EL REPARTO DE LOS GRANDES ASESINOS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 31.08.14
PACTO DE HITLER Y STALIN
Stalin recibió su parte del «botín polaco» de manos de
Hitler como un gran regalo
Desconcierto Tras
hacerse público el Pacto, Moscú dio órdenes a todos los PC europeos de que
respetaran al nuevo aliado nazi
Tábula rasa Hitler se centró en el exterminio de los judíos polacos, y Stalin
en la decapitación de sus élites civiles y militares
Soledad Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania, pero todo quedó
en eso. Polonia estaba sola
Hitler quería empezar
la guerra cinco días antes. El día 26 de agosto, para ser exactos. Cambió de
opinión a última hora. Tanto que un comando alemán infiltrado desde los vecinos
Sudetes para desactivar las cargas de dinamita de los túneles del Valle de
Jablonka, en el sur de Polonia, comenzó la guerra por su cuenta. Llevó a cabo
la operación y tuvo que retirarse apresuradamente y en total confusión cuando
anunciaba el éxito de la misión el 26. No se les había avisado. También el
acorazado alemán Schleswig Holstein se hallaba ya puntualmente el día 26 en la
ciudad libre de Danzig, arrebatada a Alemania en los Tratados de Versalles pese
a su población abrumadamente alemana. Esperaría cinco días antes de comenzar a
disparar contra la Westerplatte, en lo que ha pasado a ser en aquel terrible 1
de septiembre, hace mañana 75 años, el comienzo oficial de la Segunda Guerra
Mundial.
Francia e Inglaterra
acababan de reiterar sus garantías a Polonia. Amenazaban a Alemania con la
declaración de guerra si atacaba a su aliado polaco. Lo cierto es que con la
declaración de guerra ambos cumplieron el día 3. Pero para la suerte de Polonia
no significó nada. Londres y París reafirmaron su declaración tras anunciarse
el Pacto de No Agresión entre Berlín y Moscú que tanto había sorprendido a
todos. Éste lo habían firmado el 23 de agosto en Moscú los ministros de Asuntos
Exteriores del III Reich Alemán y de la Unión Soviética, Joachim von Ribbentrop
y Viacheslav Molotov en presencia de Stalin.
El gran dictador
soviético estaba feliz. Llevaban tiempo negociando un pacto general con
Alemania, pero nunca soñó con la oferta del otro gran dictador, Adolf Hitler.
Se lo había llevado en mano Von Ribbentrop dos días antes. Para Stalin era un
inmenso regalo. Tras las Grandes Purgas en Moscú, recuperaba todos los
territorios de la Rusia zarista perdidos en las guerras tras la revolución.
Tras diezmar al partido y a la cúpula del Ejército Rojo con el mariscal Mijail
Tujachevski a la cabeza, se apuntaba como mérito propio esas ansiadas
conquistas.
No todo el Pacto se
hacía público. Las claves del pacto estaban en el protocolo secreto. Allí
estaba la razón del entusiasmo de Stalin ante la oferta que no podía rechazar
de su nuevo socio y hasta entonces su mortal enemigo ideológico, Hitler. Aquel
mismo día salió de Moscú la orden del Komintern a todos los partidos comunistas
del mundo para que tratasen a la Alemania nacionalsocialista, al odiado
nazismo, con la deferencia que merece un camarada. Tras haberse enfrentado
brutalmente en la guerra de España y en todas las trincheras políticas, fue una
terrible conmoción en el movimiento comunista. Pero a Stalin se le obedecía. Y
así los dos dictadores se convirtieron en socios.
Aplastar un país
Las críticas y los
ataques al nazismo se desvanecieron hasta el 22 de junio de 1941 en que el
asalto de Alemania a la URSS rompió el maridaje. El protocolo entregaba a
Stalin las repúblicas bálticas, parte de Finlandia y la Besarabia y Bukovina
rumanas, pero el plato principal era Polonia. Hitler regalaba a Stalin toda la
Polonia oriental que había sido parte del imperio de los zares en su momento de
máxima expansión. Se borraba el oprobio de las derrotas del Ejército Rojo ante
las tropas de la renacida Polonia tras la I Guerra Mundial.
El asalto alemán a
Polonia, por tierra, mar y aire con un despliegue de inmensa superioridad en
hombres y
armas, debía aplastar
toda resistencia con rapidez. Desde el primer instante se produjeron ataques a
la población civil. El día 1 de septiembre, antes de amanecer, antes incluso de
que el Schleswig Holstein disparara contra la península de Westerplatte en
Danzig, 29 Stukas arrasaban el centro de la localidad de Wielun, de unos 25.000
habitantes. Con la población aún en sus camas, los aviones alemanes
bombardearon en tres oleadas la ciudad, sin relevancia militar, que fue
destruida en su totalidad, con iglesias, sinagogas, hospital y colegios
incluidos. Como mensaje inicial.
Decapitar las élites
Pero Wielun fue solo
la primera de decenas de ciudades y aldeas convertidas en escombros. En las
semanas siguientes y ante la encarnizada resistencia del ejército polaco, la
brutalidad alemana se disparó. La población civil sufría las represalias por
las bajas alemanas muy superiores a lo esperado. El 17 de septiembre fue el día
elegido por Stalin para comenzar a ocupar la parte de Polonia que le
correspondía. El ejército rojo cruzó en masa las fronteras orientales polacas.
Hubo ilusos que creyeron que los rusos llegaban en su ayuda contra los
alemanes. Hasta que los soldados soviéticos comenzaron a matarlos.
Stalin quería
exterminar a todas las elites polacas para impedir para siempre un resurgir de
aquella nación. La matanza de miles de oficiales polacos de Katyn era parte de
esta operación. También las SS aplicaban sus planes de decapitación de élites.
Otros centenares de miles de polacos marchaban al mismo tiempo hacia el Reich
alemán como prisioneros para trabajos forzosos. Rusos y alemanes aplicaron los
mismos brutales métodos en la parte de Polonia que les correspondía de aquel
ominoso pacto. El factor distintivo fue el trato a los judíos que en Polonia
eran millones. La matanza de judíos por los alemanes comenzó de inmediato.
El 25 de septiembre,
pese a la inmensa superioridad alemana frente a vieja artillería y caballos
polacos, aun no había caído Varsovia. Los bombardeos sobre la ciudad con miles
de toneladas de bombas no tenían precedentes hasta entonces. Varsovia,
destruida, cayó el 28 de septiembre. El 6 de octubre se entregaban las últimas
fuerzas polacas. Pero Polonia jamás se rindió. Soviéticos y alemanes
colaboraron en aplastar diversos focos como el de Lvov hasta que se dieron la
mano en la nueva frontera común. Hitler habló de una alianza cimentada en
sangre. Y dijo que Alemania y Rusia juntos garantizaban que Polonia jamás
volvería a existir. Polonia estaba sola. Francia e Inglaterra habían declarado
la guerra a Alemania. Pero todo quedó en eso. No hubo segundo frente. Hasta el
10 de mayo de 1940, en que Hitler decidió que había que ir a Paris y en seis
semanas allí estaba.
PIE EN PARED
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 30.08.14
Rasmussen
habló ayer de la crisis ucraniana con esa claridad y contundencia que le volvió
a faltar a Barack Obama.
La OTAN advirtió ayer a Rusia
que Ucrania podría ingresar en la Alianza como respuesta a la agresión militar
rusa en curso. Y lo hizo horas después de que el Gobierno ucraniano anunciara
que estudia solicitar el ingreso, ante los combates con tropas regulares rusas
en su territorio junto a su frontera oriental. La condición de no alineado que
tiene Ucrania es una deferencia a Moscú que carece de sentido cuando el
país es objeto de una abierta agresión rusa.
El secretario general de la
Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, habló ayer con la claridad que es
necesaria en unos momentos de máxima gravedad para Europa. Porque el presidente
ruso Vladimir Putin ha puesto ya al continente al borde de un conflicto de
imprevisibles consecuencias. Y parece haber perdido las últimas inhibiciones en
su afán por desestabilizar Ucrania y, ya está claro, arrebatarle parte de su
territorio, como hizo en primavera con la península de Crimea. De consumarse
esta nueva anexión, nos adentramos en unos tenebrosos tiempos con el colapso
del derecho internacional y la convivencia pacífica. Y la existencia de una
amenaza permanente para toda Centroeuropa cuando al Kremlin le parezca
conveniente.
Con una Europa sumida en esa
inseguridad puede despedirse de toda esperanza de recuperación económica quizás
para lustros. Putin quiere aplastar la voluntad de los ucranianos y crear un
colchón de inestabilidad entre las democracias y su Imperio. Por miedo no a la
OTAN sino a la democracia. Que de florecer y prosperar en Ucrania sería
imposible de evitar en Rusia.
Rasmussen habló con esa
claridad que le volvió a faltar a Barack Obama. La falta de claridad y
contundencia de Obama, ya proverbial, explica en parte la situación. Sin ella,
Putin jamás se habría atrevido a llegar tan lejos en su aventura expansionista
y agresora. La OTAN tiene que poner pie en pared. Habrá pronto una hora de la
verdad. Y Obama tendrá que volver a cambiar su discurso. Eso ya es habitual.
EL TENIENTE CUSHING
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 29.08.14
Hoy aún honramos algunos a los defensores de la libertad de
pasadas y presentes generaciones porque vivimos el lujo de la libertad
EN los próximos días el presidente Barack Obama va a otorgar
la Medalla del Honor al teniente Alonzo H. Cushing. Esta suprema distinción al
heroísmo militar la han recibido a lo largo de la historia de los EE.UU. 3.490
norteamericanos. Siempre por grandes gestas en el campo de batalla. Muchos a
título póstumo. También la del teniente Cushing lo es. No asistirán ni hijos ni
hermanos ni padres del caído al acto. A nadie extrañe. Porque Cushing dio la
vida por la patria hace nada menos que 150 años, en la Batalla de Gettysburg.
Este oficial mantuvo su puesto con un cañón y resistió a la célebre carga del
general George Pickett. Por orden del general Robert Lee, Pickett lanzó sus
fuerzas a romper un tramo de las líneas de la Unión. Parecía lograrlo. Pero la
feroz defensa de la posición de un Cushing ya herido hizo fracasar aquella
carga. Que resultó a la postre decisiva para aquella decisiva batalla de la
Guerra Civil. La Confederación no se recuperó ya nunca. Nadie sabe por qué no
se le concedió entonces la medalla a Cushing, muerto en la batalla. Ahora se le
otorga porque una anciana decidió hace 25 años que esa injusticia debía ser
enmendada. Emociona este reconocimiento a la gesta de Cushing. Confirma la
trascendencia de su heroísmo, de su gesta y del espíritu que lo llevó a luchar
hasta la muerte. Su idea de la libertad sigue viva. Existe la continuidad de
valores y emociones entre aquel héroe, la anciana Margaret Zerwekh, la Casa
Blanca que enmienda el olvido y el pueblo norteamericano. Porque la idea de la libertad
ganó en Gettysburg y un siglo después en Normandía y tantas veces después. De
ahí esta conmovedora y tan tardía reparación.
Ha sido un gran privilegio esa larga supremacía de la
libertad de que ha gozado Occidente. Que ha permitido la continuidad de los
valores de la libertad y la dignidad del individuo. Un privilegio nunca
regalado. Y en peligro en cuanto no lo aprecian quienes lo gozan y lo han de
defender. Y las amenazas crecen. La idea de la libertad esta sometida hoy de
nuevo a un inmenso acoso y desprestigio. Y pocas veces se han mostrado más
débiles quienes han de defenderla. Una Rusia bonapartista invade a un vecino al
que ya arrebató una región. A una Ucrania que es castigada por querer ejercer
su soberanía en democracia y vivir como Occidente. En Oriente Medio, cristianos
y otras minorías son exterminados con salvajismo inaudito. Las armas químicas
vuelven. Con impunidad. Como la voluntad genocida, cien años después del
colapso de nuestra civilización que fue la Gran Guerra. En Latinoamérica, un
régimen miserable de una isla diminuta prosigue con éxito propio y dinero de
otros su nefasta e inaudita misión totalitaria por todo el subcontinente. China
se muestra tan impermeable a los valores de piedad, libertad y trascendencia
como siempre y tan soberbia y consciente de su fuerza como nunca. Frente a eso
tenemos a una Europa ridículamente pequeña pero arrogante, dividida y cada vez
más insignificante, y unos EE.UU. que abandonan espacios de poder que ocupan
enemigos de nuestros valores. Hoy aún honramos algunos a los defensores de la
libertad de pasadas y presentes generaciones porque vivimos el lujo de la
libertad. Pero nadie puede prometer que dentro de no 150 sino 50 años puedan
ser honrados los tenientes Cushing que defendieron las libertades en el siglo
XX y las defienden hoy frente a la ideologías totalitarias y asesinas, sean
nazismo, comunismo o islamismo. Hay batallas decisivas que han comenzado. De
resultado muy incierto. Porque las libertades acabarán siendo historia si nadie
queda para defenderlas.
NO SE PONGAN ASÍ
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 26.08.14
En Cataluña, los separatistas llevan muchos años fabricando
humor con el temor de los demás
TODO es siempre una exageración de esta derecha española que
no tiene sentido del humor. Ya saben, salen unos paisanos de fiesta por
Cardedeu con su tradicional cuadrilla, con la colla
trabucair, y qué menos que ir a hacerle una gracia al concejal de PP, al
facha. «Mira, español, lo que te vamos a hacer algún día más en serio si no
dejas de molestar». Esto no se lo dijo nadie a la cara. Pero todos lo llevaban
un poquito en mente. Como cuando, con el cacareado talante del sectarismo
canalla de Zapatero, todos los rotos y las agresiones contra media España se
anunciaban con la mejor de las sonrisas.
En Cataluña, los separatistas llevan muchos años fabricando
humor con el temor de los demás. Un tiro al Rey, uy qué risa, y otro para un
periodista, Salvador Sostres. No vayan a creer que nos olvidamos. Y la
televisión pública dedicada día y noche a menospreciar a los españoles, pero
ante todo a falsificar España. A un lenguaje orwelliano en el que su permanente
violencia de la imposición de la lengua, de la falsificación de la historia,
del culto al agravio impostado, llega edulcorada por las letanías sobre
«diálogo», derechos y serenidad, convivencia. Y hasta «cordialidad», por llevar
el cinismo a cotas ignotas. Todo el discurso de los partidos nacionalistas y
de sus cómplices en diverso grado, ay cuántos son, se centra desde hace muchos
años en identificar a un enemigo irreconciliable al que hay que hacer
desaparecer de Cataluña. Y ese es el español que quiere seguir siéndolo. Para
eso sirven las pintadas con amenazas, los desprecios y las intimidaciones
televisadas. Pero sobre todo, para eso está el mensaje oficial cotidiano,
omnipresente, extenuante, que obliga a todos los españoles catalanes a la humillación
continua de prestar obediencia a un Gobierno en permanente, pública y
jactanciosa traición a la patria y a las leyes.
Pero son muchos otros los que han colaborado con los
nacionalistas a ese esfuerzo por destruir la convivencia en España. Hubo un momento
en el que la hegemonía del pensamiento de izquierdas pudo haber pasado a la
historia en España, como ha pasado en la mayoría de los países desarrollados.
Los fracasos económicos, la corrupción y los crímenes políticos eran lastre y
aviso suficiente para que así fuera. Pero en 2004 sucedió lo que sucedió. Y
desde entonces, no ha habido en España otro mensaje que el de una izquierda
agresiva que quiere hacer pagar a todos su obsesión de creer haber perdido
injustamente una guerra. Y quiere enmendar ganándola ahora.
Llevamos así más de una década. Primero con un mensaje
oficial revanchista que, tan omnipresente como el nacionalista en Cataluña,
copó los medios de comunicación, el lenguaje y la educación. Convertida la
Guerra Civil en referencia máxima para todo discurso político, los discrepantes
pasaron a ser fachas o franquistas, por tanto españoles sin derechos. Y el
nuevo mensaje ha sido que la derecha debe avergonzarse de los crímenes
cometidos en su nombre y expiarlos eternamente, pero la izquierda puede y debe
enorgullecerse de los suyos. Así, el odio del alcalde de El Coronil que llama
yihadistas a los guardias civiles es poco al lado de lo que incuban los
adolescentes intoxicados de envidia, revancha, resentimiento social y el
desprecio que desprende la ignorancia. Con esas televisiones, con humoristas
gentuza, que ante la pasividad e indolencia de la derecha gobernante, vomitan
mensajes de odio y afrenta a diario, impensables en el mundo desarrollado. A
nadie extrañe por tanto que, después de una década de poner en la diana al
malvado objeto justificado de todo odio, los más desinhibidos estén ya
impacientes por el siguiente paso.
TERTSCH Y SU LIBELO
Por CARLOS HERRERA
EL SEMANAL 28.11.10
Hermann Tertsch es un tipo singular. Distinto a lo
común. Intelectualmente muy sólido, este hombre mezcla de austriaco, vasco
y madrileño defiende desde la pasión sus argumentaciones y brinda siempre
espacio para el debate una vez abre la boca o suelta la mano. Tertsch nunca
deja indiferente, nunca nos deja en la boca el gusto del agua tibia, nunca deja
a un auditorio amodorrado. En resumen: no es políticamente correcto, lo cual
brinda una aureola de independencia, pero conlleva el pago de un precio prácticamente
inevitable. Hermann es buen pagador y asume las obligaciones de su contrato,
sólo que no está conforme con los abusos, y alguno se ha producido en estos
últimos tiempos. Este humilde columnista se afilió al tertschismo desde sus
inicios en el diario El País y, particularmente, desde su tiempo como
corresponsal de ese rotativo en Bonn: su conocimiento de terrenos políticos tan
exóticos por aquel entonces como podían ser los de la Europa de Este le
permitían escribir análisis que forman parte de la antología del periodismo
español. Recuerdo fielmente el ansia que sentía cada día por conocer al detalle
la crónica perfecta que espació durante un mes sobre la revuelta de Timisoara y
la caída definitiva de Ceaucescu y su régimen: magistral conjunto, impagable
relato. Conoce la historia de Europa como sólo la puede conocer un tipo que
habla alemán desde la cuna y al que es muy difícil que se le escondan las
claves interpretativas para desentrañar la actualidad de un continente empeñado
en ser una utópica unidad política. Y no engaña a nadie: no pretende pasar por
un artificioso imparcial al que el agua no le cala ni debajo de una catarata.
Es lo que es y piensa como piensa, guste o no guste.
Así, de esta guisa, relata su peripecia personal y su visión
ácida, crítica, demoledora de la España de estos últimos años en su reciente
entrega editorial. Libelo contra la secta (Esfera de los Libros).
Tertsch sostiene que nuestro país está siendo gobernado por una secta que tomó
el poder del principal partido de la izquierda allá por hace más de una década
y que alcanzó el poder del Estado en las elecciones de 2004. No es un libro
para hacer amigos, quizá porque ya tiene los que considera suficientes. El
zapaterismo, sostiene Hermann, es una tragedia nacional, y partiendo desde ese
punto elabora el relato de un naufragio, de una escombrera. Su experiencia en
la contemplación de regímenes en los que el sectarismo era una norma sagrada le
permite desmenuzar el día a día de lo que él considera un gobierno tóxico,
empeñado en «azuzar a media España para hostigar a la otra media». He sabido
por la lectura de este libro que su salida del periódico El País tuvo
mucho que ver con su presencia en las tertulias políticas de Onda Cero, de
línea editorial no siempre coincidente con el periódico de Prisa. Polanco se
refería a él como «La Contradicción Tertsch». Y he conocido detalles de su
entrada en ABC y de las dificultades de elaboración en paz de su
informativo de Telemadrid, un telediario de autor de notable relevancia. Y,
después, la inquina que le brindaron todos los comisarios políticos que de
forma indecente pululan por el periodismo español. De ahí a los insultos y a la
agresión no media tanto tranco (me consta que la insolencia más insólita que ha
recibido en estos tiempos postreros ha sido «¡¡¡Judeonazi!!!», delirante por
varias razones).
Si usted es seguidor, partidario o votante de este gobierno
al que HT califica de «antisistema», es razonable que sienta alguna
prevención ante la lectura de este libro, pero, aun siendo así, me atrevo a
recomendarle encarecidamente su lectura: aun bien que disienta del fondo, habrá
consideraciones razonables que le mantendrán la capacidad de reflexión en fase
activa. Puede que encuentre espacios puntuales en los que coincida con Tertsch.
Y, si no es así, le reconocerá el estilo ágil e ilustrado, característico de un
tipo que escribe sin red, que no hace prisioneros, que detesta a los mediocres
con ínfulas y que razona con la pasión democrática de quien ama serena pero
hondamente a su país.
Resumen del libro:
Este libelo es un desahogo airado, una forma de expresar la
indignación acumulada en años que ha pasado el autor observando y comentando
los disparates y las insensateces que jalonan los años de gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero. Son las reflexiones de un hombre atónito ante las
tropelías de esa secta que secuestró al PSOE, lo llevó al poder en marzo del
2004 gracias a unas jornadas traumáticas para España y desde entonces gobierna
azuzando a media España para hostigar a la otra media. Relata su agitada
peripecia personal en estos años negros en los que comisarios políticos y
agitadores de la izquierda sectaria han intentado hacerle callar. Y revela, con
una visión histórica amplia, las claves de la gran mentira de un gobernante «tan
iluminado como tóxico» que tanto daño en tan poco tiempo ha hecho a nuestro
país.
Hermann Tertsch nos cuenta, como siempre hace él, con
claridad y contundencia, su convulsa salida del periódico El País, su
llegada a ABC, su labor en Telemadrid y las reacciones de unos y otros en
estos años de «caudillismo» de Rodríguez Zapatero. Un presidente que «ha
logrado transformar un país modesto pero prometedor en una inmensa escombrera
en la que reposan los proyectos y sueños de un par de generaciones de españoles»,
sin que nadie haya sido capaz de articular un «¡basta ya!» rotundo ni la
oposición respondiera como merece a su mensaje radical y dañino.
Tertsch no pretende objetividad ninguna como tampoco ofrece
sosiego. No cree que haya motivos para la templanza ante la tragedia nacional
que es el zapaterismo. Sí ofrece veracidad y su visión como experto y estudioso
en movimientos enemigos de la verdad, de la libertad y de la prosperidad. Lo
que nos presenta en estas páginas es «un ejercicio perfectamente malintencionado
y por supuesto vengativo», aunque consciente de que, ni siquiera para él, puede
suponer consuelo ni una mínima compensación ante la inmensidad de los daños que
ha infligido ZP a la nación española y a su ciudadanía.
LA IDENTIDAD DEL ENEMIGO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 23.08.14
Han sido asesinados a sangre fría. Igual que el
norteamericano James Foley. Ellos no por los yihadistas del Estado Islámico.
Sino por Hamas. También ellos indefensos. Asesinados por encapuchados vestidos
de negro. Pero la prensa occidental no se ha escandalizado tanto en el caso de
18 palestinos de Gaza. Porque han sido acusados por Hamás de «colaborar con
Israel». Muchos periodistas han hablado de «ejecuciones». No han expuesto
biografías de los asesinados por mera acusación, ni emitido imágenes de hijos y
padres destrozados.
Quizás estos hombres solo querían una Gaza liberada de la
tiranía de Hamas. La misma que quiere imponer el EI en su califato. Pero la
prensa occidental no ha tenido empatía con unos indefensos asesinados. Al
contrario, la ha tenido con los asesinos con «ejecuciones» que parecen de ley.
La brutalidad del Estado Islámico puede ayudar a muchos a identificar peligros
y enemigos. A desterrar confusiones e intoxicación cómplice con el fanatismo
yihadista. A saber que es un enemigo irreconciliable. Como lo sabe Israel. Un
enemigo que te garantiza tu muerte y la de tus seres queridos si no acabas con
él.
Se avecinan decisiones graves y difíciles. El
presidente de Estados Unidos Barack Obama juega aún al golf en Martha’s
Vineyard. Cuando debería estar ya preparando la guerra que habrá de librar si
no quiere ver en Oriente Próximo un auténtico holocausto —y no uso la palabra
en vano—, gestado durante su presidencia. Están en juego las vidas quizás de
millones de inocentes. Sus ganas de huir del conflicto sólo agrandaron éste. Y
ahora se enfrenta al juicio de la historia.
EL PUTIN DEL BÓSFORO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 22.08.14
De Turquía, miembro de la OTAN, se debía esperar más respeto
para las propias leyes
EL jefe del Estado turco saliente, Abdullah Gül, es un
hombre cordial y sereno, que goza de afecto y respeto en todo el mundo. Se
valora la sobriedad en el ejercicio del cargo, que tanto contrasta con el
carácter del hasta ahora primer ministro y ya sucesor de Gül en la presidencia,
Recep Tayyip Erdogan. Pues se ha despedido Gül tras siete años como presidente
con la estruendosa afirmación pública de que «le ha partido el corazón» la
forma en que le ha tratado su antiguo partido, el AKP, el Gobierno y el propio
Erdogan. Y que considera innoble la campaña de descrédito contra él en medios
cercanos al Gobierno del AKP. Y la ya exprimera dama Hayrünissa Gül ha
anunciado que lanzará «una intifada» propia para vengar las mezquindades contra
su marido. Desasosegantes nuevas en este gran país que es Turquía, de vital
importancia para la seguridad y estabilidad en una amplísima zona del mundo que
va desde el Asia central hasta el Mediterráneo. Entre ellas está la liquidación
de Gül, cuya supervivencia política no conviene a Erdogan. No ya para hacerse
con un poder como nadie ha tenido desde el fundador de la patria, Mustafa Kemal Atatürk. Ese poder ya lo tiene. Ahora de lo que se trata es de quedárselo para
siempre.
El pasado 10 de agosto, Erdogan se convirtió en el primer
jefe del Estado elegido directamente por el pueblo. Esto sucedía como colofón a
unas reformas cuyo único sentido real era buscar fórmulas de eternizar a
Erdogan al timón de Turquía sin entrar en conflicto con la constitución. Ahora
toca dotar de poder a un puesto que ha sido básicamente representativo. Ya está
en ello. De momento ha anunciado que el nuevo primer ministro y jefe del
partido AKP será su hombre de confianza y exministro de Exteriores Ahmet
Davutoglu. Igual que Putin con Medvedev. Erdogan es un gran admirador del ruso.
Por eso de los atajos y contundencias. Y se llevan muy bien. Ahora Erdogan
imita a su amigo en las formas para erigirse en un líder de carácter cada vez
más autocrático, libre de todo contrapoder real y sin otro control que el suyo
propio.
El desprestigio de la democracia y el resurgimiento general
del populismo y caudillismo no es cosa de Moscú y Ankara. En Latinoamérica
tenemos a la dictadura cubana dando clases de democracia en cinco o seis
capitales. Directamente desde La Habana. En la propia Unión Europea, Francia,
Holanda o el Reino Unido, el malestar antidemocrático se manifiesta con la
extrema derecha. En Hungría, Viktor Orban se declara más putinista que el
propio Erdogan. Y en los países pobres como España y Grecia, el desprecio a la
democracia y la libertad se manifiesta con el cutrerío de la extrema izquierda
totalitaria.
En los países bolivarianos ya se ha forzado y violentado la
constitución hasta la saciedad. En Rusia las cartas ya llevan tiempo boca
arriba. De Turquía, miembro de la OTAN, se debía esperar más respeto para las
propias leyes. Pero quiá. Solo tiene enfrente Erdogan a unos valientes y
aislados miembros de la oposición y a unos jueces del Constitucional que serán
heroicos si intentan pararle los pies. Motivos parece haber. La oposición
denuncia graves irregularidades en el proceso, con un Erdogan que habría
perdido su condición de parlamentario y de primer ministro al ser elegido
presidente.
Sea como fuere, el Putin del Bósforo dará que hablar. Su
megalomanía y su autoestima están disparadas. No escucha ya más que a Alá y a
los ecos de la historia. Y quiere eternizarse. Lo peor es que solo tiene 60
años.
MÚNICH-GDANSK, EJE DE MEMORIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 19.08.14
En estas dos ciudades puede resumirse la historia de Europa,
su miseria y su grandeza
SE escandalizan ahora de nuevo muchos europeos al leer y
escuchar sobre las atrocidades que se cometen en remotos lugares. Ahora
especialmente en Oriente Próximo y en nombre del Islam. El desprecio a la vida
que muestra el Estado Islámico (ISIS) hiela la sangre. Impresiona y repugna esa
voluntad criminal desinhibida, ese jactarse de la propia crueldad y brutalidad,
que tantos réditos parece darle a ese ejército tan voluntarioso como eficaz de
asesinos. Pero la displicencia con la que tratan los europeos los
acontecimientos remotos, y que tanto fomenta su indolencia, revela cómo se han
perdido en las jóvenes generaciones las referencias de nuestras propias
brutalidades y crueldades. Dos ciudades surgen ahora como un eje de la memoria.
Son Múnich y Gdansk, que quieren hacer frente a la ignorancia y el olvido, los
peligros del eclipse de la historia. La cultura de la inmediatez con su
adanismo generalizado, en el que nada de lo pasado puede competir con la
actualidad, todo lo relativiza y trivializa. Incluido el crimen total. Eso
permite que una subcultura de la tiranía de la actualidad crea que reinventa el
mundo a partir de la amnesia más absoluta. Algunos se presentan ahora con
careta y lenguaje renovados y pretenden ser la versión correcta y bondadosa de
ideologías siempre criminales en el pasado. Y exigen una especie de «derecho al
olvido» que prohiba a los críticos o recelosos recordarles los antecedentes
asesinos de su ideología. Así, alguno se ofendió cuando yo he recordado en
televisión que no hay ningún caso en la historia, ningún precedente, de una
organización comunista que, habiendo conquistado el poder, no lo haya utilizado
para asesinar a opositores o discrepantes. Me considero con pleno derecho de
recordar este hecho incontrovertible. Y también de extraer de ello la
conclusión y convicción de que toda organización de cuadros comunistas, si
tiene poder y lo cree necesario, mataría a opositores como lo hicieron en el
pasado. ¿Por qué iban a ser la primera y única excepción?
La diferencia con todos esos regímenes del pasado y del
presente está en que las democracias europeas defienden el Estado de derecho,
la democracia y la dignidad humana. Y su propia fuerza y necesaria autoestima
se nutre de esa memoria que recuerda las monstruosas consecuencias de despreciar
el Estado de derecho y al individuo. Y caer en la tentación de creer en
soluciones más directas o rápidas contra crisis, corrupción y miedos.
Precisamente porque todo eso ya pasó, tienen las democracias en estos momentos
críticos esas referencias. Como prueba de que no todo el mundo se duerme en
esta Europa decadente, indolente y confusa, surgen dos grandes monumentos vivos
para cultivar esa memoria que es la única que puede salvarnos de recaer en el
desastre. Se trata del gran Centro Europeo Solidarnosc en Gdansk y de un
espléndido y nuevo Centro de Documentación Nacionalsocialista en Múnich. Se
inauguran casi de forma simultánea este otoño en dos ciudades muy significadas.
En Múnich se gestó el movimiento nacionalsocialista que llevó a Hitler al poder,
a Alemania al crimen y a Europa a las ruinas. En Gdansk surgió por contra el
movimiento que devolvió la dignidad humana a medio continente al acabar con el
poder soviético en media Europa. En Múnich se produjo el primer golpe
hitleriano en 1923. En Gdansk, los trabajadores aplastaron al leninismo para el
triunfo de dignidad y libertad. En estas dos ciudades puede resumirse la
historia de Europa, su miseria y su grandeza, su larga lucha entre ideologías
criminales y dignidad humana. Nadie debe olvidar que en Europa ganaron mucho
los malos. Que las nuevas generaciones recuerden lo que no han vivido es la
única vacuna contra la reincidencia.
LA EFICACIA DEL TERROR MEDIEVAL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 17.08.14
Los vídeos terribles de asesinatos salvajes son grabados por
sus propios autores para promocionar su acción política y militar. Con esta
propaganda criminal, el Estado Islámico ha conseguido financiación de Arabia
Saudí, Qatar y otros países del Golfo
Señoritos asesinos Los que pagan al
Estado Islámico son jeques educados en Cambridge y Oxford
El
fornido oficial, cumplidos ya los cincuenta, en uniforme de combate, de
rodillas, da explicaciones. Le sujeta un hombre con un pasamontañas negro. Le
interrumpe varias veces una voz junto a la cámara que graba la escena. Sin alzar
la voz. No intenta zafarse. Sabe que no hay escapatoria. Entra en escena otro
hombre que oculta la cara tras un pañuelo. Le agarra la cabeza al militar con
la zurda, se la tuerce, y con la derecha, con un cuchillo corto, le secciona el
cuello. Se dispara un chorro de sangre hacia el suelo. Se corta la imagen. Otro
plano. El cuerpo decapitado del oficial con su cabeza ensangrentada colocada
encima de la tripa. Fin de la escena. Otra: Una mujer, desnuda sobre una mesa,
se convulsiona con violencia. Intenta desesperadamente zafarse de quienes la
sujetan. Los cuatro brazos que la apresan están cubiertos por manguitos de
plástico para no mancharse. Por la parte izquierda aparecen otros dos brazos,
también con manguitos, y un cuchillo. Sujetan la cabeza de la mujer por el
pelo, tiran hacia la nuca para tensar la garganta. Y el cuchillo la secciona.
El chorro de sangre que brota, cae en una palangana ya medio llena que sujetan
otras manos, otros brazos con manguitos, en la parte inferior del encuadre.

Nieto
Otra más: Una plaza urbana con una
verja circular muestra cada metro, metro y medio, una cabeza humana clavada en
una pica. Cabezas de hombres. Aunque también hay otras imágenes con cabezas de
niños. Y pequeños abiertos en canal. Aquí los cuerpos son varones adultos.
Todos decapitados. Algunos están ensartados en la verja. Otros apoyados junto a
la misma. A lo lejos tres cuerpos cuelgan de un armazón de tubos. Y una escena
más: combatientes armados con fusiles de asalto vigilan a decenas de jóvenes
tumbados en una fosa poco profunda. Son varias decenas tumbados mirando al
suelo en dirección alterna. Cabeza junto a pies del próximo. Todos muy jóvenes.
Dos encapuchados abren fuego y caminan a un tiempo. Uno disparando ráfagas
contra todos los tumbados. Otro remata, tiro a tiro. Ninguno de los vivos se
mueve ante la cercanía de la muerte. Nadie hace ademán de levantarse o intentar
huir. Todos esperan, en paralizante resignación la llegada de su bala.
Todas las escenas
descritas recuerdan a las peores imágenes de los peores crímenes del siglo XX.
Pero se producen y se graban en estos días del verano del 2014. No son casos
excepcionales. Porque muestran atrocidades de las que se tienen noticias
coincidentes desde toda la región afectada por esta plaga ideológica o
religiosa o terrorista o como quieran llamarla. Pero además no son imágenes
robadas para denunciar las atrocidades ajenas y conmover al mundo y urgir a la
comunidad internacional a levantarse contra la inaudita crueldad de los autores
de estas atrocidades.
Son vídeos, muchos de
ellos producidos con calidad y esmero por los autores de los crímenes, cuyo fin
es promocionar la acción política y militar de los mismos. Son películas de
propaganda de los propios criminales hechas para su mayor gloria y prestigio. Y
son una de las armas más eficaces del monstruo que ha surgido de la guerra de
Siria y hoy ya ha dinamitado fronteras, controla grandes territorios y
aterroriza a toda la región y que responde al nombre de Estado islámico de Irak
y Siria (ISIS) o ya Estado Islámico a secas. Su embrión fueron los grupos más
radicales del sunismo llegados a combatir al régimen de Bashar al Assad en
Siria, con Al Qaida como referencia religiosa ideológica. Que recibieron de los
países del Golfo toda la ayuda financiera y de armamento que no recibieron de
ninguna parte las fuerzas en principio moderadas del Ejército Sirio Libre
(FSA).
Así, con el mensaje
de que la crueldad absoluta y sin compromiso se veía recompensada tanto en
el frente de batalla como por los donantes extranjeros, el prestigio de estos
grupos subió como la espuma. Con nadie se estaba mejor armado, financiado y
protegido. Arabia Saudí, los países del Golfo en general y Qatar en particular, compaginan la financiación de clubs de fútbol occidentales, fondos de
inversión y fundaciones benéficas con estos grupos que se nutren del culto a la
muerte y el terror de tradiciones mesiánicas del islam. En qué medida lo hacen
para expandir su propia influencia o para pagar su propia tranquilidad es
irrelevante. El hecho es que quienes siembran el terror y la muerte entre
minorías y mayorías en Siria e Irak y pronto quizás en el resto de la región
han sido financiados por elegantes jeques educados en Oxford, Cambridge,
Harvard y Stanford. Y en la hora estelar de estas orgías de sangre el mundo
asiste impávido a la irrupción en la modernidad de la eficacia del terror
medieval.
EL BAILE ENTRE IGUALES
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 15.08.14
La representante del partido de Ordóñez baila con el
representante de los amigos de los asesinos de Ordóñez. Y no pasa nada
«EN el acto de apertura a las fiestas de San Sebastián se ha
visto al alcalde Juan Carlos Izaguirre, de Bildu, bailando con la concejal del
PP, María José Usandizaga». Así rezan las crónicas sociales de la capital
donostiarra en agosto de 2014. Hace un siglo, con la Gran Guerra aun en sus
comienzos, la crónica habría hablado del baile de temporada con Romanones,
Alburquerque, Alba o la Duquesa de Manchester. La prensa habría destacado los
cambios habidos desde el veraneo anterior en las familias veraneantes. Eran
crueles aquellas diferencias. No solo en 1914, también mucho después. Pero
había ejemplaridades y desigualdades que servían como ilusión y, aún más,
acicate de conducta y actitud. Las floristeras y niñeras por ejemplo, soñaban
con ser Lauren Bacall. Hoy no existe ya ninguna Lauren Bacall porque, de
haberlas, todas querrían parecer floristeras y niñeras con las pantorrillas
tatuadas. Los hombres procuraban vestir con corrección y emular a quienes más
avisados se suponía sobre cánones de elegancia. Hoy quien no lleva piratas y
sandalias y un anillo al menos en la oreja, aun no es perseguido. Pero que no
espere amabilidades con arrogantes pintas de recién duchado.
Hoy somos todos tan perfectamente iguales en esta carrera
frenética por el aplauso popular. En una sociedad étnica. En la que el bailador
alcalde Juan Carlos Izaguirre se hacen fiestas como estas «populares,
participativas y euskaldunes». Eso lo dice de las fiestas pero se podía referir
igual a la escuela, la administración, la limpieza, el urbanismo o la
capitalidad cultural europea, esa cumbre de chalaparta y socatira que
organiza ese Ayuntamiento para sorprender al mundo en 2016.
Lo dicho, hay que ser «popular, participativo y euskaldún».
Y hay que ser muy igual. Ante todo igual a todos. Queda condenado al ostracismo
de esta nueva sociedad idílica emergente quien haga distingos sociales y
políticos. O morales, por supuesto. Esas son las reglas en la república popular
regida por los dineros de Martín Garitano que, pese a ser solo un mandado,
cumple razonablemente. Ya nadie molesta. La armonía es casi perfecta. Salvo
algún extremista español que pueda acudir en verano a hacer el ridículo con sus
obsoletas sensibilidades, los donostiarras ya bailan prácticamente todos con
todos. O al menos eso pretenden los políticos.
Porque pudiera ser que no todos estén tan entusiasmados con
esta armonía euskaldún. Ni con la regresión cultural alarmante. Y que solo
callen porque saben que no ser igual tiene un precio. Y que en San Sebastián y
no solo allí es cada vez más alto. Como en tantas aldeas. Por la popularización
a la aldeanización, también de las ciudades. Y ya sin resistencia. Porque
España, ay, España no está. Porque molesta, irrita y provoca. Como en tantos
rincones de Cataluña. Y tampoco nos vamos a poner tensos que la vida es corta.
Socialismo nacional, igualitarismo abertzale y jatorrismo obligatorio, es la
marca cultural que se impone. Y la bailadora del PP, María José Usandizaga, la
representante del partido de Gregorio Ordóñez, se pega unos pasos salerosos con
el representante de los amigos de los asesinos de Gregorio Ordóñez. Y no pasa
nada. ¿Qué va a pasar? Gregorio Ordóñez no se va a quejar. Por tanto
reconciliación con ritmo. Que al fin y al cabo viven juntos y no van a estar
siempre enfadados. Lo hecho, hecho está. Unos ganan, otros pierden. Ya no hay
acritud. Todo está asumido. El partido de Usandizaga desaparece. Y el de
Izaguirre es el Movimiento Nacional. Ahí se van integrando todos sin darse
cuenta de tanto bailar, de tanto esforzarse en ser tan iguales que ya no son
ellos mismos y acaban por no ser nadie.
LA SIESTA INTERRUMPIDA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 12.08.14
El Proyecto de ISIS es aplastar todo lo que se le resista;
enfrente solo tiene desunión y falta de percepción del riesgo, sus mejores
aliados, aparte del miedo
IMPRESIONAN en su resolución, en su brutalidad, en su
vitalidad, en su sanguinaria desvergüenza. El exhibicionismo asesino ha
impresionado a todos. Incluidos los más curtidos en regiones sin piedad. Habían
anunciado hace ya muchos meses en varios idiomas y en campañas muy cuidadas de
vídeos en las redes sociales que van a por todas. Que ellos no tienen problemas
de imagen. Desprecian y condenan todo lo que no sean ellos. Y lo condenan a
muerte y garantizan que ejecutan ellos la sentencia. Y las documentan todas.
Algunas con tanto detalle que son difíciles de soportar. La eficacia de sus
acciones, la fluidez y diligencia con la que atacan, apresan, celebran, matan y
graban todo, revela que han logrado crear una formidable maquinaria de terror
bélico. Cuando se acercan al enemigo, éste, aterrorizado, lleva tiempo pensando
sólo en la forma de salir vivo de allí. Así sucumben las ciudades como fichas
de un dominó que caen antes de ser empujadas por la anterior. De puro miedo. El
mensaje no da pie al engaño. Entraremos en tu ciudad y sólo tienes posibilidad
de salvar la vida si te pliegas totalmente a nuestros designios. Decapitaremos
a los niños, violaremos y desmembraremos a las mujeres y a vosotros os
degollaremos uno a uno u os meteremos en una fosa cavada por vosotros y os
descerrajaremos un tiro. Sólo podéis salvarlos, quizás, dándonos toda la razón
y obediencia. Especulaban algunos cuando ISIS comenzó a ganar el terreno a
todos los grupos del frente contra Bashir el Assad, que semejante brutalidad
otorgaban una fortaleza añadida al enemigo. Que por saber que no podía esperar
clemencia, lucharía hasta el final por ellos, sus familias y sus hijos. Esa
cuenta no sale. El terror paralizante no permite siquiera la mínima libertad
para motivar y elevar la moral de combate.
De no ser tan terrible la situación, sería hasta gracioso
observar la reacción de los gobiernos occidentales. De ver la sorpresa ante
estos impertinentes bárbaros que nos interrumpen la siesta. Desde Barack Obama
que en El Cairo en 2009 proclamaba solemne que con él habría entendimiento en
el mundo árabe. Porque, al fin y al cabo, toda la culpa de lo habido era de su
antecesor y él haría lo contrario. Presumían de la rapidez con la que se iba a
desentender de la suerte de Irak. Se desentendió de su propia palabra en la
crisis de las armas químicas de Siria. Y ahora ahí está, otra vez en guerra en
Irak. Y por mucho tiempo si no quiere que le responsabilicen a él de los
genocidios que ISIS está dispuesto a cometer y cometerá si no se le para
militarmente.
Y los gobiernos europeos, todos pendientes de su opinión
pública, dedicada con la peor demagogia a la criminalizacion de Israel como el
culpable de la situación en Oriente Medio. Y erigiendo necia e insensatamente
al islamismo en heroico defensor del pueblo palestino. Y todos en busca de una
forma de evitar riesgos y gastos. Porque todavía hay quien cree que ISIS es un
problema de minorías cristianas o sectas musulmanas o, todo lo más, los
iraquíes. Cuando amenaza con convertirse en el proyecto de éxito en el mundo
islámico sunita mayoritario. Su proyecto es aplastar a todo el que se resista.
Enfrente tiene desunión y falta de percepción del riesgo, sus mejores aliados,
aparte del miedo. Su bárbara resolución exige sumisión o muerte en el camino al
Califato. Sin otra opción. Salta hecho añicos aquí el sempiterno sueño de
Occidente de comprar su desercion de los conflictos. Así, la única alternativa
asumible es la destrucción del enemigo. Veremos cómo reaccionan nuestros
pusilánimes ante una opción tan clásica como temida.
OBAMA EL CAUTIVO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 10.08.14
Barack Obama ha quedado atrapado por los fantasmas de los
que ha estado huyendo desde que llegó a la Casa Blanca
Le
quedaba ya poco de presidencia y creía poder concentrarse en dejar al menos
algún legado nacional de cierta relevancia. Para evitar que su presidencia, que
llegó predeterminada a ser histórica, quede como una de las más mediocres que
se recuerda. Pero Barack Obama no tiene suerte. Y ya queda claro que ha quedado
definitivamente atrapado por los fantasmas de los que huía apresuradamente
desde que llegó a la Casa Blanca. La espectacular irrupción del islamismo más
brutal, despiadado, fanático y eficaz, es la peor burla, la más inmensa
risotada sangrienta a la cara de este presidente que llegó el 4 de junio del
2009 a El Cairo a prometer a todos en el mundo árabe e islámico en general,
amigos y enemigos, mucho afecto y comprensión. Y una ruptura total con los
métodos de George W. Bush.
Lo cierto es que hace dos días, Obama ha vuelto a la guerra
arrastrado. Sin otra opción. Porque ni él podía desentenderse de la terrible
orgía de sangre y horror que se produce con los avances del Estado Islámico
(ISIS). Este ya ha dinamitado las fronteras de Siria e Irak, se apresta a
hacerlo con las del Líbano y su implacable y cándida forma de matar a todo el
que resista, lo ha convertido en una formidable fuerza que aterroriza y vence
casi ya a distancia al enemigo. Sus degollamientos públicos, sus ejecuciones
masivas y su incontenible brutalidad le han conferido ya el prestigio del
monstruo omnipotente. Y no solo conquista territorio, sino que lo conserva.
Obama vuelve a la guerra de Irak para impedir que el Califato de ISIS se
convierta en el único gran vencedor de tres lustros de guerra y convierta toda
la región en una bomba. Y ya ha anunciado que estará allí muchos meses. Hasta
que le enseñe aquello al sucesor, cabe suponer.
HERMANN TERTSCH: «SER CONSTITUCIONAL EN CATALUÑA ES COSA DE HÉROES»
LIBRES E IGUALES HABLA CON ABC
ENTREVISTA a HERMANN TERTSCH
Por DANIEL RAMÍREZ / GUILLERMO GINÉS
ABC Domingo, 10.08.14
El periodista asegura que España está
desapareciendo del debate soberanista por incomparecencia
Cuando Hermann
Tertsch (Madrid, 1958) habla de Cataluña también
se refiere a Serbia, a totalitarismo y a nacionalsocialismo. Una vez dijo que
en Cataluña «habrá violencia seguro». En
sus artículos, este periodista y escritor ha juntado muchas letras en torno al
desafío secesionista. Ahora, explica sus previsiones después de haber firmado el manifiesto de «Libres e
Iguales».
-¿Por qué firmó el manifiesto?
-Es una iniciativa que estamos esperando desde hace mucho
tiempo. Hemos esperado en vano que fueran varios estamentos y que sea una
respuesta a una situación de pasividad y de silencio que ha hecho que los
nacionalistas estén ganando por incomparecencia, porque España ha desaparecido
de gran parte de Cataluña. Desde que se ha anunciado el desafío
independentista, España se ha retirado, no ha argumentado y no hay
argumentativa española en Cataluña. Allí, para ser constitucional en este
momento hace falta ser un héroe.
-¿Está contento con el resultado de «Libres e Iguales»?
-Sí, a mí me gustaría que estuvieran cinco mil personas más
porque es intolerable lo que está pasando, pero hay una pasividad general. El
presidente del Gobierno dice que como no va a haber referéndum no pasa nada,
pero es que no es así. En Cataluña, el que no sea separatista tiene mala vida y
eso no puede ser así. La mala vida tiene que ser para el que incumple la ley,
que es el gobierno de la Generalitat.
-Más de una vez ha dicho que va a haber violencia en
Cataluña.
-Puede haber mucha gente que apueste por la violencia. En
nuestro país la violencia sí que lleva a muchos sitios. La violencia en Gamonal gana, en Can Vies gana y ETA
gana porque está gobernando. La violencia es rentable en nuestro país y este es
el mensaje que hemos dado. Probablemente haya mucha gente que esté pensando en
la violencia, por supuesto.
-Después de este manifiesto, ¿cree que habrá una unión
más fuerte contra el separatismo?
-Eso espero. Estamos llegando a un punto en el que mucha
gente va a tener que tomar decisiones y estas van a ser desagradables. Quizá
las decisiones sean más dramáticas según vaya pasando el tiempo. Por supuesto
que tendremos enemigos y por supuesto que existe mucha gente que prefiere el
cambalache que ahora ha salido con ese manifiesto confederal. Aplacar a alguien
que viola la ley cambiando la ley es un absurdo que no lleva a ningún fin. Es
regalarle territorios a Hitler.
-¿Qué papel juegan los medios de comunicación en este
asunto?
-Allí tenemos un monolitismo total separatista. Pero no solo
en Cataluña, todos los medios en España están cuajados de gente que se declara
independentista, pero allí no puede entrar nadie que defienda la Constitución.
Es una locura. Los medios funcionan allí como los
medios de un régimen. El colegio
de periodistas es un colegio de lacayos absolutos, todos viven de las
subvenciones de la Generalitat, es un asco de régimen. No tiene nada que ver
con la libertad de prensa y el periodismo.
EL ENCANALLAMIENTO PATRIO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 08.08.14
En ningún país árabe, en ningún país del mundo, se producen
estos días agresiones públicas contra Israel y los judíos como en España
UN español se estaba muriendo lejos de casa. Es un anciano
que ha enfermado allí lejos porque le han contagiado los enfermos que cuidaba.
Lleva casi medio siglo dedicado, lejísimos de su tierra, a ayudar a los más
débiles, a los maltratados, marginados, desahuciados. Nunca trabajó para sí
mismo, para hacerse una casa, una familia, un patrimonio, una pensión, una
seguridad o un cobijo. Siempre ha estado expuesto a los peligros en esos pozos
negros en los que solo los débiles viven y a los que él fue por voluntad
propia, por vocación de servicio, por convicción religiosa, por amor a la
Humanidad. Y ahora ha sido contagiado de un virus hoy por hoy incurable, el
conocido como ébola. Han muerto ya algunos de los médicos más volcados en
luchar contra este brote que avanza imparable por África. Si se convierte en
pandemia, ese virus detectado la primera vez junto al río Ébola en el Congo en
1976 podría ser pronto una inmensa ola de muerte que nada respeta. En la
epidemia aquella murieron el 92% de los portadores. Es tan contundente que se
ha considerado su potencial como arma biológica. Este cálculo se ha hecho.
Maldad inmensa, diabólica, pero con fin.
La maldad que no tiene ese fin es la que ha surgido de parte
de la sociedad española cuando se ha sabido que, al igual que EE.UU., España
iba a repatriar para tratar en casa a su compatriota infectado del ébola. ¡Qué
cosas se han escuchado! La vileza inconcebible. El frente más intenso ha sido
el del odio anticatólico que, gracias a Zapatero, es de nuevo seña de identidad
de un país agrio y hosco. Que el cura se quede a morir allí con los suyos. Que
si cree tanto, que rece a su Dios a ver si lo salva. Que él se lo ha buscado,
etc. Pero al odio hay que añadir la cobardía. Esas obscenas ganas, la ilusión
de poder huir del problema del ébola abandonando a su suerte al misionero.
Desoladora la cantidad y la entidad de las voces que abogaban por desentenderse
de nuestro compatriota.
El encanallamiento de la sociedad española avanza desde hace
décadas. La educación basura, los medios basura hoy dominantes, la basura de la
política, sus secretos y miserias, el permanente mensaje de triunfalismo de la
mayor corrupción y del menor escrúpulo y esfuerzo, todo tiene algo que ver con
esta miseria moral y falta de piedad cada día más patentes. La ausencia de
criterio, la mansedumbre y la cobardía son resultado de todo ello. No hay
autoestima, es comprensible que así sea, y el odio, la maldad y la bajeza se
desbordan, ya hacia el misionero o hacia los judíos españoles que ayer
volvieron a sufrir afrentas ignominiosas. Debe quedar claro que en ningún país
árabe, en ningún país del mundo, se producen estos días agresiones públicas
contra Israel y los judíos como en España. Sin que nadie del Gobierno les haya
hecho frente, como ha sucedido en otros países con menor causa. Si a Cruz y
Bardem fue Hollywood el que les enseñó lo que es intolerable en el mundo
civilizado, aquí una jauría en política y medios lleva estos días su agitación
judeófoba a cotas de náusea y espanto.
Ahora el Ayuntamiento de Segovia cancela jornadas de cine,
dice que «por el holocausto en Gaza». Las dos mil muertes de Gaza, no queridas
por nadie, las equipara el Gobierno de esa ciudad con los seis millones de
judíos exterminados industrialmente. Esta despreciable manifestación de
Segovia, como otras muchas y la propia pasividad gubernamental, parecen
volcadas a echar lodo sobre nosotros. Nuestro grado de encanallamiento comienza
a ser notorio allende nuestras fronteras.
BÁLSAMO DE HISTORIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 05.08.14
La ignorancia del pasado no es igual en todas partes. Como
no lo es la falta de sensibilidad hacia la historia
FUE una magnífica ceremonia. En forma y contenido. Sobria y
emotiva. Culta y política. Profunda y medida. Cuajada de sus discursos y en su
desarrollo de honradez, convicción y buena fe. El acto solemne de Lieja reunió
a una veintena de jefes de Estado y de Gobierno para conmemorar el comienzo de
las operaciones militares de la Primera Guerra Mundial. Cien años después,
aliados y enemigos se reunían para honrar a los muertos, evocar los trágicos
errores y exponer las lecciones de la historia. Muchos de los actos
conmemorativos de nuestras peores catástrofes son momentos ejemplares de la
escuela de convivencia. Bálsamo de historia para males actuales. Reconforta
además en estos tiempos ver a líderes políticos en el ejercicio de un papel de
incontestada dignidad. Ayer fue el caso. Enemigos de antaño desgranaron juntos
el mensaje de aquel terremoto de la humanidad que, en cuatro años de guerra y
con muchos millones de muertos, enterró a la civilización que lo había
provocado. Y dio vida a nuevas formas de pensar, sentir, crear, mandar y matar.
Enterró el viejo orden, autoridades, tradición y jerarquías y engendró nuevas
ideas que habrían de prolongar la devastación durante muchas décadas más,
alguna de ellas hasta prácticamente nuestros días. Estas ceremonias deberían
ser material obligado, como instrumentos que confieren cohesión en la memoria,
en todas las escuelas de esta Europa. En una unión en la que casi lo único que
hoy es común a todos procede de América.
Desde los encuentros de Kohl y Mitterrand o de Gorbachov con
Reagan hasta un Willy Brandt arrodillado en el gueto de Varsovia
son muchos
ya, a lo largo de sesenta años de construcción pacífica de Europa, los hitos en
la reflexión, la memoria y la reconciliación entre enemigos en el continente
del pasado más violento del planeta. La cultura del luto, del recuerdo a las
víctimas, el memorial a la culpa propia, el perdón a la ajena y el sufrimiento
común, es la forma más eficaz de educar en la paz y de prevenir en el odio.
Será más necesaria aún para estas generaciones cada vez más alejadas del
testimonio vivo de las tragedias europeas. La ignorancia del pasado no es igual
en todas partes. Como no lo es la falta de sensibilidad hacia la historia. Así,
fueron muchas las televisiones públicas en Lieja, pero no TVE, pese a la
presencia de S. M. el Rey. Cierto que no participamos en aquella guerra. Pero
la importancia de la pedagogía política de estos actos no depende de eso. En el
respeto mutuo entre contendientes y también la empatía por el antiguo enemigo
había dado España lecciones al mundo en la Transición. Después ha destruido
gran parte de ese orgullo con el delirio revanchista en la pasada década. Es
otra lección de la fragilidad de la convivencia incluso en una sola nación.
Todos debemos ser conscientes del éxito incuestionable de
esta paz sin precedentes en Europa desde 1945. Aunque hasta 1989, por la
dictadura soviética en el este, solo parte de ella fuera libre. Como debemos
ser conscientes de la posibilidad de perder esta inmensa fortuna que es Europa,
una comunidad multinacional que ha logrado ser próspera, compasiva, solidaria,
unida y libre como ninguna otra jamás antes ni ahora. Como sonámbulos fueron
los emperadores, políticos y militares en 1914 a una guerra que jamás hubieran
imaginado. Enloquecidas fueron las ideologías criminales 25 años después a
despedazarse sobre los cadáveres de las democracias. Y la Europa actual, frágil
y débil no es inmune al delirio ni a la autodestrucción. Evocar las amenazas y
las tragedias es la mejor forma de reafirmar convicción y voluntad de defender
nuestro sistema libre de sociedad abierta de sus muchos enemigos.
SE IMPONE LA LÓGICA DE LA GUERRA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 02.08.14
Los palestinos de Cisjordania no quieren arriesgar por Hamás
su relativa estabilidad y prosperidad
La tregua
de tres días que habían anunciado John Kerry y Ban Ki Moon en la noche del
jueves no duró el viernes por la mañana ni dos horas. Y tras su muy violento
colapso, la situación era más grave que antes de anunciarse. No se habían
cumplido noventa minutos cuando había ya dos israelíes muertos en el sur de
Gaza por un suicida salido de un túnel y la respuesta israelí que se habría de
llevar cuarenta vidas palestinas.
Además se hizo
público el secuestro de un suboficial israelí que añade potencial explosivo a
la situación. Una vez más quedó en evidencia que hay iniciativas muy bien
intencionadas que, además de ineficaces o inútiles sobre el terreno, a la
postre son dañinas para mediadores desautorizados, en este caso el departamento
de Estado norteamericano y la secretaría general de las Naciones Unidas, y para
la población en general, cuya frustración se dispara.
La cifra de muertos
aumentaba ayer rápidamente y los violentos combates que se reportaban desde el
sur alrededor de Rafah auguraban más. Unos 3.000 miembros de las mejores
unidades de combate de Hamás estarían hostigando permanentemente a las fuerzas
israelíes dedicadas a la búsqueda de los túneles y depósitos de armas. Las
bajas militares israelíes, que ya superan los sesenta muertos, son consideradas
por Hamás un éxito. Como también lo es la guerra propagandística con la que se
quiere movilizar a toda costa a unos países árabes que no solo dejaron de
ayudar a Hamás, sino que se han mostrado muy fríos en las pasadas semanas.
Hay más movilización
a favor de Hamás en las capitales occidentales que en el mundo árabe y más allá
en el musulmán. Ayer se produjo en Ammán una de las escasas manifestaciones
contra la operación militar. Y también en la propia Cisjordania, donde, tras
las oraciones del viernes, miles de jóvenes salieron a la calle a denunciar a
Israel y a Egipto, no se percibe intención de sumarse a un levantamiento.
Las diferencias entre
Cisjordania y Gaza son cada vez mayores, y los amplios sectores que han logrado
relativa estabilidad y prosperidad bajo la Autoridad Nacional Palestina no
parecen dispuestos a arriesgarlos por apoyar a la organización terrorista
Hamás, que mató en su día a centenares y ha perseguido siempre a los miembros
de Al Fatah en Gaza. Quienes ayer en Ramalah pedían una nueva Intifada no
parecen por ello tener de momento muchas posibilidades de imponerse.
Con el fin de la
tregua se produjo una rápida escalada de la tensión también porque se
multiplican los rumores sobre un salto cualitativo en la operación israelí.
Paul Hirschon, portavoz del Gobierno de Israel, negó que haya preparativos para
una reocupación de Gaza. Una reocupación que sería el último recurso para un
Gobierno y un Ejército que son conscientes de que sería una larguísima
operación de años, con inmenso coste en vidas y también dinero.
Israel abandonó voluntariamente Gaza hace nueve años
desmantelando asentamientos y hasta el último vestigio de su presencia como los
cementerios. Que muchos hoy den la razón a quienes entonces se oponían a aquella
retirada auspiciada por Ariel Sharón se debe a la transformación de Gaza en una
inmensa base militar de Hamás. Pero ocuparlo permanentemente sería una
pesadilla. Lo que sí parece claro es que con el aumento de los costes de esta
guerra crece la presión para que esta operación no acabe sin haber quebrado a
Hamás en sus infraestructuras y armamento para muchos años.
EE.UU. Y LA ONU FUERZAN UNA TREGUA DE 72 HORAS EN GAZA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 01.08.14
Israel pretende proseguir la guerra hasta destruir los
túneles de Hamás
La
presión internacional logró anoche que Israel y Hamás acordaran un alto el
fuego humanitario de 72 horas que se debe hacer efectivo hoy a partir de las
ocho de la mañana, hora local. Estados Unidos y la ONU hicieron público anoche
un comunicado conjunto en el que aseguran haber recibido «garantías» de las
partes en conflicto. En la nota se afirma que el alto el fuego será
«incondicional y humanitario». «Este alto el fuego es fundamental para dar a
civiles inocentes un respiro muy necesario de la violencia. Durante este
periodo, la población civil de Gaza recibirá ayuda humanitaria de urgencia, y
la oportunidad de llevar a cabo funciones vitales como enterrar a los muertos,
cuidar a los heridos y reponer suministros de alimentos».
Pero habrá más víctimas y habrá más
guerra porque ninguna de las partes considera que ha conseguido objetivos
imprescindibles. Y los intentos de Hamás, con ayuda ahora muy manifiesta de la
organización para refugiados palestinos de las Naciones Unidas (Unrwa) de
exigir que todo alto el fuego vaya acompañado de un levantamiento de las
restricciones fronterizas a Gaza, hacen poco imaginable un mínimo acuerdo para
que callen las armas. Lo que en Gaza llaman «bloqueo» se impuso cuando quedó
comprobado que Hamás había tomado el poder y había convertido Gaza en una
inmensa base terrorista. Eso es más cierto hoy que nunca. Luego son nulas las
posibilidades de que Israel acepte esas condiciones salvo que Hamás se avenga a
la desmilitarización de Gaza, que no supone otra cosa que su desarme. Como raya
en lo absurdo pensar que se vaya a producir este desarme de Hamás de forma
voluntaria, debiera asumirse que estamos en una guerra cuyo final no es
previsible.
Alarma en Israel
Hamás pone en el
centro de sus exigencias el «desbloqueo» e Israel responde que lo habrá cuando
Gaza se haya desmilitarizado. Cuando Gaza deje de ser una base militar
terrorista en la que toda prioridad está en acumular armas e infraestructuras
para matar israelíes. Cuando hasta los materiales de doble uso como el cemento
no se dedican a construir viviendas, sino a los túneles para cazar israelíes.
El Gobierno de
Benjamin Netanyahu ha dejado ya muy claro que está decidido a acabar con los
túneles, una amenaza que ha alarmado como nada desde hace mucho a la sociedad
israelí. Son los túneles de incursión que, en número, calidad y sofisticación
insospechados, han sido descubiertos según avanzaba la campaña terrestre.
Mientras la amenaza de los cohetes, con ser insufrible, tiene enfrente el
eficaz sistema antimisiles Cúpula de Hierro, los túneles generan pánico en la
imaginación colectiva de la sociedad israelí. Que vive como una pesadilla la
imagen de terroristas que surgen de la tierra en las cercanías de pueblos,
ciudades o kibutzes. En Israel ya son muchos los que plantean que el Ejército
ha de quedarse en Gaza el tiempo que haga falta para imponer esta desmilitarización,
es decir el desmantelamiento general de las infraestructuras de Hamás. Esto,
sugieren oficiales del Estado mayor y expertos de los servicios de información
podría llevar muchos meses cuando no años. Y suponer una reocupación de facto
de Gaza. Es una perspectiva que causa espanto a Gobierno y Ejército israelí. Y
el hecho de que se esté ya valorando revela la muy diferente calidad que ya ha
adquirido esta campaña respecto a las anteriores de 2008 y 2012. Ayer se
anunció la movilización de otros 16.000 reservistas israelíes.
LENTO DESPERTAR ANTE EL PELIGRO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 01.08.14
El zar del siglo XXI goza aún del apoyo de una población
alimentada con propaganda y desinformación
PARECE que fue ayer aquella solemne e histórica ceremonia
imperial en la gran sala de San Andrés del Kremlin en la que Vladímir Putin
gozó probablemente del momento estelar de su gloria. Allí proclamó el retorno a
la madre patria de la tierra de Crimea, que en las semanas anteriores había
mandado invadir, arrebatar a Ucrania, dentro de cuyas reconocidas fronteras
estaba, y anexionarla a la Federación Rusa. Allí anunció el presidente a los
rusos que ante ellos se abría una nueva era de orgullo, grandeza y fuerza que
harían olvidar las humillaciones llegadas con el hundimiento de la URSS. Les
reveló que frente a la decadencia occidental surgía como bastión de la
civilización cristiana la Tercera Roma, que era el corazón de la nueva Rusia,
Moscú, y en su centro aquella fortaleza del Kremlin, donde se unían tradición,
fe y voluntad. Proclamó al mundo que la patria rusa protegería a todos los
miembros de la gran nación rusa allá donde estuvieran y sin pedir permiso a
nadie. Dejaba así claro que se reservaba el derecho de intervención también
militar en cualquier país de la vecindad con población rusa como estaba
haciendo en Ucrania. Esto sucedía en marzo, la popularidad de Vladímir Putin en
Rusia rayaba el 90% de aprobación, que era puro entusiasmo, y el mundo asistía
asustado y estupefacto al éxito de esta política, mezcla de matonismo y osadía,
que sin ningún escrúpulo había logrado sus objetivos en semanas.
Cuatro meses después la situación es bien distinta. De
aquella ceremonia del más suntuoso oropel zarista nos separan hoy apenas 120
días, pero muchos cientos de muertos en una guerra no declarada entre Ucrania y
Rusia. De aquel Putin pletórico en el triunfo nos separan además, y sobre todo
los 298 pasajeros muertos del vuelo MH17. Los que cayeron desde 11.000 metros
de altura, derribados por un misil llevado por el Ejército de Putin a esa
región ucraniana para derribar aviones del Ejército de Kiev. Después llegaron
el saqueo del equipaje de las víctimas y la obstrucción a las brigadas de
rescate, que hizo que muchos cadáveres se pudrieran en el campo y algunos se
los comieran y despedazaran perros y alimañas. Aún hoy faltan decenas de
cuerpos. Aquella inconcebible falta de piedad de unos responsables que, todo el
mundo ya lo sabe, dependen del Ejército de Putin.
Hoy el zar del siglo XXI goza aún del apoyo de una población
alimentada con propaganda y desinformación casi más delirante e inverosímil que
la de épocas comunistas. Pero las élites rusas ya están muy preocupadas. Y
hablan de la obcecación en el error de un caudillo con el que los magnates
hicieron un sólido pacto que les ha permitido a todos enriquecerse en un país
en calma. Ahora peligra. Porque en dos semanas la avalancha de decisiones
tomadas en Bruselas y en Washington ha cambiado drásticamente el panorama. Las
sanciones económicas que comenzaron a tomarse tras la anexión de Crimea fueron
objeto de burla tanto en Moscú como en Occidente. La división entre los
europeos por sus diferentes intereses en las relaciones con Moscú hacía pensar
que nada serio sucedería. Craso error. Las sanciones ahora mismo son ya muy
serias, muchas en el sector financiero, el más sensible para Rusia. Y se ha
producido un cambio profundo en la percepción de Putin, que ya no es visto como
un socio algo autoritario, sino como la amenaza para la paz y la seguridad en
Europa que es en realidad. Crece la conciencia de que hay que pararle los pies.
Gobiernos y prensa occidental coinciden. Urgen medidas coercitivas eficaces,
aun a costa de sacrificios. Lentamente, Europa parece despertar ante el peligro.