad ante el criminal y la pasividad ante el crimen. Los
soldados holandeses condenaron a muerte a los musulmanes al entregarlos a sus
verdugos. Y lo hicieron para no tener conflicto con estos. Por el bien de su
armonía con las tropas serbias bajo Mladic célebres ya por criminales, los
holandeses no intentaron mantener a los musulmanes, algunos casi niños, bajo su
custodia. Ahora han sido condenados los apaciguadores. Como corresponsables del
crimen. Ese es el gran triunfo de esta sentencia. Quienes no hacen frente al
crimen se hacen corresponsables del mismo. Ni más ni menos. Tomen nota.
DE LA NOMENKLATURA A LA CASTA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 15.07.14
Lo de «la casta» se ha puesto de moda en España como insulto
colectivo, arma arrojadiza para descalificar
CUANDO cayó el muro hace ahora un cuarto de siglo y se
hundió el régimen soviético en toda Europa, el sistema comunista había
alcanzado su cota absoluta de desprestigio. Había muy poca gente en el mundo,
marginados, obcecados y fanáticos, que discutiera los crímenes y el fracaso
general de aquel sistema que, prometiendo justicia, bienestar y felicidad,
había alcanzado la máxima arbitrariedad, la más terrible miseria y un océano de
dolor, muerte y sufrimiento. Pero no siempre había sido así. Cuando ya eran bien
conocidos muchos de sus crímenes y abusos en la posguerra europea, había muchos
millones de occidentales que querían sustituir sus democracias por regímenes
soviéticos y muchos y muy destacados intelectuales defendían aquel sistema a
pesar de la sangre y la tortura. El desprestigio real del comunismo no vino
tanto por sus crímenes como por su fracaso económico, su ineptitud ante la
modernización y la revelación de su monumental hipocresía respecto a la
justicia social, su corrupción, su esencial amoralidad y el enriquecimiento de
sus líderes. Dos libros marcaron el cambio de actitud frente al régimen, tanto
dentro como fuera. El primero fue «La nueva clase», publicado en Occidente en
1957. Un terremoto. Lo escribió aquel admirable luchador y pensador que era
Milovan Djilas cuando rompió definitivamente con Tito y entró en la cárcel. «La
nueva clase» denunciaba una clase privilegiada y explotadora en el socialismo
real, implacable gracias a los mecanismos de la pretendida dictadura del
proletariado. El segundo fue el de Michael Voslensky, un historiador y
economista del Comité Central del PCUS, que aprovecha un viaje a Viena para
quedarse en Occidente y escribe en 1980 «Nomenklatura». Otra bomba. En ese
libro se desmantela la falacia de esa sociedad del socialismo real en la que
supuestamente han sido superados los antagonismos. Y se desnuda toda la inmensa
estafa de unas clases dirigentes que aprovechan la falta de libertades para
explotar a todos los demás con una brutalidad que en el capitalismo occidental
ya era inaceptable décadas antes.
«La nueva clase», «Nomenklatura». Para la trilogía faltaba
«La casta». Lo de «la casta» se ha puesto de moda en España como insulto
colectivo, arma arrojadiza para descalificar. Aquí no hay intención de definir
ni explicar nada. Pero se pretende el mismo efecto, la deslegitimación de todo
el sistema. Y a velocidades actuales. Lo que tardó décadas en calar para el
justificado desprestigio del régimen comunista debe conseguirse aquí en meses
para dejar sin defensas al régimen democrático. Antes de las próximas
elecciones. «Casta» es lema de arenga de combate. Se trata de incluir en esa
«casta» detestable y detestada a todos los miembros de una clase política a la
que se tacha de podrida en su integridad. Que esto sea incierto es lo de menos.
Que este sistema tenga mecanismos de depuración que no tenía el soviético
tampoco importa. Lo importante es que se apela a todos los afectos y
sentimientos heridos en una sociedad en crisis y se propone, no soluciones,
sino ante todo venganza. Y no ya contra los políticos, sino contra el sistema
con sus instituciones. Motor fundamental en esta espiral del odio contra la
«casta» de políticos y ricos indistintamente aunque haya políticos muy pobres
y ricos muy apolíticos es el resentimiento. En realidad es la envidia, el más
poderoso combustible vital para gran parte de los españoles. Que los
principales promotores y beneficiarios de esta campaña sean gentes que proceden
y son financiadas por una Nomenklatura real, la cubana y la venezolana, solo
añade algo de sarcasmo a un proceso tan amoral y tramposo como peligroso, quizá
letal, para nuestra democracia, nuestra convivencia y nuestras libertades.
PUTIN, EN EL PATIO TRASERO YANQUI
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 13.07.14
El presidente ruso viaja a Latinoamérica con el fin de abrir
mercados para sus armas y su gas
El presidente Putin ha cruzado el charco para ir a la final
del Campeonato Mundial de Fútbol en Río de Janeiro. Pero ir a ver a Messi y a
Kroos es solo una obligación puntual como anfitrión del próximo campeonato en
2018. Su objetivo fundamental es otro. Putin viaja a Latinoamérica como
viajante de comercio y también algo como sembrador de cizaña. Por un lado
necesita abrir mercados para sus armas y su gas. Sus clientes habituales en lo
uno como en lo otro se han vuelto exigentes o se han enfadado con Moscú por su
conducta reciente. Asaltar países vecinos, violar fronteras reconocidas por uno
mismo y anexionarse territorio ocupado es una práctica no bien vista. Que suele
tener consecuencias.
Putin, recibido en La Habana, con una imagen del Che a su
espalda
Aunque las sanciones occidentales a Rusia parezcan leves,
las relaciones de Rusia con Europa y EE.UU. han entrado en una nueva fase. La
luna de miel, basada en gran parte en un autoengaño occidental, ha concluido.
Putin busca otros mercados pero además ve hueco para su presencia estratégica,
política, económica y militar en Latinoamérica. Ahora ha viajado a Cuba, ha
parado en Nicaragua, después Buenos Aires y Río. Castro, Ortega, Kirchner, tres
miembros del frente antinorteamericano y una Dilma Roussef que no las tiene
todas consigo y busca formulas de evitar ser el rostro de un fracaso. Putin ha
dejado ya de simular ser un socio de EE.UU. y se siente cómodo como adversario
y permanente retador. Lo quiere ser también en el patio trasero de Washington.
Cuba, la gran aliada
Tiene Putin una aliada valiosísima en una Cuba dictatorial
estable, con todas las expectativas de cambio político aplastadas y con una
formidable penetración e influencia en Venezuela, en parte gobernada de facto
desde La Habana. Pero también con gran peso en Bolivia y Ecuador. En Venezuela
ya tiene Rusia una cabeza de puente con una considerable inversión portuaria en
este país. También quiere invertir en el puerto de Mariel en Cuba y en
Nicaragua, donde Daniel Ortega ya es presidente vitalicio y dictador en la
práctica como los Castro en Cuba. Y como previsiblemente lo será Putin en
Rusia. En todo caso, Latinoamérica, abandonada por la Administración Obama
estos seis años, tiene grandes atractivos para un Putin que quiere y necesita
una red de influencias y apoyos políticos internacionales para un futuro que se
adivina conflictivo. La hostilidad hacia Washington sigue siendo quizás la más
marcada característica de la política latinoamericana, aunque haya
significativos casos que se distancian del mismo como son México y Perú.
La evolución del gigante brasileño es una incógnita, aunque
claro está que las grandes expectativas como potencia emergente y moderadora
han quedado frustradas. En Fortaleza, Putin aprovecha la cumbre de los BRICS
-Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica para tantear al nuevo presidente de la
India, Narendra Modi y ver en encuentro bilateral al chino Xi Jinping. Putin
sabe que su popularidad en Rusia que llegó al 85% en pleno frenesí sentimental
con la conquista de Crimea puede evaporarse velozmente. Rusia no se mueve. No
se desarrolla. Rusia no produce más que materias primas y millonarios. Como
hace veinte años. Como cualquier país del Tercer Mundo. Cuando tenga cualquier
problema interno quiere tener mucho apoyo exterior. Máxime si tiene que volver
a recurrir a alguna aventura militar para forzar cohesión en casa. De ahí la
lógica de este viaje de seducción por terrenos antiyanquis y antiliberales.
ALARMA POR DAÑOS GRAVES
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 12.07.14
La presión de la opinión pública alemana se convierte en un
serio problema de la cooperación en sistemas de información
Beneficiados Snowden,
Putin y el espionaje chino gozan del espectáculo y no temen que se investigue a
sus agentes en Alemania
En Washington hubo silencio sepulcral. Tanto que ya está
claro que el enfado es extraordinario. La decisión del Gobierno de Angela
Merkel de expulsar al jefe de la CIA en Berlín ha dejado en estado de shock a
los servicios de información de ambos países. Y no solo a ellos, la
Administración norteamericana es tan consciente como la coalición gubernamental
alemana de que se ha dado un paso que marca un desgraciado hito en las
relaciones bilaterales, absolutamente decisivas para la cooperación
trasatlántica y para la seguridad europea. La drástica decisión de Berlín, sin
precedentes desde la Guerra Fría y jamás vista con un aliado, se produjo el
jueves como respuesta a la detención de un segundo agente de los servicios
alemanes (BND) que trabajaba para los servicios norteamericanos. Gobierno y
partidos alemanes han mostrado tal consenso en apoyar y considerar necesaria
esta represalia pública y manifestación hostil que todos, alemanes,
norteamericanos y europeos deberían preocuparse.
Hoy queda claro que van a ser mucho más terribles de lo
jamás pensado los daños de las filtraciones de Eduard Snowden combinadas con
esta detención de dos espías alemanes captados por los servicios
norteamericanos como agentes dobles. La agitación contra el espionaje norteamericano
de la NSA —solo contra el norteamericano— con entusiasmo populista en los
medios alemanes ya había desatado una oleada de antiamericanismo que ha
sorprendido a muchos por su amplitud y virulencia. Unido a la crisis de la OTAN
con Rusia que despertó una considerable ola de simpatía hacia Vladimir Putin,
la tensión de Berlín con Washington está alcanzando nuevas calidades o niveles
que han de ser alarmantes para todos los responsables de la cohesión de los
sistemas de información, defensa y seguridad de la Alianza Atlántica. Y para
todos los Gobiernos que dependen de estos sistemas de información.
Claro está que en Washington se debió reaccionar con estupor
e indignación ante la respuesta pública alemana que es un gesto hacia la
galería populista de la coalición bajo Merkel. Cuánto de esta medida
espectacular para aplacar a una opinión pública soliviantada es idea propia de
la canciller y cuánto se ha visto obligada a aceptar por presión del
vicecanciller socialdemócrata Sigmar Gabriel no se sabe. Lo importante es que
se ha considerado obligada a una acción que rompe tanta loza de confianza y
tanto tejido de cooperación como la propia captación de agentes o escuchas a
unos u otros. Los abusos en la comunidad de inteligencia dirimidos en el seno
de la misma habrían limitado los daños. Parece sin embargo que, con las
relaciones de espionaje ya en el escenario político y con plena publicidad, los daños comienzan a ser incontrolables.
La presión de la opinión pública alemana se convierte en un
serio problema de esa cooperación en la medida que, como ya perciben los
políticos alemanes, esta nueva aversión a EE.UU. puede ya estar a punto de
tener repercusiones electorales. Así, Eduard Snowden en su refugio en Rusia,
su anfitrión, colaborador y beneficiario de sus operaciones, Vladimir Putin,
así como también el inmenso aparato de espionaje chino volcado en Alemania,
gozan del espectáculo y no temen un especial interés ni susceptibilidad de la
prensa, ni de la clase política ni de la población alemana por sus propios
agentes. Mientras, toda la estructura de los servicios de información de la
defensa común occidental sufre la peor quiebra probablemente desde que existe
tal como es.
UNA GRIETA DE MIEDO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 11.07.14
El antiamericanismo alemán, durante décadas silenciado por
razones de peso, vuelve a pisar moqueta
EL Gobierno alemán anunciaba ayer que ha invitado al máximo
representante oficial de la CIA en la embajada norteamericana en Berlín a
abandonar el país en los próximas días. Esta noticia, de que Alemania expulsa
al jefe de la CIA en su territorio, es un mazazo sin precedentes a las
relaciones bilaterales. Este tipo de trato público de afrentas por espionaje
solo se había dado con países de gobiernos totalitarios y marginales. Hasta con
los enemigos en guerra fría, véase URSS o sus satélites, se intentaban encontrar
fórmulas menos traumáticas y llamativas. Es este el último capítulo, de
momento, de la escalada de la tensión por la revelaciones del espionaje
norteamericano en Alemania. Si todo comenzó con las filtraciones de Eduard
Snowden sobre las actividades de la NSA, la detención de dos espías, captados
por la CIA dentro de los servicios secretos «hermanos» del BND, han
desencadenado esta catástrofe para las relaciones. Por desgracia no estamos
ante un conflicto puntual, más o menos grave, entre Berlín y Washington. Hace
veinte todo habría sido diferente. La limitación de daños habría tenido máxima
prioridad sobre cualquier forma de enfrentamiento o represalia pública.
Estamos
en otra época y hay cambios esenciales en la percepción de estas relaciones en todo
caso a este lado del Atlántico. Es significativo que Merkel se haya creído
obligada a esta decisión tan drástica. Le habría gustado impedirlo. Pero su
instinto político le ha dictado la necesidad de semejante medida. El
antiamericanismo alemán, durante décadas silenciado por razones de peso, vuelve
a pisar moqueta. Ha vuelto a salir del reducto de los neonazis y la
ultraizquierda. donde estuvo enclaustrado desde el cerco soviético a Berlín de
1949. Y más grave aun, con la crisis financiera y económica de la UE también ha
crecido el neutralismo alemán. Esto se ha puesto terriblemente en evidencia en
los sondeos tras la invasión, ocupación y anexión por Rusia de tierras
ucranianas. Los sondeos de opinión reflejaban unos cantos al alma rusa y
simpatía por Putin que no mermaban por el reconocimiento de la brutalidad de la
invasión y la violación del derecho internacional. Y no son solo los muchos
intereses económicos, especialmente los contratos rusos de la mediana empresa
del Mittelstand o el gas, lo que determina esta actitud. También el
resurgimiento de unos lazos sentimentales con Rusia que siempre ha albergado el
romanticismo alemán. El anclaje a Occidente en la OTAN y la UE no es
cuestionado de momento más que por los izquierdistas radicales de Die Linke,
tan pro-rusos y pro-Putin como la extrema derecha de Le Pen en Francia. Pero el
alma alemana muestra indicios de que vuelve a no estar cómoda en su piel. Y ve
un motivo para indignarse sobre todo por el hecho de que los espías malos en
esta película son los norteamericanos. Cuando la propia hostilidad que se
muestra al espionaje norteamericano quizás otorgue algo de razón a quienes
desde CIA y NSA creen en la necesidad de recabar información por su cuenta.
Merkel ha actuado porque se sabe frágil con opinión pública. Sabe que su
vicecanciller Sigmar Gabriel quiere su puesto cuanto antes y ya piensa en un
gobierno de izquierdas. Incluso si tiene que incluir al partido radical Die
Linke, cuya hostilidad a la OTAN es lo que ha impedido alianzas anteriores. Con
esa hostilidad antiamericana ahora preponderante, Gabriel no pagaría demasiado
precio político por cambiar de alianza. Y podría tener una mayoría para acabar
con Merkel mañana. Pero además, se abriría esa temida fisura a la OTAN en el
corazón de Europa. Y seríamos aun más vulnerables en un mundo en el que se
multiplican las zozobras.
DE LA DEMOCRACIA SUICIDA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 08.07.14
Si las instituciones entregan la calle a la violencia,
nuestra democracia se suicida. Y en ello estamos
ACOSAR, zarandear, insultar y amenazar a parlamentarios es,
según la Audiencia Nacional, uso legítimo de la libertad de expresión. Si
además quienes acosan, zarandean, insultan y amenazan a los representantes
elegidos del pueblo, lo hacen, «para reivindicar los derechos sociales y los
servicios públicos frente a los recortes presupuestarios», entonces la
sentencia da a entender que no hay exceso ni abuso posible, dadas las
intenciones bondadosas. Terribles las conclusiones que podrían sacar algunos.
Eran solo veinte los acusados por el violentísimo asedio al parlamento catalán
el 15 de junio de 2011. Tampoco era cuestión de meterse en líos con mucha
detención. Todos recordarán que se temió por la integridad física de los
miembros del parlamento catalán. Sufrieron todo tipo de vejaciones. El
presidente de la Generalidad tuvo que acudir en helicóptero. Los jueces han
absuelto ahora a todos salvo a uno que pintó una cruz de pintura en la espalda
de la diputada Montserrat Tura. A este se le condena a cuatro días de
«localización permanente». ¡Pásmense! Pero tranquilos. Se le conmutó de
inmediato la pena por el día que estuvo detenido el joven. No merecía menos
comprensión este joven que «por defender los derechos sociales en contra de los
recortes presupuestarios» se abalanzó sobre una diputada y la marcó en la
espalda con pintura.
El juez Grande Marlaska ha emitido un voto particular. No se
ha sentido cómodo con esta sentencia. No debe extrañar. Porque realmente es una
sentencia de espanto. Que refleja una deriva que solo nos puede llevar al
desastre. Es una sentencia impropia de un Estado de Derecho del siglo XXI
construido sobre las enseñanzas duras y sangrientas del siglo anterior. Es una
sentencia propia de la república de Weimar. De cuando los jueces ya no se atrevían
a dictar sentencia alguna contra las bandas nazis y comunistas que se
disputaban violentamente la calle. Llega esta sentencia cuando los sindicatos
se presentan a presionar abiertamente al Consejo General del Poder Judicial
(CGPJ) para que no aplique la ley a sindicalistas imputados en la violencia
permanente de los piquetes mafiosos que no informativos. Y cuando un ministro
de Justicia no se abochorna al declarar que hará lo que esté en su mano para
que así sea. Tanto echar manos y hacer favores para que veranee Valentín
Lasarte y pasee libre Josu Bolinaga, que intervenir como ministro para la
impunidad de sindicalistas violentos parecerá una broma. No lo es. Y la
sentencia que nos ocupa es una inmensa victoria para la violencia política.
Como lo fue Gamonal. Como Can Vies. La Constitución y la unidad de España
sufren una agresión sin precedentes. El PSOE tiene una crisis de identidad y
«hamletea» en el dilema entre instituciones o revolución callejera. Ha surgido
un movimiento totalitario paleocomunista que trae toda la voluntad y decisión
para asaltar y destruir la frágil y desprestigiada democracia. En este
contexto, con las instituciones resquebrajadas, la reconciliación nacional
hecha añicos, el resentimiento social en ebullición, y la demagogia populista
en su momento estelar, los jueces vienen a proclamar la impunidad con la
violencia callejera. Que es la principal arma de quienes ya han anunciado su
intención de destruir nuestro marco constitucional. La impunidad es la peste
española. La enfermedad que nos impide reaccionar y nos amenaza con el Estado
fallido. La impunidad de los ladrones de cuello blanco, la de los políticos
corruptos, la de los golpistas y sediciosos separatistas, la de los
terroristas, la de la violencia callejera. Todas son ya un peligro para esta
maltratada democracia. Pero la impunidad en la violencia tiene efectos
inmediatos. Si las instituciones entregan la calle a la violencia, nuestra
democracia se suicida. Y en ello estamos.
ESTANCADOS EN EL ODIO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 05.07.14
Al igual que es difícil la entrada de Israel en Gaza,
también es improbable esa Intifada palestina que algunos pretenden
Escalada de violencia y tensión en Jerusalén.
Y llamamientos a la Intifada y a la guerra santa. Pero igual que es difícil que
haya una entrada real de fuerzas israelíes en Gaza, es improbable que la
escalada se consume hacia esa Intifada como pretenden algunos en el campo
palestino. Por mucho que amenazaran estos pasados tres días de enfrentamientos
y sobre todo ayer.
... e israelíes hartos de los ataques de Hamás
El lanzamiento de cohetes desde la banda de Gaza controlada por Hamás provoca la ira de la población israelí y los bombardeos de represalia del Ejército
Tras el entierro del
joven palestino asesinado, supuestamente en acto de venganza por el crimen del
secuestro y muerte de los tres adolescentes judíos. Israel ha advertido a Hamás
de que o pone fin de inmediato a los lanzamientos de cohetes sobre el sur de
Israel desde Gaza o puede entrar con los tanques a buscar las lanzaderas. Pero
los ataques habidos no parecen suficiente para desencadenar una operación
importante.
Y los ataques aéreos
israelíes sobre Gaza han sido muy medidos con objetivos en edificios de Hamás.
Tendría que cometer un gravísimo disparate en Hamás para que las fuerzas del
ejército de Israel se vean obligadas a entrar en Gaza.
La escalada de
tensión ha sido grave. Y los dos casos, el secuestro de los tres chicos, su
búsqueda durante casi tres semanas y el terrible desenlace con el crimen
añadido al joven palestino, han vuelto a demostrar que todo puede estallar por
los aires en un instante. Pero el hecho es que no ha estallado. Y que
básicamente está todo estancado. El llamado proceso de unidad palestina entre
la Autoridad Palestina en Cisjordania y Hamás solo paraliza aun más todas las
posiciones. Estancada está así toda iniciativa negociadora seria entre
israelíes y palestinos.
Pero no parece haber tentación de Hamás de provocar un golpe de respuesta
contundente del primer ministro Netanyahu. El alto el fuego que ha durado dos
años entre Israel y Hamás podría volver a establecerse de forma inminente. Y si
no lo hace, lo hará previsiblemente más tarde. El estancamiento principal, el
del odio cuyo nivel ayer se desbordaba por las calles de Jerusalén. Todos
estancados en él.
EL PLAN
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 04.07.14
Si no se pone fin a la deriva de radicalidad, se llegará a
la violencia en Cataluña, nadie lo dude
EL presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció hace
mucho tiempo que tiene un plan para Cataluña. Se supone que es un plan para
restablecer la legalidad y acabar con un desafío separatista que ya ha puesto a
todo aquel rincón de España en virtual estado de excepción. El desacato es
generalizado y no hay día en que no se anuncie desde una instancia oficial u
otra un nuevo paso o iniciativa para el enfrentamiento con aquellos que
defiendan el orden constitucional. Organismos financiados por la Generalitat
hacen planes delirantes para operaciones militares, se multiplican los gastos
en campañas contra la reputación de España en el extranjero y se ha llevado
hasta el paroxismo la cultura del odio a España entre los niños. Capítulo
aparte merece el panorama mediático catalán, subvencionado por el poder
separatista hasta niveles grotescos. Pero también el permanente apoyo que el
discurso separatista ha tenido en los medios en toda España. En los que
comprensión y ponderación de los postulados separatistas contrastan con el
desprecio y el afán de desprestigiar a toda defensa de la unidad nacional y la
Constitución.
Desde hace más de dos años, el Gobierno asiste, dicen que
impávido, en todo caso pasivo, a la organización de una insurrección contra
España y su Constitución. Una acción sediciosa y golpista que se prepara a
plena luz pública. Y nada ha pasado en Madrid. Pero sí en Cataluña. Donde todos
están en manos de la brutal intimidación separatista. La desaparición de la
defensa de una idea de España y la legalidad constitucional no es achacable a
este Gobierno. Es una culpa colectiva de todos los gobiernos habidos desde la
Transición. Y es uno de los grandes fracasos de nuestra historia. En los
próximos pocos años se verá si es reversible. Si podemos volver a articular un
estado viable o España se hunde en una disgregación catastrófica, pierde
definitivamente el tren europeo y del desarrollo y queda como región
crónicamente inestable y empobrecida. Esto no es ningún delirio catastrofista.
Es un escenario mucho más plausible que la del Estado catalán feliz, pacífico y
próspero junto a una España mutilada.
Ningún sondeo ni encuesta que hoy nos presenten sobre
Cataluña nos dice realmente qué es lo que piensan los catalanes, sometidos
todos ellos a un permanente y frenético bombardeo de propaganda agresiva de la
Generalidad. Y abandonados a su suerte por el Gobierno de la Nación. Salvo a
caracteres fuertes con vocación por la épica, a nadie se le puede pedir que se
signifique en favor de la unidad de España para sufrir después en soledad las
represalias por esa heroicidad. Así hemos llegado a la grotesca realidad en la
que todos quienes se manifiestan en favor de la sedición y en contra de la ley
reciben automáticamente aplauso, apoyo y gratificación oficial, mientras quienes
se atreven a defender la legalidad son sometidos a acoso y aislamiento social y
castigo por el gobierno regional. Mientras nadie les ayuda. Esta absoluta
anomalía en un Estado de Derecho se ha tolerado durante décadas en ambigüedad.
Desde que el proyecto separatista es explícito, la situación es intolerable.
Pero se tolera. Y así se consolida la realidad ilegal. Y ya se habla de
acuerdos sobre la base de concesiones, mala forma de disfrazar el triunfo de la
agresión.
Si no se pone fin a la deriva de radicalidad, se llegará a
la violencia en Cataluña, nadie lo dude. Y esa parte de España acabará
gobernada por extremistas totalitarios, se llamen ERC, CUP o Podemos. Solo el
restablecimiento de la legalidad puede evitarlo. Y es urgente. Pero la iniciativa
corresponde a quienes han jurado hacerlo como condición previa a su acceso al
poder y privilegio de sus cargos.
PEROGRULLADA SINIESTRA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 01.07.14
Conozco la historia de Europa del siglo XX. Lo impensable
hoy, lo inconcebible, puede mañana ser realidad de espanto
«HEMOS fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras
sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte». Esta frase del comandante
Che Guevara ante la Asamblea General de la ONU no revelaba nada nuevo. El
régimen había llegado al poder seis años antes. Y no hacía pausa en la continua
liquidación sangrienta de todas las personas sospechosas de desafección al
régimen. El exterminio de la oposición organizada ya se había consumado para
entonces. Todo entre rotundas afirmaciones de su líder, Fidel Castro, de que
nadie quería implantar en Cuba una dictadura comunista. Que decir aquello era
una feroz insidia. Hasta que no hizo falta la careta y quedó claro que se
fusilaría mientras hiciera falta para el exterminio revolucionario de la
reacción y el imperialismo. Así se hizo. Más de medio siglo después la
dictadura cubana se mantiene, con su casta dirigente -eso sí que es casta- que
hace vida de millonarios yanquis, mientras el pueblo cubano subsiste en triste
miseria cotidiana. Generaciones no conocen sino pobreza, postración y miedo
ante los poderosos. Campesinos, obreros e intelectuales murieron a miles ante
el paredón y en las cárceles. Por el bien de la nueva sociedad sin explotadores
ni explotados.
En España, millones escuchan y creen ahora cada vez más a
una serie de personajes, omnipresentes en la televisión, que tienen sus
referentes en el Che, en Fidel y en Chávez. Dicen que tienen una propuesta
radicalmente nueva y moderna para un sistema justo e igualitario que sustituirá
a esta «democracia corrupta». Lo cierto es que son agentes del sistema más
viejo de todos los fracasados en el siglo XX. El nazismo es responsable del
Holocausto, un crimen único en su sofisticación y perversión que costó la vida
a seis millones de judíos y casi el mismo número de otras minorías. Pero el
comunismo, con más de cien millones de muertos en su cuenta criminal, es el
mayor y más activo asesino habido en la humanidad. Y ahora vuelve,
metamorfoseado en protesta social y juvenil. Con muchas razones reales, como
también las tenían los comunistas y los nacionalsocialistas cuando destruyeron
la república de Weimar. En España cosechan ahora mismo un éxito fulgurante,
gracias a una democracia débil, sin defensas, vaciada de convicciones e ideas
por la mediocridad y la corrupción. Por traiciones toleradas y acatadas. La
izquierda se desmorona ante su empuje. Son unos intelectuales comunistas que se
han ganado bien la vida como asesores de regímenes bolivarianos en
Latinoamérica, siempre bajo la coordinación de Cuba y sus servicios de
información y la financiación de los petrodólares de Chaves y Maduro. Dicen que
quieren una nueva democracia por vía pacífica. Pero sus manuales son los de
aquel Fidel Castro que decía lo mismo. Cualquiera que haya leído un poco sobre
las tragedias del siglo XX sabe reconocer en ellos toda la osada y taimada
estrategia de quienes planean, de nuevo, el gran experimento social con seres
vivos. Con seres humanos vivos. Dicen pretender una sociedad en la que no haya
el mal de la explotación. Por lo que nadie representa el mal con más claridad
que quienes nos oponemos a sus planes. Para alcanzar su meta han de acabar con
ese mal, el discrepante. Castro lo hizo. Como todo comunista en el poder. Es
perogrullada. Jamás se ha dado el Estado comunista que no haya matado y
encarcelado a parte de su población. Todo es una cuestión de poder, como muy
bien dice Pablo Iglesias. «Un disparate», me reprochan cuando digo que ellos
repetirían los crímenes si pudieran y lo vieran necesario. Conozco la historia
de Europa del siglo XX. Lo impensable hoy, lo inconcebible, puede mañana ser
realidad de espanto.